Los resultados electorales del pasado domingo 14 de abril de 2013, deben ser analizados y debatidos en el seno de todas las organizaciones que en su conjunto dan vida al proceso político bolivariano, chavista, socialista, o como mejor queramos llamarlo.
Solo me es permitido suponer que así está sucediendo, pero en todo caso, en el seno de nuestro pequeño colectivo, es insoslayable dicho análisis y en ese sentido, el presente documento es solo una modesta contribución.
Si –atenidos a todos los pronósticos supuestamente confiables de respetables encuestadoras- los cerrados resultados que arrojaron las urnas, nos han llenado de sorpresa, hay que reconocer que solo se debe a una cierta inercia que se había venido apoderando de nosotros, gracias en gran medida a la falta de debate que se ha instalado crónicamente y que ha terminado por convertir al PSUV en una simple “fuerza de tarea” al servicio del Estado.
Habrá quienes desde una crónica actitud autista, prefieran encerrarse en el hecho de que mal que bien hemos conservado “formalmente” el poder y no querrán ni siquiera mencionar el evidente incremento de nuestra vulnerabilidad que significa el hecho de que casi la mitad de los electores, engañados o no, haya manifestado explícitamente su rechazo a nuestra oferta electoral. Yo, responsablemente sostengo que seria criminal pasar por alto esta cuestión.
Sostengo que se impone un ejercicio de reflexión colectiva, pero dirigido en todo momento a la construcción de estrategias para esa rectificación y reimpulso que nos indicó nuestro Comandante en fecha tan lejana como el año 2008. Línea que como tantas otras terminó por caer irresponsablemente en el olvido. No obstante, en ningún caso sería conveniente detenernos en una suerte de análisis post-mortem de los comicios, hurgando hasta la náusea en cuestiones de las que no podamos obtener recursos para la acción. Dejemos ese ejercicio bizantino para nuestros intelectuales, que harto mejor que nosotros lo harán, puesto que ese es su oficio.
Tampoco vamos a enfrascarnos en un análisis prolijo de esa cosa indefinible que llaman “la maquinaria”, herramienta impersonal que heredamos de los adecos, según la cual, las elecciones se ganan o se pierden según sea el funcionamiento de un armatoste inventado por la burocracia partidista y saturado de listados, estadísticas y planillitas de las que cada militante debe llenar una cuota, a cambio de lo cual aspira a recibir un lindo diploma.
En correspondencia, existe en Venezuela una afición generalizada por inscribirse en listas de todo tipo, siempre en la esperanza de que ello conlleve algún beneficio. En el caso de las organizaciones políticas, esas listas no comprometen en absoluto a sus adherentes, así sea que suscriban un juramento solemne, pero si pueden alimentar la ingenuidad de creer que ese compromiso está “amarrado”. Lo vimos el pasado 14 de abril
Estamos seguros de que habrá quienes proclamen en tono doctoral que hubo importantes fallas de la maquinaria. Hablarán del 1x10 todos los que viajan en 4x4, sin terminar de entender que la política, en todas sus expresiones tiene siempre por momento material la vida humana, que cada votante no es un tornillo ni una cédula de identidad perdida en la multitud de una “data”, que poner nombres en una planilla de ninguna manera garantiza que cada uno de esos nombres corresponde a un voto. Eso es puro pensamiento mágico.
Los resultados electorales son a mi entender, hijos de la enorme desmovilización de una parte del pueblo que alguna vez nos acompañó, pero atribuir esta desmovilización a una sola causa o a una selección interesada de ellas, solo puede servir, como en otras ocasiones, para echar tierra sobre responsabilidades que pueden ser individuales o grupales, pero que a estas alturas poco importan. En todo caso, no sería útil desembocar en una “cacería de brujas” que no debe confundirse con las necesarias medidas de reestructuración del Estado en su conjunto, sin la que a mi juicio, el proceso bolivariano tendría los días contados. Recordemos aquello de que las victorias se dan en olor de multitud, pero las derrotas son huérfanas. Solo hombres excepcionales como Hugo Chávez han sido capaces de asumir plenamente la responsabilidad de una derrota y nadie que no sea capaz de imitarlo puede venir a decir: “yo también soy Chávez”.
En resúmen, no me parece útil adornar con prolijos análisis el hecho simple de que este 14 de abril de 2013, hemos recibido un duro golpe, al menos que esos análisis arrojen alguna luz sobre el futuro de la revolución que debemos conservar y de ser posible acelerar.
Ninguna causa eficiente, bastará para explicar la migración de voluntades que hemos sufrido este 14 de abril. En todo caso, propongo que no hagamos demasiado énfasis en todas aquellas causas adscribibles a nuestros enemigos que no podamos revertir (que mienten, que se disfrazan, que ofrecen disparates, etc.). Sobre esos comportamientos no tenemos ningun control –a menos que decidamos un cambio de 180 grados en la política comunicacional del Estado, como por ejemplo cerrar Globovisión y eventualmente su alter ego, CONATEL. Ciertas explicaciones solo sirve para la autocomplacencia: “¡Pobrecitos de nosotros que tenemos que lidiar con un enemigo malvado!“ ¿Algún cretino podría esperar menos del fascismo?
