La Revolución Bolivariana le devolvió la identidad al pueblo venezolano, esa es una conquista imborrable en la memoria histórica de los hijos de la tierra de Bolívar. Es por ello que casi 7.500.000 compatriotas salimos a votar en estas elecciones por Nicolás Maduro, lo hicimos para garantizar la continuidad del proyecto bolivariano y de la revolución. De allí la importancia de esta nueva victoria.
Desde el día domingo 14 de abril, después de conocer los resultados electorales, en el que el margen con el que ganó Maduro fue sorprendentemente corto, muchos se preguntan cómo en un país que ha parido revoluciones precisamente sea la derecha la que crece, mientras que la opción de la revolución bolivariana se decanta.
Voces comenzaron a sonar de inmediato de lado y lado. Del lado de la oposición: “Reconteo de votos” “Fraude” “Nos engañan, ellos perdieron, nosotros ganamos transparentemente” “A la calle a declarar la ilegitimidad de este gobierno” “Dictadura” “A la calle” “Cacerolazo” “Huelga general indefinida” “Toma de los CNE en todas las regiones” “Quememos los CDI” “Quememos las sedes del PSUV” “Muerte a los chavistas”... En honor a la verdad me refiero a las voces que se escucharon en un doble libreto, una suerte de mundo paralelo entre el discurso abierto a través de los medios nacionales en la que llamaban a una protesta pacífica de cacerolazo y en las redes sociales en las que llamaban a la violencia, a tomar los Centro de Diagnóstico Integral y las sedes del Centro Nacional Electoral. La promoción de la ingobernabilidad por parte de la dirección política de derecha fue clara.
La sensación de los millones de venezolanos que decidieron votar por quienes son los representantes de la burguesía, que además vale aclarar que no son todos estructuralmente de derecha ni mucho menos burgueses, fue de triunfalismo y por lo tanto, fueron utilizados como masa de maniobra para acciones de masas como cacerolazos, mientras la avanzada de grupos de derecha, la más ultra y además violenta, cumplía la tarea de quemar los CDI, las casas del PSUV y asesinar a quienes se atrevieran a repeler sus acciones: bandidaje político y disociado que no tiene nada que ver con la defensa del derecho al reconteo de votos, sino un plan de desestabilización que condujo al asesinato perpetrado por quienes se creen que los explotados no tenemos derecho ni siquiera a la vida.
¡Cobardes! que les han disparado a nuestros hermanos a mansalva, por la espalda. Envalentonados, como niños ricos, caprichosos y burgueses organizados en patotas y pandillas que actúan como grupos de “choque” para disparar en contra de la “chusma chavista”
Siguen el mismo formato de abril de 2002 y de diciembre y enero de 2002-2003, creen que ahora el Pueblo Bolivariano sin Chávez no va a tener capacidad de respuesta. ¡Se equivocan, si vienen como el 11, saldremos como el 13!
Del lado del gobierno tampoco se hicieron esperar las voces: “Realizaremos auditoría de los votos” “La gente es malagradecida” “Personas que les han entregado viviendas votaron en contra de Maduro o se abstuvieron” “Falta de conciencia” “Se desclasaron los pobres a los que ayudó el gobierno y ahora se creen de clase media” “Paz” “Cohetes” “Música revolucionaria para confrontar el cacerolazo” “Fuegos artificiales”…
La sensación del lado de quienes apoyan el proceso revolucionario, pero sobre todo de los que juraron ante la tumba de Chávez defender esta revolución y votar por la persona en la que él había delegado la responsabilidad de estar al frente del gobierno fue de confusión, de tristeza y no podemos negar que de impotencia y desmoralización. Cómo es posible que se hayan revertido los resultados que se estaban manejando en tan corto tiempo: “Nos mintieron” “Las encuestas no cuadran”. La dirección política del gobierno en su discurso de análisis sobre el comportamiento de los “beneficiarios malagradecidos” también ha llegado a confrontarnos entre nosotros mismos e incluso a desmoralizar y desmovilizar al Pueblo Bolivariano.
