Ya se ha hablado suficientemente del criminoso Pat Robertson. Sabemos que el tinglado político estadounidense recurrió a los incitadores al fanatismo religioso, para acrecentar el número de votantes en ese país, quienes no llegan -usualmente- ni a la cuarta parte de todos sus habitantes cuando de elegir presidentes o senadores y diputados se trata. A la mayoría de los estadounidenses poco le importa quien gobierne, a menos que descubran (aún tardíamente) que les están matando muchos muchachos en cualquier guerra absurda o inmoral en la que los hayan embarcado. Tal y como les está pasando ahora mismo, mientras usted lee estas líneas.
Al descubrir que sólo la política era suficiente para mover a los electores, recurrieron a la inseguridad de la gente que fanáticamente es presa de embaucadores de oficio, como Robertson. A personas que creen dogmáticamente en algo que jamás han visto y que científicamente jamás les han podido probar que exista, para exacerbar precisamente sus inseguridades y sus instintos más primarios, y entonces ganárselos para la defensa de los valores de la “democracia liberal y el mercado”, llevados de la mano de farsantes como el tal Pat Robertson. De hecho, George W. Bush, luego de su reelección se jactó de haber obtenido más votos que nunca antes nadie en la historia de los EEUU. Lo volvió a llevar al poder lo más retrógrado del pensamiento norteamericano, si es que eso puede llamarse pensamiento. Lo que no logró la maquinaria del Partido Republicano lo lograron tipos de la catadura de Robertson.
El gobierno de Bush, pese a anunciar lo contrario, y pese -igualmente- a la oposición de organizaciones progresistas y libertarias, defensoras de derechos humanos, las cuales han acudido infructuosamente hasta a los tribunales de justicia para que se respete la Constitución en el articulado que habla del laicismo que debe mostrar el Estado, ha destinado miles de millones de dólares que salen de los bolsillos de los contribuyentes, hacia las iglesias y otras instituciones de carácter religioso que tienen como labor el acarrear ovejas y borregos hacia instancias políticas y, a la vez, haciéndoles imposiciones religiosas a cambio de ofrecerles empleo. Hasta en las escuelas se ha cambiado la teoría de la evolución de las especies por la explicación bíblica del origen de la vida, debido a la preocupación por ver reducidos subsidios oficiales. Todo eso me suena, me suena y cerca...
Con decirles que gracias al crecimiento de ese fundamentalismo religioso la corriente “liberal” del partido Republicano casi ha desaparecido y ha sido arropada por el sector conservador, o sea la derecha de la derecha del partido que está gobernando. Me sigue sonando...
Pero ¿ Qué pasará en Venezuela ?
Sabemos desde hace ya bastante tiempo que ese fanatismo terrible se encuentra bien arraigado en los EEUU, pero... ¿ Qué estará pasando en nuestro país ? Pues que el fanatismo religioso también ha venido creciendo y penetrando todas las capas de nuestra sociedad como una plaga que contrarresta y casi anula los propósitos de desarrollar el conocimiento como valor para la liberación, que vienen implantándose en el país, a trancas y a mochas, a través de las diversas misiones educativas. Cristianos evangélicos conseguimos hoy en todos los intersticios del gobierno. Copan desde los anillos de seguridad del Presidente, hasta las más altas instancias económicas. Están metidos desde los sótanos hasta las azoteas de cuanta institución financiera ha creado el gobierno, para prestar dinero a bajo interés a los pobres, y muchas veces hasta regalárselo. ¡Qué peligro!
