Podemos asegurar que la impunidad no solo existe en lo político y hasta en lo delincuencial de cuello blanco, aunque en el fondo la transgresión no deja de ser común, es cierto que en nuestro país la cosa pasó hace rato la raya amarilla, históricamente la especulación ha existido a veces solapada y en otras ocasiones de manera abierta, desde hace un tiempo para acá se ha venido gestando y ejecutando de manera gradual o progresiva una serie de eventos que no dejan lugar a dudas acerca de maniobras sigilosas por parte de empresas medianas y pequeñas en complicidad con el mundo político de la derecha nacional e internacional aprovechándose del control que ejercen en la red de comercialización a nivel nacional.
Ignoro totalmente el papel que desempeñan organismos del Estado que se crearon para combatir estos actos de piratería comercial, salvo operativos que ocasionalmente aparecen noticiosos que dejan al descubierto tal o cual comiso y eventual venta al detal al pueblo, pero, detrás de todo esto, porque sigue ocurriendo la escasez ahora por rubro, aparece uno desaparece el otro, se esconde todo un plan concebido inteligentemente, el acento en la desaparición de productos de tipo exigente o de primera necesidad se ha puesto hacia el interior del país, conozco los casos de Maracaibo y San Juan de los Morros, en los Estados Zulia y Guárico respectivamente; en el primer caso son enormes las colas en el Bicentenario ubicado en el C.C. Costa Verde, cada vez que aparece Harina Precocida, Jabón, aceite entre otros rubros. Preguntamos ha sido usted testigo de la escasez de cerveza en alguna licorería, conoce de algún restaurant donde en el menú no haya carne, o el licor que prefiera, sin embargo hay otro caso emblemático que en mi opinión no ha sido debidamente seguido como el de los vehículos, esos si es verdad que desaparecen y aparecen cuando el interesado “abona” un extra al precio. Hasta los helados desaparecen y no por evaporación o descongelamiento.
Lo cierto de todo esto es que estamos en presencia de una guerra económica aparentemente de baja intensidad pero de proporciones muy altas que han producido en la población desesperanza y verdadera “arrechera” en mucha gente, creo que este factor hay que considerarlo en el momento de evaluar la fuga de votos del chavismo.
Mas allá de la retorica revolucionaria que siempre ha existido, debemos afinar bien el lápiz y atacar definitivamente no solo este fenómeno subversivo sino la posibilidad de omisión o complicidad en los órganos del Estado civil o militar o ambos. Es hora que el pueblo asuma de verdad verdad, lo que se ha llamado controlaría social y que a la buena de Dios se cumpla el compromiso en la defensa categórica de la Revolución Bolivariana, ahora mas temprano que tarde, los recién juramentados inspectores ciertamente si cumplen su trabajo bajo la lupa bien clarita puede que descubran los entretelones de esta guerra que debe finalizar por la fuerza de la justicia.
El pueblo es sabio y seguros estamos conoce o sospecha por donde viene la cosa, de tal manera que, debemos darle armas e instrumentos y por supuesto el apoyo debido para que haga lo que tiene que hacer hoy no mañana.
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