LA LUCHA DE CLASES NO ES NINGUN MITO
En los últimos días hemos visto de cerca una muestra clara y evidente de la “lucha de clases”, tan descalificada por aquellos que no quieren que triunfen los trabajadores. Como si fuera a propósito, un ministro puesto por la burguesía, aprovechando los elementos que el imperialismo tiene infiltrados dentro del gobierno (que, pésele a quien le pese, sigue siendo Bolivariano) ese ministro pone en un cargo, con el cual planearon derrotar al poder popular, a un burgués cuyo apellido es Mendoza, el “apellido” tan asociado a los explotadores, al Grupo Polar, a las roscas que hambrean al pueblo.
Diana la Roja produce aceite y margarina, dos alimentos que la gente estima necesarios y cuya escasez, según los malvados planes de la burguesía, contribuiría a amargarle la vida al pueblo, en cumplimiento de sus designios como explotadores, para sacar a la gente de sus casillas y aplastarla más fácilmente.
Por otro lado, los trabajadores le cogieron el gusto al poder popular, se dieron cuenta de que sí pueden poner a producir una empresa de alimentos prescindiendo de los explotadores, y hasta aumentar la producción. Se empeñaron en no pararse, en seguir produciendo aceite y todo lo demás
...¡Como debe ser!
Eso seguramente no le gustó al imperialismo, porque el gobierno de los trabajadores en Diana La Roja no es que se parezca al socialismo, ni lo ayuda a digerir, como odia la embajada de ustedes saben quiénes, ES SOCIALISMO, es uno de los embriones de socialismo que los revolucionarios, educados por Hugo Chávez, queremos que prenda, crezca, evolucione y finalmente lo cubra todo.
EL DEPUESTO “JEFE” DE DIANA Y EL MINISTRO: ¿QUIÉN MANDA A QUIÉN?
La clase política derechista decepcionó a la burguesía cuando, alejándose de su objetivo de servirles a rodilla pelada, se convirtieron en parásitos que quisieron ser burgueses de verdad y, con sus acciones corruptas descaradas, contribuyeron al descrédito de su sistema de democracia falsa. Como diría cierto embajador, los politiqueros guanabanosos lograron que a todos nos terminara de indigestar el capitalismo. Entonces, como hace quien quiere que sus intereses no se vean afectados, fueron ellos mismos a asumir la cabeza del movimiento politiquero. Eso explica la presencia de María Corina Machado, Capriles Radonski, el vendepatria Otero Silva, el habilidoso Vollmer, los Mendoza y entre otros, como usurpador en espacio cedido por un ministro arrodillado ante la burguesía, ese tipito que ha sido defenestrado por una asamblea de trabajadores, que no se dejaron.
¿Es el tal Mendoza un subalterno de Osorio? No lo creo, ningún oligarca Mendoza se dejará mandar por un pequeñoburgués Osorio, por muy atornillado que esté en el ala más rancia y corrupta de la derecha “endógena”. Por mucho que este ministro le haya servido al imperialismo, entre otras oprobiosas acciones, acabando con las areperas socialistas, despojándolas de su esencia y aburguesándolas, tal como dijera Alí Primera: “Si le quitan el veneno al cascabel, aunque suene la maraca, deja de ser cascabel”. Siguieron siendo areperas, las que aún sobreviven, pero ya no socialistas.
Pero lacayo es lacayo, aunque lleve corbata de lacito o, en este caso, franela roja para camuflarse.
MOSCA CON DARLES LA ESPALDA
La lucha sin descanso ni concesiones le otorgó esta batalla a los socialistas, demostró que sí se puede ganar y, sobre todo, ayudó a derribar máscaras que, desde que fue asesinado nuestro Comandante, están que se caen solas.
En este proceso revolucionario, la falta de Chávez ha producido un reacomodo de fuerzas y en ese movimiento se les está viendo el bojote a los infiltrados y, a través de ellos, a quienes los pusieron allí. Porque Osorio no se autonombró, “alguien”, una fuerza, una corriente con poder dentro del gobierno, los mismos que hicieron botar a Samán para complacer a los yanquis, lo montaron en uno, otro y otro ministerio, como a tantos escuálidos, por desgracia. Alguien que nosotros, el pueblo llano, no sabe quién es, pero Nicolás Maduro sí,
Así que ya sabe a quiénes no debe darle la espalda en ningún momento.
La picadura de alacrán mata.
Los camaradas trabajadores de Diana La Roja ganaron esta batalla, pero deben prepararse porque la burguesía no piensa dejar que florezca el poder popular ni el socialismo y continuarán utilizando los más efectivos métodos para derrotar al pueblo. Deben cuidarse de traiciones, atracos, enfermedades raras, olores extraños, “accidentes” y, en último caso, camaradas, por favor, no se pongan a tiro.
El resto del pueblo, nosotros todos, debemos seguir el ejemplo de este colectivo organizado, que ha dado a Chávez, en su cumpleaños, el mejor regalo: Lucha, batalla y victoria.
Los trabajadores comienzan a levantarse por el Poder, no de palabra, sino de hecho y ojalá las victorias sean sucesivas y contundentes. Todos debemos hacer la parte que nos toca, donde nos toca.
Así sea.