Cultura popular y toma de conciencia: ¡no volveran!



Toco, toco el tambor, este es el tambor del amor. Toco el tambor del amor, de la unión en libertad. Toco, toco el tambor el tambor de la nueva sociedad, la Venezuela bonita, la Venezuela del cambio, la Venezuela de todos, la Venezuela de hoy.

La cultura, es el motor que fragua la dinámica tarea social de los pueblos. La cultura nos mueve hacia nuestras raíces, fortalece nuestros principios de autonomía y nos da vitalidad como sociedad inmersa en la unidad y diversidad de los grupos que subyacen en ella.

Mantener dentro de nuestra vida diaria, la vida misma sumergida en nuestra cultura, es una responsabilidad de los ciudadanos, de los líderes políticos, de los gobernantes, de los poetas, de los escritores, de los pintores, de los jóvenes, del pueblo. Porque la cultura somos nosotros, es un todo que envuelve la sociedad y le da savia, le da presencia, le da autenticidad, le da historia, le da sueños.

Durante mucho tiempo, la cultura en Venezuela permaneció dividida, escuchábamos hablar de la cultura dominante y veíamos a la élite burguesa de cada provincia o estado venezolano apropiarse de lo que era patrimonio de todos, de incidir en nuestra forma de vida y obligarnos a utilizar sus modismos, para no ser rechazados o marginados. Nunca pude ver a Juana La Gorda de Reverón cuando vivía en el Zulia, la añoraba cuando cantaba la canción de Ali Primera, pero si tuve la oportunidad de verla en el exterior, cosas de la vida serán o cosas de los gobiernos serían. Esto nos permite pensar que la cultura dominante venezolana cuarto republicana, además, de ser selectiva y abusadora, también fue viajera y pantallera, paseante al exterior como los viajantes venezolanos gozosos de dejar sus dólares en Miami (denigrantes del turismo nacional). No daban, a las masas populares del interior del país la alegría de conocer nuestras hermosas obras de artes, pintadas por pintores del pueblo.

La cultura dominante de la Venezuela del pasado, desvalorizó las costumbres del pueblo, aquellos cantos y bailes ancestrales que disfrutábamos en la niñez, fueron sustituidos por componentes foráneos y poco a poco logró menguar a la gran y bella cultura popular. Nos circunvalaron el cerro, para que nunca saliéramos a zapatear los tambores de San Juan en el teatro Teresa Carreño y ahora que somos libres, y tiramos las cercas al suelo, nos dicen sucios porque bailamos con alpargatas en los escenarios que ellos ocupaban. Resentidos sociales porque les adivinamos sus estrategias maquiavélicas y porque los conocemos de cabo a rabo, claro de tanto polvorín que le sacamos al suelo, a nosotros los tierruos, se nos iluminó la conciencia. Cultura popular y toma de conciencia: Nacimiento de una nueva conciencia, con un slogan heroico: NO VOLVERAN.

La cultura que resurge en la nueva Venezuela, no solo debe permanecer en nuestras sociedad y fortalecerse, sino también debe divulgarse, darse a conocer con los valores y los principios que posee nuestro pueblo, provenientes de la esencia misma de la patria revolucionaria. La patria nueva construida con tenacidad y trabajo, patria edificada con la alegría de la libertad y la igualdad de todos.

Cultura no es solo tocar los tambores de San Juan, las gaitas de Maracaibo, los diablos del Yare y toda aquella tradición que vuelve a nosotros hoy, rememorando una historia olvidada en la Venezuela del pasado hosco. No es exclusivamente, ir al teatro y reconocer nuestras obras de artes. Cultura es conocimiento, identidad y defensa de todo lo nuestro, cimentado en el nuevo proyecto país que queremos los venezolanos(as): La Democracia Socialista añorada, impregnada de justicia social.

La cultura en la Venezuela nueva, debe ser la Biblia del pueblo, un libro sagrado que englobará la articulación individuo sociedad en un todo armónico, donde las ideas del nuevo país, estén arraigadas en el pensamiento y en la acción de sus habitantes.

Cultura es la alegría que contagia, la acertividad, el respeto, es la constancia por el logro, es la unión de los instrumentos para emitir bellos acordes en los violines tocados por la Sinfónica Juvenil. Es el verbo hecho poesía que habla del amor, de los sueños. Es la conciencia socialista que construimos, divulgada en el foro del teatro, en el café de la calle, en el círculo comunitario, en el autobús o en el metro.

Toco, toco el tambor, este es el tambor del amor. Toco el tambor del amor, de la unión en libertad. Toco, toco el tambor el tambor de la nueva sociedad, la Venezuela bonita, la Venezuela del cambio, la Venezuela de todos, la Venezuela de hoy.

(*) Socióloga venezolana radicada en Costa Rica.



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Carmen Arelis Contreras M (*)


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