Una salida plausible actualmente para proseguir los avances de la justicia social emprendida en catorce años por la transformaciones administrativas políticas jurídicas sociales llevadas a cabo y, dar un claro y evidente ejemplo histórico; a todos los sectores sociales; políticos, al pueblo y sus detractores, movilizándolos a favor de que sí hay solución en justicia social, es demostrando voluntad política para el cambio hacia la conciencia posible desde el nivel práctico de lo ideológico para la producción económica eficazmente ejemplar lo constituye el desclasamiento en revolución.
La “fraternidad, igualdad y solidaridad” no como poesía pura y bella letra muerta, se hace necesario un desclasamiento social
Desclasándose Socialmente de privilegios, haciendo lo que se pregona idealmente, por sus hechos los conoceréis, “mostrando los hechos vemos la fe”
No a los privilegios de los criticados ideales burgueses
Para disminuir las contradicciones, activando un emergente plan de tareas productivas inmediatas, incorporando fuerzas de trabajo, empresas igualmente rentables, planificadas metódicamente productivas, parcelada por tiempos en etapas y gremios en todos y cada uno de los sectores y componentes de los trabajadores.
Imponiéndose primero en toda dirigencia y administrativa del gobierno y los empresarios del Estado sin lucro; es un “golpe al timón” efectivo, de ciento ochenta grados, que trataría de consolidar psicológica y socialmente al motor movilizador a favor del pueblo, -pues el trabajo social educativo es con ejemplos; para en corto, mediano y largo plazo desde allí empezar- ajustado a un especifico sistema operativo laboral aprovechando las condiciones subjetivas y objetivas que están dadas para la revolución cultural industrial.
¿Cómo? Desde el orden y la planificación llevada con disciplina apoyada en la ciencia metódica; más allá de una bienvenida organización comunal en lo político electoral, más que un reinicio del sistema económico político, activando efectivamente las actividades de las empresas básicas, la sustitución de importaciones.
Un sistema económico político integrado
En todos los sectores sociales populares nacionales, una unidad productiva nacional dentro de la heterogeneidad. El desclasamiento social de los privilegios. Aprovechando la crisis en positivo y revertir lo negativo dando claros ejemplos éticos, adquiriríamos capacidad a largo plazo, igualdad equitativa de abajo hacia arriba, pero, con la participación incorporada y concurrentemente efectiva y concreta de todas y todos las individualidades nacionales en la utopía posible de la “justica social para la paz” H. Chávez
El giro copernicano socialista es preferible a la violencia de clases
Deponer los privilegios de clase, del burocratismo insano, y llevar a cabo con ello concretamente el proyecto industrial interregionales, en igualdad de sacrificios, jornadas laborales, de tres turnos de lunes a lunes, con ocho horas y días de descanso, pagos justos proporcionales dentro de los derechos económicos imprescindibles al costo de la vida actual; cada uno en su sector con sus tareas respectivas.
No todos pueden ser conductores sociales “líderes,” se necesitan trabajadores que abonen el camino de la soberanía nacional. A. Gramsci
Perfeccionando en proceso la ley orgánica del trabajo, hacerla coherente por tiempos a la medida del aparato nacional laboral socialista, dentro del espacio de su practica en respaldo de su “doctrina socialista” para el desarrollo; agrario, tecnológico, manufacturero industrioso de la diversificación petrolera entre otros, con manos y mentes empleadas productivamente alcanzando un mayor PIB, más allá del unirrentismo dependiente
La estructura cohesionada por los intereses de los trabajadores nacionales
Deviniendo así en cada región la pretendida estructura organizada productiva del pregonado autónomo poder popular comunal, disminuyendo paulatinamente la delincuencia, unificando con ello la unidad familiar como célula social básica del Estado docente, alentando la disminución de la gran brecha clasista, que tantas contradicciones, lucros, desequilibrios, inflaciones, fascismos, divisiones, foquismos, desmovilizaciones, sectarismos, revisionismos, chismes y antagonismos generan.
Se debe avanzar hacia el desarrollo social no solo teóricamente, sino a través del giro copernicano para las básicas tareas del trabajo socialista
Con un criterio realmente ajustado a una homologación de sueldos y salarios razonable, acorde al pretendido “bienestar socialista” adaptado al costo cotidiano y real de la vida familiar, Pero para ello debe derivar de una estructura laboral planificada para su efectividad eficiente. La soberanía productiva
No dentro del divisionismo de una artificial economía rentista muy presente en las organizaciones de todos los trabajadores, donde todo se arregla con subsidios. En los sindicatos, en lo político, en lo social y técnico del trabajo y que ha demostrado sus limitaciones reales en escasez, hábilmente aprovechadas y montadas por el clasista ambicioso liberalismo expoliador
Es necesario el desclasamiento en revolución
Para salvar las conquistas que persiguen justicia social, que aunque parcialmente ineficientes hasta ahora en lo práctico de la razón y la voluntad humana en sociedad toman su tiempo histórico, no dejan de ser un atractivo catalogo de derechos humanos, una expedita justicia social inéditamente ejemplar, por los cuales vale la pena desclasarse de privilegios divisionistas sujetos a prácticas antagónicas paradójicas de los ideales humanistas pregonados.
Del ideal socialista a la práctica de la voluntad emancipadora
Toda la ciudadanía sin excepciones, a lo concretamente laboral para la producción equilibrada de riquezas espirituales, bienes materiales y servicios públicos eficientemente sustentables. El desclasamiento en revolución
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