Apretamos con la izquierda o nos traga la derecha

Tras la exitosa tarea del gobierno de calle, que le catapultó en las encuestas y cuyo balance presentado en el Cuartel de la Montaña, en el marco del cumpleaños 59 del Comandante Supremo de la Revolución Hugo Rafael Chávez Frías, fue enaltecedor, el presidente Nicolás Maduro se ha planteado dos tareas a cual más difícil; como es la lucha contra la corrupción y la construcción del Estado Comunal, que si hacemos un ejercicio imaginario ambos planteamientos tienen una misma connotación y tienen los enemigos comunes dentro del propio proceso, donde todavía existen distinguidos “camaradas”, que siguen pensando que la revolución, es la piñata de cumpleaños a la cual hay que caerle a palos para luego recoger el relleno.
Esos mismos son los que sienten taquicardia y urticaria, cuando oyen hablar de la ética, la honestidad, la humildad y sobre todo del Estado Comunal, como base de la revolución socialista, porque precisamente se sienten amenazados en sus ansias de poder. Son los mimos que hablan de empoderar al pueblo, pero de la boca para afuera y tiemblan cuando oyen las expresiones “comuna” y contraloría social. Siempre están prestos a “defender la revolución”, de quienes se atrevan a denunciar las irregularidades, que muchas veces están a la vista de todos, pero nadie se atreve por temor a que le tilden de traidor o traidora, enemiga o enemigo del proceso y lo envíen al cesto del reciclaje, porque existe la dualidad de funciones de jefe político y jefe de gobierno y allí está el retruque.
La única manera sería crear una superestructura, cuyos integrantes estén más allá del compromiso personal o económico, que se dedique a recibir las denuncias sustanciadas, sin comprometer la fuente y adelantar la investigación sin mucho ruido, hasta llegar a la raíz de la situación, pero al mismo tiempo que tengan absoluta y plena libertad para realizar su trabajo.
Porque en la revolución existen compatriotas identificados con el Comandante Eterno Hugo Rafael Chávez Frías, que tratan de emularlo en sus acciones, pero detrás están quienes valiéndose de trampas y parapetos, buscan la manera de ponerle alcabalas y piedras en el camino, para que no ejerzan debidamente las tareas que se proponen. Ejemplos hay y, uno bien emblemático, es el de Eduardo Samán, un camarada que ha demostrado su fidelidad a la memoria del Comandante y su apego a la ética, disciplina y entrega en la lucha contra los bandidos que pugnan por desestabilizar al proceso, mediante el golpe blando desde el mercado de los alimentos y los medicamentos, pero desgraciadamente ha encontrado más enemigos que aliados, en su accionar sin contemplaciones.
En su primer desempeño, como Ministro de Comercio que demostró su capacidad y decisión para enfrentar a las mafias de la contrarrevolución, manos peludas se movieron y tejieron su entramado dentro de las instancias de poder en la revolución y lograron su salida. Luego nos enteraríamos a través de la red por documentos que publicó WikiLeaks, que fue el lobby de las transnacionales de la farmacopea, quien hizo el trabajo en contra del proceso y de la voluntad y dedicación de Eduardo Samán.
Ahora lo trajo el presidente obrero Nicolás Maduro, con autoridad para que actuara en contra de las mismas mafias que enfrentó en su primera gestión, pero en esta oportunidad desde el INDEPABIS y no bien hizo su debut, cuando de nuevo el lobby entra en acción. Eso tiene que erradicarse en la revolución, las decisiones que tome la dirección colectiva del proceso tienen que cumplirse y quien se interponga hay que meterle la lupa, por cuanto anda en busca y no es precisamente de apuntalar la revolución. En esta lucha como ya lo afirmamos, no debemos tener, amigos, parientes o superiores a quienes deberle solidaridad automática, la única a la cual debemos eso es a la revolución bolivariana, como proceso liberador.
Otro tanto ocurre con las comunas y los consejos comunales, donde a la mala interpretación por parte de muchos compatriotas, que ven en ellos herramientas para el empoderamiento individual, se le unen los enemigos que ideológicamente los ven como un peligro para sus aspiraciones de poder, por cuanto

son precisamente la esencia del socialismo y el carburante para apretar la marcha del proceso revolucionario, que tiene frentes opuestos tanto en lo interno como en el exterior, donde los tanques pensantes del imperio cada día crean nuevas herramientas para atacarlo y ver como logran desestabilizar los gobiernos que en Suramérica y en especial el venezolano, han abrazado este proyecto de vida planetaria.
Para nadie es un secreto que el Estado Comunal, como expresión avanzada del socialismo persigue la abolición de los poderes burgueses, que fungen como alcabalas y diques para la contención del poder popular. Nos referimos a gobernaciones, alcaldías, concejos municipales y legislativos regionales tal como están concebidos hasta el presente, que no son otras cosas que las que denominara El Ché Guevara, “melladas armas del capitalismo”.
La experiencia vivida durante la convocatoria de le reforma constitucional está todavía fresquecita. No podemos olvidar que muchos gobernadores, alcaldes, concejales y diputados rojos rojitos, jugaron en contra de la propuesta del Comandante, porque percibieron que de aprobarse ponía en peligro sus aspiraciones pequeñoburguesas. Ellos son los que quieren que todo cambie, para que nada cambie y seguir engañando al pueblo.
¿Desde que el Comandante Eterno planteo la necesidad de construir el Estado Comunal, como puente para la consolidación del siglo XXI, cuantos de quienes han venido ejerciendo cargos de elección popular han desarrollado proyectos de comunas y han transferido poderes al pueblo en sus jurisdicciones?
Si eso se hubiese dado como lo aspiraba el líder inmortal, ya Venezuela estaría convertida en un estado comunal en consolidación y no en proyecto abstracto como hasta ahora. Eso ocurre, porque son muchos los que temen quedar como simples facilitadores de los procesos, luego de ser los todopoderosos, que ponen y disponen de los recursos del pueblo.

Es necesario que todos y cada uno de los venezolanos nos dediquemos a estudiar en profundidad, la importancia de la organización de los consejos comunales y de las comunas, como herramientas para la construcción del sistema socialista. Hay que tener mucho cuidados como dice el Comandante Fidel Castro, con los Reflejos condicionados. Si no establecemos un gran frente común, para la profundización del estudio de la Ley de Consejos Comunales y de Comunas, para tener consciencia de lo que ésta organización representa dentro de la filosofía del socialismo, no podremos enfrentar a sus enemigos que no están solo en la derecha y el fascismo, si no también dentro del proceso. Los esfuerzos y las prédicas de Nicolás Maduro, quedaran en el aire y el avance hacía el socialismo seguirá bregando con diques y alcabalas como herramientas de resistencia endógena y con la encarnizada oposición de los imperialista pitiyankis, que sueñan con ver a nuestra patria nuevamente colonizada y en vías de Estado Asociado de la Unión. En otras palabras, o apretamos con la izquierda o nos traga la derecha.
Periodista*
CNP 2414 cd2620@gmail.com



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Cástor Díaz

Periodista CNP 2414

 cd2620@gmail.com

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