¿Desobediencia civil militar?

La decisión que tomará el máximo tribunal del país tiene en activa movilización a partidarios del Gobierno y de la oposición. Por un lado los venezolanos son bombardeados por distintos voceros del bando opositor a través de los medios de comunicación. Y por otro lado, el que más le hace daño a la imagen del gobierno, tenemos a sus partidarios en "caliente" actividad cada semana frente a las puertas del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ).

La oposición dice descaradamente que si el TSJ se pronuncia en contra de los generales ya no hay nada que hacer. Sólo queda la salida violenta, la desobediencia civil militar (¡¿?!). Ahora, si se pronuncia a favor se estará haciendo justicia. Extraño razonamiento para entender la independencia de los poderes públicos.

Del lado del Gobierno nos encontramos a manifestantes enfurecidos, en permanente confrontación, exigiendo lo contrario. En una torpe actividad semanal que ningún dirigente es capaz de canalizar. En lugar chavistas, parecen anti, tal es el grado de irracionalidad de su actividad. No importan sus fines. Son sólo "pasto para los buitres". Le toca al TSJ una difícil decisión, sin duda. La oposición ya no acusa los magistrados de chavistas, puesto que, al parecer, tienen cierta seguridad de que la decisión les será favorable. Pero siempre dejan lugar al caos: "si no prepárense, ahora sí habrá rebelión, sí habrá sangre".

En estas circunstancias, cualquier cosa que haga máximo tribunal recibirá disparos. Cualquier cosa que haga el TSJ será considerada inconstitucional. Cualquier decisión que tome será leída por uno u otro bando como una "traición a la patria". Están rodeados, pues. Los cuatro generales dijeron que acatarán lo que diga el TSJ, desmintiendo a uno de sus abogados quien aseguró que si la sentencia no les es favorable se declararán en "desobediencia civil militar" (otra vez: ¡¿?!) Grandes titulares se llevó el señor abogado. Y esto es lo grave. Sobre todo porque es un discurso manejado por los medios de comunicación con destinatarios muy definidos. ¿No se llama esto propaganda de guerra?. De aquí en adelante tenemos una nueva forma de llamar (y de promocionar) un Golpe de Estado. ¿No les gusta más vacío de poder?. Ya lo dijo Cecilia Sosa, en una declaración que definitivamente le quita la aureola de cierta sindéresis que aún conservaba, cuando llamó el domingo pasado a "provocar la desobediencia militar y promover actividades de información dirigidas a los sectores civiles y militares".

¿Desobediencia civil militar? ¿qué vaina es esa? Alguna vez dijimos que el realismo mágico lo vivíamos a diario, que Macondo es Venezuela. Cada día nos convencemos más de que hay y seguirá habiendo lugar para el asombro. Sólo que acá no es producto de la imaginación prodigiosa de un premio Nóbel de literatura, sino producto de fanatismos incontrolables. Fanatismos suicidas. Los venezolanos necesitamos instalarnos cuarenta días con sus cuarenta noches viendo ininterrumpidamente un ciclo de cine que nos muestre, por ejemplo, los horrores de la guerra civil española. O una dosis intensiva, para no irnos tan lejos, del noticiario RCN de Colombia, sin los segmentos de deportes y farándula, ¿Será que el odio es el sentimiento que mejor sabemos manifestar? A veces nos atrapa la desesperanza.



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Mercedes Chacín - Periodista (Remitido por René Baralt)


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