El Poder Popular y la Revolución: ¡Un Debate Trascendente y Urgente!

Para tratar el tema que aparece como título, parto de la siguiente premisa: El Fortalecimiento del Poder Popular es el arma para avanzar y profundizar este proceso. Por fortalecimiento entiendo, organización y conciencia. Estar organizado no supone personas calificadas como voceros y voceras  a la espera o tramitando un aporte del CFG o una gobernación. Organización es movilización bajo los designios de una conciencia. Este es entonces, un tema vital para el futuro y debe estar en una agenda de debate.

¿Se Fortalece el Poder Popular?

No intento responder esta pregunta, a partir de un trabajo de campo sistemático de seguimiento a una cantidad considerable de consejos comunales para ver su funcionamiento y producir una conclusión en función del comportamiento de una muestra. Me  anima en esta reflexión, una idea que tomé de un extraordinario pensador (Gastón Bachelard), quien en uno de sus libros más significativos nos dijo:

El exceso de precisión, en el reino de la cantidad, corresponde muy exactamente al exceso de lo pintoresco, en el reino de la cualidad. La precisión numérica es frecuentemente un motín de cifras, como lo pintoresco es un motín de detalles

Más que un esfuerzo para centrarme en la cantidad, es una mirada al funcionamiento de los Consejos Comunales un poco especulativa y que pone en cuestionamiento una manera de ver este asunto a través de  datos, que probablemente no comunican nada sustantivo sobre el avance del Estado Comunal o para ser menos exigente, no dicen mucho sobre el fortalecimiento del Poder Popular. No afirma esto, que no haya avances, pero los datos con los cuales tratan de convencernos  de ese  fortalecimiento, tal vez no sean tan duro.

Un dato, que para algunos puede ser sustantivo de lo que trato de exponer (Languidecimiento del Poder Popular) puede ser la existencia de siete leyes que ofrecen herramientas para este proceso de fortalecimiento del Poder Popular.  Seis o siete ley del Poder Popular, es efectivamente un producto del trabajo del Poder Legislativo, pero en este caso, no puede suponerse una transferencia automática para el fortalecimiento del Poder Popular. Pregunto: ¿Estas leyes efectivamente han concretado  un cambio sustantivo en la organización Popular? ¿Existe alguna iniciativa ya sistematizada para promover transferencia al llamado Poder Popular? ¿Cuántas Alcaldías por ejemplo han transferido competencias al poder popular?

Para los que opten cuestionar esta reflexión, pudieran plantearme que en el país hay un conjunto de Consejos Comunales que funcionan tal y como se ha concebido. Sé que existen, pero no sé si los números dan para creer en la existencia de un poder popular o un fortalecimiento de ese poder. Pueden rebatir esta idea con otro dato que deslumbra mucho y la burocracia sabe manejarlo muy bien. Se nos dice que los consejos comunales del país han recibido cientos de millones bolívares para ejecutar sus propios proyectos. Pienso ahora y me pregunto: ¿Cuántos de esos recursos ha sido utilizado para ABC y cuántos para tener a la escuela como un centro de formación y concientización de una comunidad?

Veamos a la situación desde una óptica menos cuantitativa y más cualitativa

He oído de experiencias de voluntariado que se emprenden desde instituciones públicas (Alcaldías, Gobernaciones) y muchas de este trabajo de voluntario que es una iniciativa excelente, se focaliza en una comunidad para limpiar una escuela y al oír de esta experiencia, inmediatamente comienzan a surgir preguntas. ¿Qué es una escuela para una Comunidad? ¿Qué es el servicio educativo para una comunidad? ¿Tienen los Consejos comunales un cariño por las escuelas de sus comunidades? Si una escuela se percibe abandonada y sucia en una comunidad por decidía oficial, cómo entender que esa comunidad con su Consejo Comunal al frente, no asuma por lo menos un barridito de esa escuela. ¿Qué tanta conciencia hay en ese Consejo Comunal?

Estas preguntas vienen con la imagen de Prieto Figueroa, considerando su tesis de concebir a la educación como una poderosa arma para la transformar la sociedad. Si un Consejo Comunal pelea unos recursos para un ABC o  para unas viviendas y la escuela la ven muy lejos, no creo sinceramente, que podamos en este caso, aceptar la posibilidad de un sistemático esfuerzo por fortalecer el Poder Popular.

Veamos el caso con el acaparamiento y especulación. En las bodegas y abastos de los barrios es donde más se observa y no por casualidad, la venta de productos de la cesta básica con altos precios y aunque se oigan denuncia, no se ve ni se siente una organización movilizada combatiendo estas prácticas.

Si alguien no cree en esta posibilidad y tiene  (por lo menos en Anzoátegui) preferencia por los estudios de casos para comprender este asunto del fortalecimiento del Poder Popular, tal vez sea un buen caso para el análisis, la comunidad de El Viñedo. Valdría la pena disponer de un equipo interdisciplinario para comprender este caso y no transferir los problemas que ahora creo que existen a la  a la comuna que trata de conformarse. 



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Evaristo Marcano Marín


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