La juventud que se deshizo; esa que ya no está en las aulas de las universidades, la misma que se perdió de los liceos y de todos esos lugares donde su presencia llenaba de florescencia los proyectos de PATRIA; eran consecuentes, gritaban, proponían, ayudaban, respetaban y sobre todo estudiaban.
Ya no están, se escondieron de los sueños, cedieron espacios a otros viejos disfrazados de ellos, que se esconden detrás de unos partidos que dejaron de serlos, para convertirse en cascarones vacios, hoy en día son una vergüenza; dejaron atrás la rebeldía que los caracterizo y por las actitudes que muestran como jóvenes negados, no tienen intenciones de volver, porque cedieron los espacios a la desidia, dejando la responsabilidad a unos pocos que hacen esfuerzos titánicos en los espacios juveniles, pero no son suficiente para la responsabilidad que les toca en el futuro inmediato y como luchadores no tiene otro tiempo, si no el que, evadiendo responsabilidades se niegan atender como lo que son.
No es bueno reconocerlo, pero en un porcentaje alto, se dejaron envolver por un sistema consumista, que poco a poco los va utilizando y borra una parte de lo hermoso que tiene los primeros años de vida.
El sistema opresor hizo y sigue haciendo lo que corresponde a un imperio como el que representan, ya no hay juegos que realcen valores, los estímulos son hacia otros entretenimientos que los van dejando vacios, las fantasías creadas no duran mucho en los sueños, porque no están construidas para formarlos, sino para sustentar una apariencia momentánea de suntuosidad que los deja en el limbo a corto tiempo y cuando llega la pubertad, ya no hay nada para recuperar y el fracaso los coloca en el desclasamiento, de querer ser lo que no podemos y odiar lo que somos.
Si no establecemos un reconocimiento revolucionario y comprometido del daño causado ante nuestros ojos, será difícil preparar los seres que son responsables de que mañana tengamos PATRIA.
La juventud es un tesoro y no puede estar a merced de unos diablos mediáticos que solo proporciona alienación, con la anuencia de nuestra tranquilidad revolucionaria, que descansa en creer que esto es un juego y que omitiendo podernos cambiar lo que sabemos no es posible sin conciencia, porque PATRIA SOCIALISTA O MUERTE, VENCEREMOS Y HASTA LA VICTORIA SIEMPRE.
SIN PATRIA NO QUIERO VIDA.
HAZTE CONCIENCIA.
Esta nota ha sido leída aproximadamente 1897 veces.