La contra-revolución coge vuelo en El Táchira
Me han dicho que -afortunadamente- ya Chávez está informado de lo que denuncié a través de esta ventana, la quincena pasada. Y el (nuevo) Jefe de la Disip ha sido comisionado para investigar urgentemente lo que pasa. Cuentan que con el desplazamiento de venezolanos en las zonas fronterizas, debido al hostigamiento del ejército, grandes espacios que incluyen Parques Nacionales como el de Ell Tamá, comienzan a servir de alojamiento a las denominadas Autodefensas Unidas de Venezuela (AUV), emulando a las de Colombia y nutridas por combatientes paramilitares colombianos “desmovilizados” allá. Con este caso, se presentaron “coincidencias” más que sospechosas: El gobierno inicia el Plan “Soberanía” en las zonas de frontera. También visita esas zonas el embajador de los EEUU (Brownfield). Se incrementan ahí las acciones paramilitares y coincide esto con la fulana “desmovilización” de paramilitares en Colombia. Según nos informan, la Agencia Central de Inteligencia (CIA) movida para esa zona, ensaya la ideologización de campesinos con la ayuda de la penetración evangélica, tal y como lo han hecho en Colombia y en otros países. Comienzan a aparecer letreros en las paredes de los pequeños poblados campesinos, frases como “Shalom es paz” (Shalom es utilizado frecuentemente por los judíos. Quiere decir: La paz sea contigo. Pero no olvidemos que la biblia cristiana incluye muchos elementos del judaísmo. De hecho, al que adoran como Señor, era judío). Los campesinos (que ahora dirán algunos jefes, son opositores) dicen que son hostigados como en la Cuarta República, por parte de efectivos militares que no cargan identificación y se cubren los rostros. Que realizan detenciones ilegales, allanamientos sin orden judicial. Que los golpean y vejan. Que les violan sus derechos con la excusa de que andan tras grupos guerrilleros. Y que hasta les dicen, cuando se quejan, que ese tipo de arbitrariedades están respaldadas por el Presidente Chávez (Como podemos intuir, mis queridos lectores, son “chavistas” estos milicos). Cuando a uno le dicen que los que cometen estos atropellos son personajes vestidos de militar, con pasamontañas, etc. uno entra en dudas. Pero cuando te enteras que al sitio donde recluyen a los campesinos detenidos son instalaciones militares nuestras, como el caso de un cuartelillo ubicado en La Tuquerena, encrucijada entre Rubio y Bramón que lleva por carretera hacia Santa Ana y San Cristóbal, las dudas comienzan a disiparse.
Historias viejas con muchos muertos
En Nicaragua y en El Salvador y en Guatemala y en toda Centroamérica, al igual que hoy en Colombia, los gringos fomentaron el fenómeno del paramilitarismo creando las famosas “Contras”. Agrupaciones Contra-Revolucionarias que provocaron más de trescientos mil muertos en esa zona entre México y Sudamérica. Con el mismo recetario están montándonos la Contra en Venezuela, iniciándola en el Estado Táchira, el más cercano a Colombia. Y no les extrañe que se extiendan hacia el norte, al Estado Zulia, donde el gobernador y varios alcaldes son de oposición. En Táchira, gracias a contar con un gobierno opaco, cuya acción hizo que Chávez perdiera el revocatorio presidencial, donde tenemos además alcaldías fronterizas en manos de la oposición, van a tener que montar un aparato militar opuesto diametralmente al que está allá. Para desmontar al paramilitarismo que tanto daño hizo en Colombia (asumiendo la guerra más sucia de que hayamos oído hablar en los últimos tiempos) y que apenas están preparando para Venezuela. Y para contrarrestar inteligentemente los Planes “Colombia” y “Patriota” que los gringos han montado allá, pero con las miras puestas en nosotros. Con lo que se ha venido haciendo, se facilitan las metas del Plan Colombia para Venezuela. Toda la franja fronteriza (occidente del Táchira) podría ser controlada en cuestión de días por las agrupaciones paramilitares acantonadas en Ragombalia y Herran, frente a las poblaciones venezolanas de Delicias y Betania (Municipio Junín), conjuntamente con las que ya se desplazan con bastante libertad por los municipios Junín y Córdoba, que podrían dirigirse y copar la frontera nor-occidental del Táchira con Colombia.
El alerta de Gabriela
Cuando pregunté quién era, me hablaron muy bien de ella. Se llama Gabriela Ramírez (militante de “Clase Media en Positivo”) y envió una carta a la redacción de Ultimas Noticias comentando el film “Secuestro Express” que me hizo pensar en la tele-empatía. En mi columna anterior dediqué un párrafo a esta película, indicándole a mis lectores que hay que verla pero sin caer en la tentación de creer que eso sea express-ión del país. Reproduzco aquí unos párrafos de su carta, por lo inteligentemente hilvanados: “No es nuestra intención boicotear una producción “venezolana”. Muy por el contrario. Invitamos a todo el público a que se siente en una sala de cine para que pueda observar con sus propios ojos, cómo una película desmoraliza la realidad de una nación, pretendiendo hacer parecer como comunes y ordinarios, hechos vergonzosos para cualquier sociedad”...”El punto de partida, marcado por los disparos en Puente Llaguno el 11-A y salpicado de manera procaz por un locutor drogado diciendo: Estamos en la República Bolivariana de la Marihuana, nos proyecta un importante esfuerzo de la oposición, impecable en su producción y asombroso en su desprecio hacia Venezuela”...”Esta es una producción antinacional. Es un trabajo maquiavélico contra un país y se exhibe con orgullo en la salas hollywoodenses. Naturalmente debe provocar espanto en cualquier turista el sólo pensar en venir de visita a Venezuela”...”Un buen termómetro para evaluar la imparcialidad de la película es responderse las siguientes preguntas: -¿Existe -al menos- una persona decente en ese país donde se desarrolla la trama? -¿Hay un solo cuerpo de seguridad confiable en ese territorio? -¿Quiénes conforman la mayoría de personas en ese país? ¿Ciudadanos decentes o delincuentes?”...