Ambos están equivocados
Por un lado la derecha está exageradamente moralizada y está desesperada pensando que no se calan esperar tres años para reactivar un revocatorio porque se ven en las puertas de Miraflores a juzgar por los resultados electorales. En ese sentido, su discurso de la paz, de que todos somos venezolanos se cae por su propio peso porque en apenas tres días han cometido hechos bárbaros. ¿Cómo se les puede llamar a quienes queman CDI, casa de partidos opuestos a ellos, trancan las calles a sus mismos vecinos para negarle el libre tránsito, y lo peor, asesinar a mansalva y con total impunidad? Se les cae el discurso de humanistas, de demócratas, de garantes de la estabilidad y sobre todo de honestos respetuosos del derecho a la vida. Todo después de haber hecho una campaña totalmente pragmática en que los ejes fueron la manipulación de temas como: inseguridad, pérdida del poder adquisitivo, garantes de que las misiones si serían eficientes bajo su gestión, en contra de la inflación y el desabastecimiento, de generación de empleo y de aumento general de sueldos y salarios. Una campaña opositora montada sobre tareas pendientes de la revolución. Se decía a modo de chiste en las esquinas de mi barrio “Capriles saltó la talanquera, se metió a chavista”. Toda una campaña en la que se vieron obligados a tener un discurso apegado a las conquistas alcanzadas dentro del gobierno de la revolución y prometiendo ser eficientes en las cosas que habían quedado inconclusas en la gestión de Chávez, faltó poco para que dijeran “Golpe de Timón”: Todo un formato de manipulación y distorsión para captar votos del pueblo bolivariano a favor de la propuesta neoliberal que es el objetivo que pretenden ocultar.
Por el lado del gobierno, la campaña expresó en sí misma la actuación de quienes son parte de la burocracia con privilegios y que han perdido toda conexión con el pueblo bolivariano. Se equivocaron tanto, que pensaron que sólo el juramento bastaba para ganar con holgura: “Ahora sí sacamos los diez millones de votos” decían en una especie de borrachera de triunfalismo. La campaña se basó en una especie de misticismo, de realismo mágico en el que aparecieron discusiones de cuál era el Judas que se había quemado en los barrios (dada la costumbre de quemar un monigote el domingo de resurrección y colocarle un nombre y un testamento). Luego, y respetando todas las manifestaciones y expresiones de la religiosidad, el discurso fue de pajaritos convertidos en Chávez y de la habilidad para silbar que tiene Maduro, pasando por la “captación” de artistas convertidos al chavismo: “extrañamente después que se murió Chávez” dicen en mi barrio.
Lo que tenemos que decir es que los procesos se deben analizar como lo que son: procesos, con sus avances, retrocesos y con las oscilaciones que siempre dependen de la actuación de la dirección política y de las respuestas del pueblo. En el año 2007 cuando se fundó el PSUV, siete millones de personas se inscribieron, nunca la participación fue tan mayoritaria, pero si una cosa debemos reconocer es que en los batallones y circunscripciones las vanguardias de base de las comunidades y los territorios teníamos la oportunidad de hacer discusión, incluso en una permanente disputa con los funcionarios de Estado. Nos hacíamos escuchar para que nuestras propuestas fueran por lo menos debatidas en la dirección nacional del partido, en medio de la aplanadora de la burocracia, que desde un principio empezó a matar el debate bajo el fatuo argumento “esa es una línea de Chávez, él fue quien lo dijo” en un anticipo de lo que sería atribuirle al Comandante Chávez palabras que nunca supimos que salieran de él verdaderamente.
Las consecuencias de un PSUV que se vació de discusión política desde la base
El método sectario y burocrático que se impuso en el PSUV las sufrimos hoy en día, se anuló el debate en la base, secuestraron el partido, la burocracia y su militancia administrada se convirtieron en una maquinaria electoral. Por supuesto que la votación por la tarjeta del PSUV es la mayoritaria, precisamente se vota por la opción del partido de Chávez, pero mataron el partido como una expresión de las corrientes, las tendencias, en las que se hace debate desde la base, en la que se hable de la coyuntura política, de la situación, de los temas inherentes a un gobierno revolucionario. Más de una vez se decía que los altos funcionarios no debían ser los mismos que fungen de dirección del partido, así hemos llegado a una confusión, a una distorsión. Un partido dirigido por quienes están en el gobierno se convierte en una maquinaria para justificar la gestión de ministros, alcaldes, gobernadores, concejales y todo un funcionariado que confisca el protagonismo de las bases. Toda disidencia se torna contrarrevolucionaria porque se veta el derecho a la crítica hacia la gestión de hombres y mujeres del gobierno. Tanto es así que la derrota en el referéndum del 2007 demostró el peso del funcionariado en el PSUV cuyos jefes se sintieron excluidos del derecho a la relegitimación o reelección de los cargos…Un Partido que con más de siete millones de afiliados se quedó sin base y sin debate.