Desde ese recóndito estado de Venezuela, llamado Táchira, han venido copando la escena financiera para alcanzar a todo el país. Con la presencia omnímoda (casi como la de dios, que “está en todas partes”), personajes salidos de la nada, como el Capitán Hernández Behrens, cuñado del gobernador del Táchira (ambos de marcada e inocultable vocación evangélica) crece el fenómeno. Iniciándose en Banfoandes, donde dejaron montado un aparato evangélico teledirigido, pasaron nada más y nada menos que a Cadivi, que es donde se establecen y deciden los mecanismos que permiten extraer divisas “legalmente” (¿Qué más puede pedir una secta de carácter internacional?). Allí dejan montada otra macolla evangélica también dirigida a distancia por este neo-mago de las finanzas, y de allí saltan a Bandes, posesionándose del banco más pródigo del Estado venezolano.
En ese recóndito estado de Venezuela, llamado Táchira, lo que más ha proliferado con el mandato del actual gobernador es el culto cristiano evangélico. Este señor, con el odio más que demostrado hacia los dirigentes y militantes del partido del Presidente (el MVR), odio cultivado desde los enfrentamientos por la primera nominación a la gobernación del Táchira, cuando mi presidente, nuestro presidente, no creyó en la decisión mayoritaria de los chavistas e impuso a dedo al candidato Blanco La Cruz (siendo éste aceptado por representar una petición de Chávez). Pues bien, Blanco la Cruz ha preferido gobernar con evangélicos, sin importar si estos son adecos o copeyanos; con el partido PPT (que le aportó dos mil votos), con el PCV (que le aportó 600 votos) y con una señora, propietaria de un partido unipersonal, quien desde los inicios de su gobierno ha fungido de directora de educación. Eso, para el señor capitán Blanco La Cruz, es el “chavismo” en el Táchira. No forma parte de su gobierno gente del MVR, que le puso 43 mil votos en aquella primera oportunidad (y sin los cuales no hubiese llegado a gobernador), cuando ese movimiento desvió sus votos hacia el candidato de Chávez, que no del chavismo real.
Decimos que es lo único que le perdonamos a Chávez, porque estamos de acuerdo con toda su gestión. De hecho, quien esto escribe hizo campaña con el hoy Presidente, tanto en El Táchira como en parte de su estado natal, Barinas. Y sigue creyendo en su gobierno y en la Revolución que trata de implantarse.
Por los lados del Táchira, el anecdotario político dice que cargamos como una maldición a cuestas. Cada vez que terminaba un quinquenio adeco o copeyano, nos entraba un fresquito. Pensábamos de forma más que optimista, que cualquier gobierno y gobernante que viniese, tendría que ser mejor que el saliente. ¡De lo malo que había sido! Pero no. ¡Que va! Resultaba peor que el anterior. ¡No pegábamos una! Con el advenimiento del proceso de instalación de la revolución Bolivariana, pensamos los tachirenses: ¡Bueno, ahora sí. Se acabó la mala racha! Lo que viene tiene que ser mejor que todo lo que tuvimos anteriormente. Pero tampoco. La maldición continúa. ¡Nos persigue! El gobierno actual, es uno de los peores de toda la historia contemporánea del Táchira. Lo adornan la desidia, la negligencia, la inepcia, el escaso seso de sus funcionarios, los escuálidos planes de desarrollo (el Presidente lo sabe), el pésimo estado de sus carreteras y sus puentes (el Presidente no lo sabe porque viaja en avión y helicóptero), el absurdo manejo del sector salud (que debe saberlo el Presidente) y... pare de contar.
A estas alturas ustedes dirán: Pero... ¿ Qué le pasó a éste ? ¿Cambió de tema en el artículo? ¿ Se desvió para poner quejas del gobierno de su estado natal ? Pero resulta que no, estimados lectores. El aparente cambio de tercio sucede porque lo único que ha florecido y florece, lo único que que ha crecido y crece, en el Táchira, es el cristianismo evangélico. El mismito de Robertson y de otros reverendos dizque nacionales, que han salido a condenar al reverendísimo gringo, pero de la boca pa’ fuera, porque se están superalimentando de las remesas de dinero que recaban a partir de los diezmos que les quitan a los desesperanzados, a los inseguros, a los crédulos, a los más pobres y a otros no tan pobres, quienes ahora no pagan comisiones para obtener contratos, pero sí dejan sus diezmos como lo manda la iglesia.
