Ministra Meléndez y Lorenzo Mendoza: ¿Cuántos Rabos y Orejas Guindan en su Despacho?

Guardo muy celosamente en mi memoria de trabajo y en mi computadora portátil, el anuncio (muy taurino y matador) que a través de una entrevista  formalizó la ministra Carmen Meléndez y en el cual, se nos entusiasmó con una de darle un vuelco radical y revolucionario al desempeño del gobierno.  El título que se le dio a la entrevista fue muy bueno (y matador) y se publicó así: “Ministra Meléndez cortará rabo y oreja a burócratas, pero también premiará eficiencia”[i] 

Un anuncio  vino al “pelo” para reactivar  las esperanzas y combatir la  enfermedad de la indiferencia y el burocratismo, que viene matando al proyecto. La entrevista fue en noviembre 2012 y como entrevistador, estuvo Clodovaldo Hernández, que reporteando y escribiendo, es como Miguel Cabrera con un bate en la mano y parado frente al pitcher. 

Parece muy pronto para ver rabos y orejas cortadas y guindadas en la pared del despacho de la ministra. Puede ser poco tiempo, si consideramos erróneamente que el burocratismo, la indiferencia y la ineficiencia son situaciones atípicas, extrañas y nuevas. No es este el caso; la situación que permitió darle justificación a este ministerio, estaba (y está) en una fase crítica y ameritaba una intervención muy rápida.

Realicé un control y no leí un desmentido a través del cual, la camarada ministra, sostuviera que no planteó la situación en términos tan taurinos. Ignoro totalmente, cuántos rabos y orejas cuelgan en la pared de la oficina de la ministra, pero el asunto comenzó a preocuparme y angustiarme, porque en muchos (o casi todos) los actos públicos que logró ver a través de la televisión o en fotos de notas de prensa, percibo el rostro de la ministro y al verla codo a codo con altos personeros del gobierno y siendo una pieza clave en el proceso de seguimiento y control, me he dicho muy silenciosamente: Caramba, pero no parece correcto que esta ministra se codeé tanto con los que debe evaluar y creo (seguía diciéndome) que ese tiempo que utiliza para estar en actos de este tipo,  debería  aprovecharlo para hacer lo suyo, que es definitivamente un asunto muy estratégico para la revolución.

Por supuesto debe conocer las políticas y estar en los gabinetes, pero su fuerte es precisar resultados y su “pateadero” debería ser otro.

Creo en definitiva y por lo que hemos estado criticándonos en todo este tiempo que viene desde antes y después del 14-A, que a la ministra la envolvió la ley de Murphy y ningún ministro o ministra está ahora sintiendo, que una de sus orejas o su rabo, cuelga de un clavo en una de las paredes del despacho de la ministra.

Llevamos más de cinco meses con una política de desabastecimiento, escasez y especulación que de alguna manera produjo malestar y puede ser una de las causas de los 600 mil votos que saltaron la talanquera. Sabemos que esto fue un plan (¿o no?) y si ese plan se impuso por sobre el nuestro. Se percibe que los actores del plan desestabilizador con los alimentos fueron más hábiles y alguien de los nuestros viene siendo ineficiente. En ese ámbito de la gestión, las fallas y las consecuencias están claras y  no he conocido de ningún rabo u oreja guindando en una pared del despacho.

Si necesitamos otro dato importante para visualizar nuestra ineficiencia en este campo  (sin oreja y rabo guindando), acordémonos que ayer mismo, hubo una reunión entre el Presidente y Lorenzo Mendoza. No fue una reunión para cordializar o una reunión que hubiésemos promovido y querido. No me imaginaba a estas alturas del proceso, una etapa de “cordialidad” con Lorenzo Mendoza y solicitándole sus buenos oficios para la revolución. Es sencillo;  el plan de Lorenzo Mendoza ha sido más efectivo que el nuestro y esto debe tener sus responsables. No veo rabos ni orejas cortadas.

Creía que esta cosa de la soberanía alimentaria se había entendido plenamente. Pasamos un mal momento entre el 2000-2002 y este esfuerzo por darnos una soberanía alimentaria viene desde el Proyecto Nacional Simón Bolívar (2007/2013) y aún así, no le observo un efecto práctico a esta política. Aunque algún ministro pueda decirnos de los miles de millones que se han colocado para ser un poquito más soberano en la alimentación, eso no parece suficiente o comunica muy poco en cuanto a los impactos.

Continúa aún la política de desabastecimiento y siguen manifestándose situaciones no deseadas en otros ámbitos, pero me gustaría saber, cuántas orejas y rabos tiene colgado la ministra en su despacho y cuántos premios ha debido entregar para valorar estimular la eficiencia.

Marcano.evaristo@gmail.com



[i] La entrevista puede ser leía en ente enlace: http://www.aporrea.org/contraloria/n218449.html



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Evaristo Marcano Marín


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