Visto los resultados del 14 de abril, los sesudos análisis de la burocracia afirman que tenemos un pueblo sin conciencia, sin formación ideológica y que “autocriticamente” aseveran que han descuidado el acompañamiento al pueblo que era muy pobre y que ahora “desclasados y malagradecidos” se han creído que son pequeños burgueses y por lo tanto no votaron por Maduro
¡Cuánto desprecio se desprende de este análisis y qué poca importancia le dan al pueblo! Por el barrio hay más de uno que afirma: “Malagradecidos ellos que después que rescatamos el hilo constitucional en abril de 2002, nos maltratan, nos desprecian, nos subestiman”
La derecha se moviliza
Desde el lunes 15 de abril, las cacerolas de la oposición se han escuchado sin falta todas las noches a las 8:00 p.m. Durante las horas de la mañana y la tarde de los primeros tres días, las noticias vía mensaje de texto eran de quemas, muertes y violencia por parte de grupos de la oposición, acompañadas en la noche de una gran protesta pacífica de masas que se hace sentir al sonido de las cacerolas. De nuestro lado salta la indignación, no la de los resignados sino la misma que nos movilizó el 13 de abril del 2002 para sacar a los golpistas de Miraflores. La misma indignación que hizo que muchos chavistas el 15 de abril en la noche, cuando se escucharon las cacerolas, salieran a la calle también a colocar música, según el lineamiento que dio el gobierno: “colocar música a alto volumen, cohetes y fuegos artificiales, así no se escucharán sus cacerolas” los comentarios no se hicieron esperar: “hay que salir para que sepan que aquí hay pueblo para defender la revolución, carajo”, “perdieron” “no aceptamos que se comporten como si los que ganaron fueron ellos”. Así, por ejemplo, en el 23 de Enero en Caracas, la movilización surgió espontáneamente; la gente salió a hacer callar las cacerolas en una marcha pacífica, pero cargada de arrechera; llenas de consignas y de demostración que hay suficiente moral y dignidad para defender este proceso: “Majunches, jala bolas, toquen sus cacerolas”, “jala bolas, jala bolas” “Maduro con el Pueblo, no con la burguesía” “Caprichito, Caprichito no te vistas que no vas, desde el cielo manda Chávez y en mi patria Nicolás” “No se equivoquen, tenemos Presidente” y así, después de recorrer parte del 23 de Enero nos fuimos a Miraflores como nos ordena el imaginario reciente y la memoria histórica de la derrota que le propinamos a la oposición, esta vez para decir que a Miraflores ¡No volverán! .Enseguida la orientación se unificó: “Vamos al Cuartel de la Montaña” como para decir “aquí estamos Comandante, defendiendo la revolución”. Esa misma manifestación se dio en otros lugares de manera espontánea, pero lamentablemente invisibilizada para “preservar la estabilidad y la paz” de un país en el que siempre los muertos los ponemos desde nuestro lado.
El gobierno con la línea de “colocar música en volumen alto, cohetazo y fuegos artificiales”, nos deja la sensación de atrincherarnos en nuestros espacios, no hay dinero para los fuegos artificiales, ni para cohetes todas las noches, salen unos cuantos con los recursos de los cohetes y fuegos porque tienen comunicación directa con alguna institución y alguno que otro sale en una costosa camioneta con música a alto volumen.
Es equivocada esta táctica, su cacerolazo nocturno involucra a todos los suyos sin costo alguno. La nuestra la pueden ejecutar unos cuantos y requiere de recursos para comprar los cohetes y fuegos artificiales. No son pocas las frases que se escuchan expresando las ganas de movilizarnos, de darle una respuesta en la que nos veamos como pueblo apoyando el proceso revolucionario.
¡Basta de Impunidad!
La desfachatez y el descaro han llegado a límites inimaginables. Veamos lo que dice Capriles: “Más temprano que tarde la verdad saldrá a flote; y no solamente saldrá a flote, sino que va a tener consecuencias” “El Gobierno autoincendió sedes del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) para culparme”, El cinismo es tal, que el que atacó la embajada cubana y lo niega, ahora trata de desmentir los hechos violentos de una realidad que lo debería tener entre rejas ¡Basta de impunidad!