Con decirles que el año pasado, una funcionaria de la gobernación, muy allegada al jefe regional, gestionó y obtuvo de Banfoandes, la donación de mil millones de bolívares (¡Un millardo!) para una iglesia evangélica que llevaría a cabo una vigilia que además llamaron “Clamor por Venezuela” (?). Jamás en la vida había oído que una vigilia, que consiste en ayunar y meditar, costase tanto. Por si fuese poco, en el Estado Táchira, uno de los pocos estados de la República que contaba con una radioemisora de carácter público, es decir, del Estado, antes de encontrarnos con lo que pasa ahora (gracias a Chávez, Jesee, Alvin y otros) que contamos con la señal de Radio Nacional de Venezuela por todo el país, el ciudadano gobernador ha firmado un Convenio con una Iglesia Evangélica gringa, que tiene su base de operaciones en Miami, Estado de la Florida, en los Estados Unidos de Norteamérica, para que transmita EN DIRECTO, a través de la Radiodifusora Cultural del Táchira (Ahora llamada “Vital” 1.190 kH en AM), y desde la emisora mayamera, su propaganda religiosa entre las 12 de la noche y las 6 de la mañana, diariamente !!! ¿Cómo les ha quedado el ojo?
Pienso que eso debe transgredir hasta la propia Ley de Responsabilidad Social de Radio y TV (Ley Resorte), al violentar los porcentajes en lo que respecta al rubro “Propaganda”. Y no crean queridos lectores que son solamente esas seis horas de programación nocturna-matutina dedicadas al evangelio. Nooo! También tienen programas cristianos evangélicos durante el día. Con decirles que el director de la emisora también es pastor evangélico...
Valdría la pena saber si, así como alguien dijo que la plegaria de Robertson se había escuchado también en directo a través de una emisora evangélica del Guárico, lo mismo habría ocurrido en el Táchira… ?
Y para contrastar un poco lo del maravilloso crecimiento del cristianismo en mi estado natal, puedo decirles con toda propiedad, que cuando viajo hacia el Táchira por la mentada carretera de los llanos, y me voy acercando a su límite geográfico, me asalta la angustia, porque sé que voy a rodar mi pobre y ya desvencijado automóvil, por las peores carreteras de toda Venezuela. En las que además, contra lo que indicó el Presidente, cobran peaje...!
Y si se trata de la que viene de la población de El Vigía, en Mérida, hacia el Táchira, se encontrará usted con un escenario como de conflagración internacional. Hace unos días, una colega periodista colocó un mensaje dirigido a mi teléfono celular, que no puede resultar más descriptivo: “LA CARRETERA PA SAN CRIST ESTA COMO SI LE HUBIERAN CAIDO A BOMBAS, 7 PUENTES CAIDOS HUECOS A MILLÓN PARECE QUE HUBIERA GUERRA ja ja”(sic). Pero creo que la cosa no es para reirse. Recuerdo que en el pasado mes de Febrero, cuando ocurrió la última vaguada en esa zona, la autopista El Vigía-Mérida igualmente resultó con daños de gravedad. Pero antes de los diez días subsiguientes, el gobernador de esa entidad (Florencio Porras), a quien no conozco personalmente, la tenía reparada. Y además me cuentan que se ha dedicado con alma, vida y corazón a la peor catástrofe que tuvo el país en esos días aciagos de Febrero, con lo que pasó en Santa Cruz de Mora.
He ahí la diferencia entre un gobernador preocupado por un Estado y otro empeñado en que le carcoman el cerebro a los pobladores del suyo, con el cuento del evangelio, que como ya dijimos va contra la corriente de pensamiento expresada en la inquietud de las misiones educativas y el pregonado Socialismo del Siglo XXI, que por lo visto al Táchira llegará en el siglo XXII, si acaso !