La inteligencia de nuestro pueblo
La inteligencia se acrecenta frente a los retos. De donde uno menos piensa, salta la liebre. La intención subyacente que pretenden vender los politizados y malvados productores de este “Secuestro”, en cuanto a sembrar en el inconsciente colectivo, es que de toda la porquería que encarnan tanto las instituciones (autoridades) como la sociedad en general en ese país de película que quieren disfrazar de Venezuela, sólo se salva la “Clase Media” o acomodada de ese país, al dejar traslucir que el “muchacho” (bueno) de la película, precisamente pertenece a la capa media-alta de la población. Esa composición rebuscada del trío de malandros que protagoniza el delito principal plasmado en la película, se encamina a ese, su principal propósito: Vender al “bueno” de la trama, quien se identifica como perteneciente a la “clase media” y con billete... el que no permite -en dos ocasiones- que violen a la protagonista, y además le “abre los ojos” explicándole el fundamento del odio entre clases. El tío clase-media resulta la única y recóndita tabla de salvación, dentro de los componentes sociales de la película. Pero la gente descubrió rápidamente y sin necesidad de análisis sicológicos o siquiátricos, el trasfondo ese de vendernos la bondad de la clase-media representada en el “malandro bueno”. Y ha acudido en masa a verla, porque existe tal grado de libertad en nuestro país que hace posible que se exhiba una producción como ésta, que nos agrede como nación e incita abiertamente al delito y a la violencia.
¿Con las muertes afuera reducen las de adentro?
Según las cuentas sacadas, en los EEUU sólo el 25 % de la población tiene -al menos- un arma de fuego. En términos absolutos, con una población de casi 300 millones de habitantes, pues es algo así como 73 millones de personas. En número, un poco más de los que consumen drogas prohibidas. Ahora bien, desde el asesinato de Kennedy hasta nuestros días, han muerto por heridas de bala, más de un millón de estadounidenses. Ni en dieciseis guerras como la de Vietnam, hubiesen logrado matar más gringos. Esa pudiera ser otra de las razones por las cuales los sacan de su territorio: Para que maten gente en otras partes del mundo.
Programando más deslaves
Lo de subir la cota en el Avila dizque para “sincerar” una situación existente, me parece una estupidez de las más grandes que pueda permitir nuestro gobierno revolucionario y resulta contradictorio con lo que expresa el Presidente Chávez en los foros internacionales y nacionales en el sentido de cuidar el planeta. Suena y huele como a intereses económicos particulares de la nueva clase emergente empresarial y “revolucionaria”. Porque si tenemos evidencias ciertas de que la vaguada del 99 y la enorme tragedia causada, se debió, además de las intensas lluvias, a la intervención humana e insana de esas estribaciones de la cordillera de la costa, teniendo una cota legal permitida y violada a mansalva sin que autoridad alguna interviniese, ¿Cómo será si esa permisividad aumenta (ahora) “legalmente”? Dentro de unos meses, cuando se encuentre violada la nueva cota, cogerán de nuevo pa’rriba con el antecedente de que tendrán que volver a “sincerarla”...!
Siete minutos
Los siete minutos mejor empleados por Chávez en toda su existencia, los utilizó en su enorme discurso en la ONU. Ya algunos escuálidos se nos habían acercado para decirnos que, después de escucharlo en la excelente entrevista que le hiciera Lucía Newman, corresponsal de CNN, tres semanas atrás, habían comenzado a respetarlo... ¿Cómo les habrá quedado el ojo después de escuchar sus palabras en la Sede de la ONU en New York...? La administración Bush y las corporaciones que controlan el Imperio, intuyeron algo y se preocuparon por poner las trabas que creyeron suficientes para que nuestro presidente no asistiera a ese foro mundial, pero jamás imaginaron lo que lograra decirles en su propia cara (en su jeta, decimos los gochos), con su lengua convertida en bisturí certero que los desnudara y los volviera flecos en apenas siete minutos... a ellos y a los alcahuetes impuestos por ellos, como el mismísimo Koffi Anan. El que con el mayor caradurismo y sin el menor indicio de renunciar, asumió las corruptelas y robos realizados por su propio hijo, en programas tan sensibles como el del intercambio de petróleo por alimentos para pobladores más que hambreados. Así andamos... Si Katrina vapuleó a Bush, el huracán Chávez lo dejó contra las cuerdas.
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