A las fallas del PSUV y los estrechos cauces de participación que el Estado permite al poder, debe agregarse el sabotaje de la burguesía a la economía nacional y sus consecuencias, los problemas de inflación y la caída de la producción, situaciones todas sobre las que tiene enorme responsabilidad el agotamiento histórico de las políticas reformistas, y muy particularmente el neokeynesianismo económico que desde ciertas usinas del Estado se nos pretende vender como Socialismo del S. XXI
QUÉ HACER
Frente a esta pregunta, cuya respuesta nunca será completa, propongo que abramos dos escenarios sucesivos:
Frente a la inminencia de un golpe de estado en pleno desarrollo
Conservar abiertas entre nosotros las líneas de comunicación que nos permitan generar respuestas rápidas a los ataques de las bandas fascistas de Primero Justicia
Implementar medidas de inteligencia y contrainteligencia
Actuar con serenidad para no caer en la provocación que abriría eventualmente la posibilidad de una intervención extranjera
Buena parte del diseño golpista está montado sobre el dominio de los medios de comunicación y mientras el Estado no se decida a controlarlos radicalmente, debemos hacer el uso mas intenso y eficiente posible de los medios a nuestro alcance (prensa escrita, sistema nacional de medios públicos, emisoras comunitariasy muy particularmente los mensajes “cara a cara“, el perifoneo y el debate enn la vía pública, las asambleas populares.
Articular con la Fuerza Armada Bolivariana en todos los asuntos donde podamos ser útiles a la defensa de la Patria y prepararnos para la eventualidad de una guerra asimétrica
Si el golpe es exitosamente neutralizado “por ahora“
Reestructurar a fondo el PSUV
Reconstruír la democracia interna
Desvincular al Partido del Estado. No se trata de un divorcio sino de una sana distancia que es tanto mas sana para el Estado mismo que para el partido
Invertir radicalmente la relación Partido-Estado. La función primordial del partido debe ser la propuesta de políticas públicas y la del Estado, implementarlas. No hay que decir que actualmente sucede todo lo contrario
Para ello se hace necesario que los altos cargos del Estado no ocupen cargos de similar jerarquía en el Partido.
El partido debe construír un primer anillo de cuadros bién formados que hoy no existe y muy particularmente, ocuparse de formar esos cuadros entre la juventud, para garantizar la continuidad del proceso.
Las organizaciones de base del partido (patrullas, bases de patrulla, etc.) deben promover la organización del poder popular, pero insertándose de forma horizontal a través del trabajo cultural fundamentalmente.
La mejor garantía de la revolución, es la existencia de un Poder Popular no tutelado. En aquel Consejo de Ministros del 20 de octubre del 2012 que hemos bautizado “Golpe de Timón“, el Comandante Chávez decía refiriéndose a las fallas en la conformación de las organizaciones del poder popular: “Yo voy a tener que eliminar el Minsterio de las Comunas, lo he pensado varias veces...“. Al respecto, Itsvan Mészáros nos dice que “el pueblo soberano debe convertirse en el objeto y sujeto del poder. Esta opción no es negociable para los revolucionarios”. Por desgracia, actualmente existe una relación clientelar entre el Estado y las estructuras del poder popular (consejos comunales y comunas) que impide el crecimiento de esas organizaciones mientras que el nacimiento expontáneo de las mismas se vé sujeto a inmensas trabas y condiciones.
Control efectivo de la seguridad en el plano objetivo y en el subjetivo, lo que implica:
Reforzar los órganos de seguridad del Estado. Acción sobre la que ya se han logrado bastantes éxitos.
Incorporar a la juventud en actividades culturales, deportivas y de trabajo voluntario
Modificar en la población la percepción de este problema, mediante:
Un control sin concesiones, de los mensajes alarmistas con que desde medios impresos y audiovisuales, se bombardea a la gente intentando generar paranoia.
La supresión en los medios audiovisuales de todos los productos de la industria cultural del Imperio, que bajo el ropaje de “entretenimiento“ modelan la cosmovisión de las personas y muy particularmente de los mas vulnerables, que son los niños y los jóvenes.
Derrotar el desabastecimiento nacionalizando las importaciones y la industria alimentaria nacional, particularmente los grandes carteles que controlan hoy todas las cadenas de distriución y comercialización (Polar, Cargil y Grumma)
Revisión y rectificación de toda la política alimentaria del Estado
Reestructuración interna del Ministerio de la Alimentación y sus dos brazos ejecutores mas relevantes (MERCAL Y PDVAL), donde –para nadie es un secreto- se practica cotidianamente el tráfico subterráneo de alimentos subsidiados hacia le mercado capitalista, incluso al exterior, a través de nuestras fronteras
Eliminar la oferta de alimentos industrializados que no solamente no se corresponden con la dieta que demanda ancestralmente nuestro pueblo sino que ademas contiene en la mayoría de los casos agregados sintéticos que atentan contra la salud
Las acciones de la contraloría social en lo relativo a acaparamiento y especulación que debe ejercer el poder popular, deben ser vinculantes y generar sanciones inmediatas.
REFLEXION PARA EL PRESIDENTE MADURO
Presiento la compañía de muchas voluntades en la expresión de estas modestas reflexiones y de otras muchos que con seguridad se me habrán quedado en el tintero. Miles de revolucionarios y revolucionarias compartimos con usted en estas horas duras y decisivas el compromiso de mantener viva la llama de la revolución, sobre todo porque no nos forjamos en un día, porque como usted venimos de las entrañas de un pueblo que es “sabio y paciente“, que no se vende por un plato de lentejas.
Con seguridad no somos tantos como proclamábamos hace apenas unos días, pero derrotaremos al fascismo y será como habernos desprendido de un lastre. Del lastre del oportunismo.
Vamos a radicalizarnos camarada Maduro, atrevámonos a asaltar el cielo. Hacia atrás solo queda un abismo oscuro y hacia adelante la utopía. Convoquemos con mas pertinencia que nunca la voz del guerrillero heróico.
¡HASTA LA VICTORIA SIEMPRE!
¡VENCEREMOS!
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