Además me imagino que el señor gobernador del Táchira debe ser un funcionario muy ocupado. Si usted lo duda, solicítele una audiencia. Que se la concedan es más difícil que sacarse el Kino, que también es de allá. Pero les cuento que no siempre es así. Basta que le digan que llegó un pastor evangélico, así sea gringo, así no hable castellano (mucho menos español), porque éste sí será recibido inmediatamente.
Y en cuanto a chistes, circula uno que tiene que ver con la corrupción y las sempiternas “comisiones”. Eso, dicen, fue desterrado del Táchira. Los sobornos o comisiones o mordidas o matraca o como se llame, eso no existe. Porque ahora se llaman diezmos, para no distanciar mucho la religión del manejo del Estado. Y los diezmos, mis queridos amigos, son pa’ la iglesia.
No ha mucho, sacaron de su cargo a un joven y respetado intelectual tachirense, quien era responsable en gran parte, del manejo de una cosa que llaman Fundación Cultural Banfoandes. Y digo en gran parte, porque unos meses antes de que se lo cargaran, pusieron como presidenta de esa Fundación a la hermana del ciudadano gobernador. Por una decisión cristiana, quienes manejan el banco (Banfoandes) decidieron también pasarle su diezmo (que es un bojote de billetes) a la tal Fundación. La cristiandad evangélica se empeñó en obtener los cargos que por allí hubiese. Rebuscaron pequeñas anomalías administrativas en el manejo que llevaba la Fundación Cultural y -por supuesto- salieron del joven intelectual y artista plástico -caricaturista además- de agudo pincel. Y chavista porsia. Para justificar la “sacada” regaron a los cuatro vientos que el artista ganaba mucho dinero (creo que como dos melones mensuales) y cometieron la estupidez de alegar -además- el “manejo nepótico” que el descabezado mantenía en esa instancia, dado que su esposa -periodista- y su hijastro, laboraban también allí. La réplica no se hizo esperar, puesto que si algún gobierno regional es nepótico, violando incluso la Constitución Estadal, ese es el gobierno de Blanco La Cruz. Y si no lo creen vayan y pregunten. Que en todas esas colectividades pequeñas, todo es sabido. Además el descaro impide ocultarlo.
La última vez que visité San Cristóbal, me dio una de esas crisis en las que uno piensa y dice: Señor, ¿es que acaso nos merecemos esto? ¡Dios: Líbranos de las religiones y de estos religiosos! He oído decir en repetidas oportunidades que la ciudad de Maracaibo, está de lo más acomodada y bonita, gracias a la competencia que por ella mantienen el gobernador y el alcalde. En San Cristóbal, para colmo de males, nos pasa al revés. Al gobernador, para competir con el alcalde (quien hasta ahora exhibe mejores ideas) se ha empeñado en afear la ciudad a como dé lugar. Ahora ha sembrado en las islas de sus avenidas, montones de ladrillos y tejas de barro, coronadas por ollas también de barro, montando lo que pudiésemos catalogar como último homenaje mundial al Kitsch. Para colmo y a manera de diadema que corona el horror, se ha dedicado a última hora a colocarles rejas metálicas, gordas y verdes a los lados de las islas, tal vez para proteger los horribles adornos, para que la gente no pueda descargar su desaprobación rompiéndolas como ha venido sucediendo. Por lo demás una botadera de real absurda en vainas que durarán lo que una flatulencia en una hamaca.
Igualmente se ha desarrollado una apostadera en mi estado natal, porque parece que el único de los tres estados andinos que no va a terminar las obras deportivas para que se realicen los Juegos Juveniles Nacionales Andes 2005, es... adivinen cuál estado? Lo último que vi en la prensa de allá, es que efectivos del ejército han sido destacados para supervisar los trabajos en tres turnos continuos, para obligar a los trabajadores a darle sin descanso a las mismas. Pa’ más ñapa, en la principal arteria vial de la ciudad de San Cristóbal, la Avenida 19 de Abril, la obra civil que repararía un hundimiento que produjo una quebrada (que ya había hecho anuncios de sobra desde el año pasado, en el sentido de que la iba a socavar), ha sido paralizada hasta nuevo aviso. El caos vehicular es de padre y señor mío.
