Aunque una de nuestras grandes debilidades es la de tener una memoria mala y muy corta; aún así, el hecho es muy reciente y por lo menos debemos tener dos recuerdos muy fijo o fácil de traer a la memoria de trabajo. Debemos recordar muy bien, aquella señora toda muy escuálida con cara cargada de rabia y odio porque Eduardo Samán trataba de defender al consumidor frente al acaparamiento y especulación.
¿Recuerdan? Esa señora toda rabiosa rompiendo el paquete de arroz en la propia narices de Eduardo Samán, que todo aquello lo observó muy pacientemente y concediéndole a esa señora rabiosa, el “derecho” a drenar toda su arrechera contra el gobierno y en apoyo a los acaparadores y especuladores. Eduardo Samán supo respetarle el odio y rabia a esa señora y se comportó como una persona.
Vino el otro momento no explicado hasta ahora, pero que igual debe estar muy bien guardado en nuestra memoria. Fue el momento de la despedida (léase botada) de Eduardo Samán del INDECU. Salió Eduardo Samán del denominado INDECU y no hubo explicación que nos permitiera entender esa situación y Eduardo Samán, como todo un Caballero pasó todo aquello con paciencia y humildad. Mucha humildad.
Despidieron a Eduardo Samán del INDECU y seguidamente lo botaron del VTV y de todos los medios públicos venezolanos. Nadie, hasta donde yo se, intentó darse un abraso público de solidaridad con Eduardo Samán y creo que fue Aporrea la única válvula de escape para que unos y otros de los sin voz en medios públicos, manifestáramos nuestras situaciones sobre Eduardo Samán.
Hoy observamos casi paralizados a Eduardo Samán en la cresta de la ola, pero todos vemos este regreso como un simple: volvió, volvió, volvió. Pocos nos preguntamos sobre las razones de ese regreso y de las razones de aquella despedida tan abrupta, que ni hubo un derecho a una información veraz.
Sencillo, hubo factores de poder y con mucho poder para darse el lujo de cercar a Chávez e imponerle la necesidad de salir de Eduardo Samán, que casualmente estaba bien casado con una de los frentes de guerras más importante de la oposición y que durante estas elecciones del 14-A jugaron un papel importante. Samán vio claro es guerra y la enfrentaba. Todo o casi todo INDEPABIS por lo que uno logra leer a través de los medios públicos y privados estaba más o menos bien cuadrado con el plan de acaparamiento, escasez y especulación. Una perfecta V columna.
Hace uno poco meses, supimos por medios impresos, pero principalmente por Aporrea (¿Qué sería de esto sin Aporrea?), que hubo un intento de cerrarle la posibilidad a Eduardo Samán para competir por una Alcaldía. Todo esto configura un mar de inquietudes y preguntas, que ahora me permito formular para la debida reflexión:
¿Son los fiscales de INDEPABIS los únicos responsables de esta corrupción? ¿Estos fiscales se autonombraron y juramentaron como Carmona? ¿Cómo llegaron a ser fiscales? ¿Quién o quiénes aprobaron sus ingresos? ¿Quién o quiénes pujaron para la salida de Samán? ¿Serán estos fiscales una parte del cuento del chinito de Recadi?
Esto evidentemente no termina con Eduardo Samán al frente de IDEPABIS. Hay o debe haber más. Esta V columna debe tener sus tentáculos o debe reposar en el nido de alacranes que Müller Rojas identificó ya hace mucho tiempo.
Lo peor de toda esta historia, es que en ese mundo de las altas esferas del PSUV todos callaron. Nadie fue capaz y tuvo fuerza humana para expresarle un abrazo de solidaridad a Samán. Eso es tal vez, la peor situación de esa historia.