He seguido el debate sobre Dossier, y conozco tan bien al personaje de
Walter Martínez, que realmente sostengo la posición del Presidente Chávez.
El Presidente Chávez debe saber en profundidad, por diversos informes
desde la cancillería, desde la FF AA, desde el Ministerio de Relaciones
Interiores y Justicia lo que está detrás de la posición de Walter. Este
señor no es ningún angelito ni está con el proyecto bolivariano porque lo
haya propugnado de siempre, como tampoco es un revolucionario a carta
cabal ni por los ideales de Bolívar él se ha jugado la vida en mil lides
frente a la derecha fascista. Eso no es así, y los que no son
verdaderamente revolucionarios, que han vivido día tras día la dura
batalla por la verdad, por la justicia, por levantar la conciencia
bolivariana del pueblo, tarde o temprano brincan y muestran lo que
realmente son. De eso, desde 2001 a esta parte ya hemos tenido bastantes
casos de traiciones, saltos de talanqueras, reculamientos terribles y
vacilaciones deprimentes dentro del sector del MVR y de gente que se dice
idolatra a Chávez. De modo que yo no muevo un dedo para apoyar al señor
Walter.

Al mismo tiempo que se desvela esa polvareda, hasta ridícula, por mil
medios diferentes, se refuerzan posiciones criminales dentro del gobierno
que sí van haciendo un trabajo de zapa para minar y hacer estallar en mil
pedazos a la revolución. Porque esta es una revolución que adolece de
revolucionarios. Porque aún lo que se impone en el MVR es la doctrina
vertical adeca que en todos los cuadros decidió antes de 1998 Luis
Miquilena. Se había prometido que en el 2000, el MVR elegiría a sus
cuadros dirigentes por la base y esto nunca se cumplió, y uno se pregunta,
¿quién eligió a William Lara y a Diosdado Cabello o a Nicolás Maduro para
que estén en esos cargos directores que son los que acaban de seleccionar
a los diputados que conformarán a la nueva AN? El MVR mantiene una
estructura envilecedora del proceso, enteramente burocrática,
anti-popular, desgarradoramente corrupta y contra-revolucionaria, donde
pervive de manera intacta y brutal todo el espíritu de lo que allí impuso
el viejo Miquilena. ¿Hasta cuándo se sostendrá esta armazón tipo Vieja
Guardia adeca, con patriarcas a lo Gonzalo Barrios (e hijitos tipo Héctor
Alonso López) que van imponiendo sus pequeños muñecos de guiñol a lo largo
y ancho del país? Y esto es así en todos los comandos regionales del MVR
en toda Venezuela. Por eso las UBE se pudrieron todas antes de madurar,
porque se dedicaron a coger carguitos.

Recuerdo en este instante a Bolívar cuando Páez se le alzó, y entonces el
Libertador cayó en la cuenta de que para enderezar el barco que hacía
aguas por la parte más sensible, iba a entrar en escollos terribles que lo
podían poner todo del revés. Así estamos, y como vivimos pendiendo de
procesos electorales, pues los maulas disfrazados de revolucionarios se
fortalecen, se atrincheran en sus reductos en nombre de la unidad y la
emprenden sin compasión contra quienes les critiquen, y los que saben
adular se aferran a sus feudos y aumentan sus batallones de infiltrados,
de veleidosos, vendidos o cobardes. De modo pues que hace falta con
urgencia un estremecimiento de esta dura costra que está recubriendo al
MVR, que a fin de cuentas es la que impone la dirección política del
proceso. Hace falta un debate abierto urgente, aunque ya el mal especioso
de lo que se ha hecho en la elección de la AN no tenga remedio. Ese debate
fortalecerá a la revolución. No le tengamos miedo y evitemos a tiempo que
se siga frustrando al pueblo y desfigurando el espíritu de Bolívar.

Otra cosa, yo entiendo que en esta revolución nadie sea imprescindible,
pero uno viene observando cómo maulas y tramoyeros de toda jaez con esta
misma norma son los que se están haciendo imprescindibles e inconmovibles
desde sus blindadas covachas, y prosperan impunemente a los ojos de todo
el mundo. Claro, esto no lo podemos comprender ni mucho menos aceptar.