Total que ese pobre gobiernito que tenemos en el Táchira tiene el encargo de arreglar esa importante avenida, culminar las instalaciones deportivas para los Juegos, arreglar las carreteras de todo el Estado (al menos las que llevan a San Cristóbal) y los puentes caídos que no se han repuesto. Ah, y se me olvidaba otro puente importante: El de La Morita. Donde el viejo está que se cae y el nuevo, sin los accesos, lo mira impávido. Su importancia recae en que por encima de él pasan alrededor de 40 mil litros de leche diariamente acopiados por productores del sur del Estado. Sé que el gobernador tiene el dinero desde hace ya bastante tiempo para hacer los accesos al nuevo puente pero parece que estuviese esperando que se cayera el viejo, que es el que está en uso, para ayudar a Chávez con la escasez nacional de leche.
Yo, al igual que muchos chavistas del Táchira, sostenemos que la ubicación de ese señor allí, en la gobernación del Táchira, es lo único que tenemos que perdonarte, Chávez. Porque defendemos tu gobierno, con tus misiones, con tus medidas a favor del pueblo, con tus éxitos y hasta con tus desaciertos. De igual forma creemos -de verdad verdad- que sabes que tu compadre querido ha puesto la gran torta con su opaco gobierno, uno de los peores, repito, que recuerde la historia contemporánea del Táchira. Entendemos que para ti no es fácil cargar con ese bacalao de culpa sobre tus hombros. Pero el gobierno de Ronald Blanco ha sido tan nefasto que el Referéndum con el que pretendieron sacarte de la presidencia (sin éxito) en el Táchira se perdió. Y tú lo sabes. Y también en esa oportunidad fui hasta el Táchira a votar por ti.
Y no nos vengas con el cuento de que Blanco La Cruz ganó la gobernación porque eso lo ganó prácticamente por forfeit. La oposición se desinfló en el Táchira. No tuvo contendor. Y además, una vez más, nos pediste el voto para tu compadre, a pesar de estar enterado de su pésima gestión. Y los tachirenses, aunque no en la cuantía de antes, te dieron ese voto. No a Ronald Blanco. A ti...
Ahora las voces agoreras dicen que la maldición continuará porque los cristianos evangélicos con Ronald a la cabeza, andan aupando la candidatura de Hernández Behrens para que lo suceda en la gobernación. ¡Qué buena broma! -digo yo- con esta logia fundamentalista, con su fanatismo, con sus ambiciones, con su pensamiento íntimo tan ligado al de Robertson (anticomunista, antisocialista, antimusulmán, antiminorías, anticientífico...), arraigada y creciendo justamente al lado de Colombia, con Uribe, con su Plan Colombia, con su Plan Patriota, con su anti-revolución, con su antibolivarianismo de siempre...
Con todo el amor que te profesamos, Chávez. Con los ojos puestos en ti, creyendo en ti, esta calamidad de Ronald Blanco La Cruz te la perdonamos. Y no te molestes, porque (no quisiera decirlo) tú sabes que lo que vengo describiendo es verdad. Pero tú, tú sólo eres el Presidente de nuestra República Bolivariana de Venezuela. No eres el gobernador del Táchira. Y tú no puedes, o no debes, andar detrás de cada gobernador que no hace su trabajo y que te mal-representa, como un padre detrás de un muchachito inconsciente. Te lo repito: Es lo único que te perdonamos. Por lo demás ¡Estamos contigo!
( manuelrugeles@mixmail.com / manuelrugeles@gmail.com )