El gobierno ha respondido de manera frontal contra la oposición: “Si hay huelga indefinida por parte de la patronal, se tomarán las empresas bajo control obrero” “Si no reconocen a Nicolás como Presidente, no los reconoceremos como diputados, ni gobernadores”. Ese tipo de respuestas por parte del gobierno han sido muy bien acogidas por la base, pero esas respuestas deben ir acompañadas de pueblo, así eran muchas de las decisiones que tomó Chávez, acompañadas de mucho pueblo: “porque hay que tener mucho pueblo para enfrentar al imperio, para expropiar a los burgueses, para tomar decisiones en contra de la hegemonía del neoliberalismo”, son las voces que surgen de las entrañas de este proceso histórico.
Golpe de Timón, resolución de las tareas pendientes de la revolución y mandar obedeciendo
La realidad nos dice que la opción del chavismo ha decantado, los resultados electorales desde el año 2007 así lo demuestran. Al contrario de lo que piensan muchos sectores de la burocracia, no es porque el pueblo se haya derechizado producto de la cultura neoliberal, individualista, este “fenómeno” precisamente se debe a las tareas pendientes y las incoherencias de parte de altos funcionarios de gobierno: “no es posible que los revolucionarios vivan como burgueses” “Le viste las camionetas, los guardaespaldas y el montón de plata” “sus hijos no van a las escuelas bolivarianas, van a las mismas escuelas privadas que van los hijos de la burguesía” “pasan vacaciones en donde la pasan los burgueses” “se casan entre burgueses y burocracia, el Ministro de una institución casado con la hija de un burgués reconocido o con la hija de un opositor consumado de la dirección política de derecha”. La inseguridad vista desde la lógica de la burguesía que culpabiliza a los pobres de un fenómeno que va desde las altas esferas de la burguesía nacional y que se expresa en los sectores populares en la lógica de la narcoexplotación y de la tercerización de la comercialización de las drogas ilícitas, no se ha abierto un debate serio sobre el tema de las drogas ¿legalización, control? Asimismo tareas pendientes en el modelo productivo y el aborto de las incipientes experiencias de control obrero en las empresas básicas del Estado, en las que después de nacionalizadas colocan gerencias nombradas a dedo que llegan maltratando y desconociendo a los trabajadores y trabajadoras que lucharon por las nacionalizaciones, el predominio de una economía rentista-petrolera, la mercantilización reinante en el tema salud, más allá de los avances que se han tenido, aún el sector salud está altamente mercantilizado. Otra asignatura pendiente es la mercantilización de la Misión Vivienda Venezuela y vale la pena detenerse un poco en este tema: después de las fuertes lluvias en diciembre de 2011 en el que muchas familias quedaron damnificadas, se le dio especial preponderancia al tema pendiente de la vivienda, que no había sido resuelto en 12 años de gobierno. La Gran Misión Vivienda Venezuela ha sido de enorme importancia y se han entregado casa a muchos compatriotas, sin embargo la forma de decidir a quiénes se le asignan “oculta” una mafia que ha sido denunciada a voces. Hoy la burocracia habla del impacto que les ha causado que habitantes de los edificios de la Misión Vivienda toquen cacerola. La realidad es que la mayoría sale a apoyar al gobierno de Maduro ante las cacerolas y quienes las tocan son quienes pagaron altas sumas de dinero para que les asignaran viviendas en zonas privilegiadas. De allí el error de generalizar y catalogar a todos de desclasados y malagradecidos.
Sigamos describiendo tareas pendientes de un gobierno en revolución: Transformación de la educación, el tema agrícola, la lucha en contra de los ganaderos y latifundistas, terratenientes que incluso han osado a pagar sicarios para el asesinato de campesinos e indígenas. La decisión apegada a la lógica capitalista de devaluar la moneda, la inflación, el cobro de un IVA en lugar de pechar las groseras ganancias de la burguesía a quienes además se le hace una entrega indiscriminada de dólares baratos, la especulación con total impunidad que reduce el poder adquisitivo de los trabajadores, la mafia financiera que también ha aumentado enormemente sus riquezas durante el gobierno revolucionario, la corrupción grosera. Esos son solo algunos de los temas pendientes por resolver y que hacen mella en la intención de voto como expresión de no ver en el gobierno total coherencia, más allá de los discursos y del asistencialismo selectivo, con un gobierno de transición al socialismo: “transición al reformismo” dicen en las esquinas.
