La historia se repite y la piedra ahí

De siempre se ha dicho que el ser humano es el único que tropieza más de una vez con la misma piedra y, pareciera que por nefastos que resulten los tropezones, seguimos padeciéndolos, tal vez con la esperanza de que algún día no causen daños.

Ocurre en el amor. Ocurre con las lazos de amistad. Ocurre, en las relaciones comerciales y de negocios y no podía estar ausente en el ámbito de la política y es tal vez, aquí donde con más frecuencia se repite este fenómeno, que de acuerdo al saber popular, solo nos afecta a los seres humanos.

A veces nos preguntamos porque si la primera vez que tropezamos tuvimos la certeza de que era necesario cambiar de rumbo o quitar la piedra y sin embargo no hicimos ninguna de las dos cosas, sino que seguimos con la misma rutina y repitiendo los tropezones hasta romper los zapatos.

Es realmente curioso pero tenemos que aceptar, que la esperanza de vencer puede más que todos los fracasos y nos envuelve a el circulo vicioso y continuamos caminando en la oscuridad, convencidos de que algún día la piedra desaparecerá o la ubicaremos de tal maneras que no volvamos a tropezar.

Es así como la pareja cornuda, hombre o mujer, perdona el desliz, con la esperanza que el infractor o la infractora rectifique. Lo mismo ocurre con la amistad desleal. Darle una segunda oportunidad, para ver si rectifica. El acreedor, cuyo cliente le falla, también le da una segunda oportunidad.

Pero en política y especialmente en lo que atañe a Venezuela, pareciera que no solo se da una segunda, sino una tercera, una cuarta, quinta y hasta infinitas oportunidades, con los mismos resultados y es que en este ámbito, si parece que se cristaliza la sentencia popular que reza; “Árbol que nace torcido nunca su rama endereza”.

La revolución bolivariana, tiene 14 años dándole oportunidades a la derecha fascista venezolana y los resultados son los mismos. La vocación golpista, criminal y hasta hamponil, sigue dominando en los estamentos de la derecha venezolana. La revolución les abre las puertas a la participación democrática y se aprovechan del espacio constitucional, para conspirar contra la república y su soberanía. Para conspirar contra el pueblo y sus derechos más sagrados, como lo son: el derecho a la vida, el derecho a la educación, el derecho a la alimentación, el derecho a la paz, el derecho a la información veraz y oportuna. Con toda esa conducta criminal, el Ministerio Público no ha imputado a ninguno de estos delincuentes habituales, ni siquiera el que ordenó el 14 de abril de 2013, salir a drenar “esa arrechera” contra el pueblo indefenso, que puso once muertos, incluyendo tres niños, por los que nadie ha hecho justicia.

Pero lo que es peor y nos coloca como los nazarenos del siglo XXI, es que no solamente lo hacemos con nuestros dinosaurios domésticos, sino que repetimos la escena con los dinosaurios externos y que valga decir, el resultado es el mismo, la traición, la amenaza, la agresión. Es decir les ofrecemos un ramillete de claveles y nos responden con el ventilador cargado de excrementos.

Bastante vivimos esa situación con el Comandante Eterno Hugo Rafael Chávez Frías, que en su afán de abrir su corazón a la paz y a la convivencia, cuando el 13 de abril de 2002, regresó de la muerte, en vez de aplicar los correctivos como todos esperábamos, llegó en la madrugada y ante las cámaras de la TV mundial se presentó con un crucifijo azul, a ofrecer excusas si es que se había equivocado y a llamar a sus verdugos a sumarse al equipo para trabajar por la patria. Tanta fue su bondad, que reenganchó a los facinerosos, salteadores de camino de PDVSA, que había echado públicamente de la empresa por apátridas y saboteadores. Y los alacranes, como en la fábula del escorpión y el sapo, sacaron a relucir su naturaleza y le pagaron su bondad, con el criminal paro petrolero, que costó más de 20 mil millones de dólares al país y decenas de muertes inocentes.

Sin embargo el Comandante Chávez, fue magnánimo y perdonó a los principales criminales, como lo fueron los propietarios de los medios de comunicación masiva, que alentaron la violencia y censuraron al gobierno, para que no tuviera la posibilidad de dar a conocer al mundo lo que estaba ocurriendo. Los reos, perdonados han hecho y siguen haciendo lo mismo que el escorpión con el sapo, que después de haberlo salvado de la corriente del rio le pinchó la espalda con su mortal aguijón y sacrificó a su benefactor. Es su naturaleza y nadie la va a cambiar.

Así mismo, en reiteradas oportunidades lo vimos abrazar y elogiar públicamente una reptil, el narco 81 de los más buscados por la DEA, en el empeño de regularizar las relaciones con el gobierno de Colombia. Recortamos que en una oportunidad, cuando el Comandante Chávez, le entregó a Uribe Velez, los paramilitares que le había sembrado en la hacienda Dacktary, con el encargo de asaltar el palacio de Miraflores y asesinarlo; cargados de coraje, escribimos un articulo que titulamos: “Es usted un héroe señor presidente”. Lo hicimos, porque creímos que ciertamente había que tener un alma, sentimientos y entereza de héroe, para soportar la presencia de aquel buitre, que mientras el comandante disertaba sobre la histórica hermandad de ambos países y de la devoción de Simón Bolívar, por ambos pueblos, aquel visitante, dejaba perder su lacerante mirada cargada de odio, hacia un punto del infinito, seguramente tramando la próxima traición, contra quien le estaba tratando como a un hermano, a sabiendas de que se trataba del Caín de la América Latina. Aquel ser inmutable abrazaba a nuestro comandante, pero todos advertíamos que oculta en la mano llevaba la daga.

Luego vendría el relevo del buitre, por su alumno, Juan Manuel Santos, su ministro de defensa, que bastante despotricó y provocó a Venezuela desde esa posición. El Comandante Hugo Rafael Chávez Frías, una vez más haciendo gala de su patriotismo y de su esperanza por consolidar la unidad suramericana, aceptó la hipócrita amistad, de este enemigo de la patria grande, que juró ser amigo del presidente Chávez y de estar dispuesto a trabajar por la unidad y la grandeza suramericana. En esa oportunidad dijimos que lo único que le interesaba a este digno heredero de Santander, era restituir la relación de negocios y que pronto tendríamos noticias de su traición. No nos equivocamos, mas temprano que tarde el alacrán esgrimió su aguijón y recibió en visita oficial a su carnal y socio de venezolano, Henrique Capriles Radonski, para continuar la conjura contra nuestra patria.

Ahora un nuevo proceso se inicia con nuestro presidente obrero Nicolás Maduro, que se reúne con Juan Manuel Santos en Puerto Ayacucho, para buscarle atenuantes a un mal que no tiene remedio, como es la enemistad del gobierno colombiano contra Venezuela: Las relaciones entre ambos países serán reales y solidarias, cuando el hermano pueblo colombiana, haya echado a patadas por el fondillo, a ese criminal oligarquía que a través de los siglos ha hecho de la guerra su mejor negocio y por esa misma razón, Santos busca boicotear por todos los medios los esfuerzos de paz, que se realizan en Cuba, porque no puede traicionar a su par y jefe Alvaro Uribe Velez, el primer enemigo de la paz para Colombia. Igualmente auguramos que los juramentos de lealtad a Venezuela, por parte del cachorro del pentágono, duraran menos que un suspiro en un chinchorro. Por eso decimos, que la historia se repite y la piedra ahí.


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Cástor Díaz

Periodista CNP 2414

 cd2620@gmail.com

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