Es importante tener presente que en el Primer Consejo de Ministros, llevado a cabo el 20 de octubre de 2012, Chávez hace un llamado a la crítica y la autocrítica para rectificar y fortalecer la construcción de un gobierno de carácter socialista:
“el socialismo es democracia y la democracia es socialismo en lo político, en lo social, en lo económico... la base económica de un país capitalista no es democrática, es antidemocrática, es excluyente y de allí la generación de la riqueza y de las grandes riquezas para una minoría, una élite, la gran burguesía, los grandes monopolios, y de allí también la generación de la pobreza y la miseria para las grandes mayorías”. (Golpe de Timón. pag.11)
La importancia de ese Consejo de Ministros, recogida en “El Golpe de Timón” es que es una herramienta para abrir un canal directo de comunicación y diálogo con el Pueblo Bolivariano, pero principalmente con esa otra parte del pueblo explotado que no siendo oligarcas ni de la burguesía votan y se han corrido hacia la derecha. No podemos permitir que se silencie e invisibilice este importantísimo aporte del Presidente Chávez porque constituiría un error estratégico. Debemos convencer a quienes, muchas veces teniendo un diagnóstico de la situación que es correcto, sacan las conclusiones equivocadas y llenan de votos a la cara nueva de la vieja política, es decir Capriles, quien de manera manipuladora y distorsionada sí hizo campaña con los elementos que conforman gran parte de la crítica que se ha hecho desde la base y que la burocracia muchas veces ha descalificado. Las críticas necesarias para avanzar no se pueden invisibilizar porque quedan en bandeja de plata a la oposición porque les permite hacer estafa política con lo que ellos tampoco quieren ni desean cumplir, pero que les sirve para horadar las bases del chavismo.
A manera de conclusión
A pesar de lo antes descrito y que Chávez no está con nosotros físicamente, del desabastecimiento, de la especulación, de la devaluación de la moneda y de una campaña que tuvo todas las deficiencias, aproximadamente 7.500.000 venezolanos votaron por el Proyecto Bolivariano, un inmenso respaldo de confianza a Maduro para que se continúe el proceso revolucionario. Pero no hay que perder de vista que el país está partido en dos, la correlación de fuerzas es un dato preocupante. El gobierno de Maduro debe mandar obedeciendo como bien lo dijera Chávez el 08 de diciembre al despedirse. No es momento de sectarismo, es momento de seguir avanzando, pero escuchando las voces distintas que se reflejan en los sectores que apoyan la revolución. No es momento de tildar de ultraizquierdistas y dogmáticos a quienes hacen la crítica, ni mucho menos de endilgarle la abstención o los votos que se fueron a la derecha. Es momento de escuchar a las bases, es momento de activar los procesos constituyentes y el ejercicio decisorio por las bases: única manera de avanzar en las tareas de la transición al socialismo y poder recuperar a nuestros hermanos de clase que votan por la derecha. Es el momento de ser coherentes con las claves conquistadas por este proceso y con el llamado que hizo el Presidente Chávez a cambiar el rumbo a la izquierda, a dar un Golpe de Timón, es decir: Participación, protagonismo, proceso constituyente y refrendario.
El programa y principalmente las medidas de carácter político, económico y social no puede quedar sujeto solo a la voluntad del gobierno de cumplirlo, el que ejerce control social para que el programa se cumpla es una dirección colectiva del proceso, que no debe quedar circunscrita a los hombres y mujeres que conforman el gabinete de gobierno, sino que se debe parir una dirección colectiva con las organizaciones de base. Esa discusión no se puede reducir a un PSUV que ha sido una experiencia orgánica distorsionada, que no se abrió en la realidad a las tendencias y corrientes. Mucho menos el Polo Patriótico en el que no se parió un funcionamiento de los partidos aliados ni de las organizaciones que se afiliaron al mismo. Es necesario abrir un espacio político en el que tengan cabida las organizaciones que apoyan el gobierno revolucionario. Uno en el que se imponga un método democrático para decidir las propuestas de gestión de gobierno y que se puedan refrendar en la base. En ese sentido, desde la base se hacen esfuerzos importantes de articulación del movimiento popular como lo es el espacio del Encuentro Nacional del Pueblo Bolivariano en Lucha, otro esfuerzo importante es el que se hace desde el pensamiento crítico agrupado, en gran medida, en la Plataforma Patria Socialista. No es el momento de aplastar a las organizaciones minoritarias que están en el marco del apoyo a la revolución, al contrario, es de reconocerlas y abrirse a escuchar sus voces. Así defendemos el proceso revolucionario, el país, la transición revolucionaria y el legado de Chávez.
*Miembro de Marea Socialista