La inmensa riqueza petrolera y otros recursos naturales del mundo árabe, más el valor geoestratégico que para el proyecto hegemónico imperial, tiene la región cuna de la cultura milenaria mundial, son fines mas que justificados para por cualquier medio apoderarse de ese territorio sin importar el baño de sangre que en la primera década de este milenio han provocado sus injerencias terroristas avaladas por la sociedad de cómplices de la comunidad internacional, que con honrosas excepciones se ha convertido en el patio trasero de los dominios del complejo militar industrial y comunicacional que pretende erigirse en gendarme absoluto global, para apuntalar la dictadura financiera que ya ejerce, con la militar, a través del supersicario denominado OTAN.
El derrame de sangre semita más horrendo que conoce la historia, comenzó cuando un desquiciado inquilino de la Casa Blanca, que aseguraba que hablaba con Dios, en cada noche, tuvo el tupé de decir al Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas, que con el voto de China, Alemania, Rusia, Bélgica y otras naciones se oponían a la invasión de la nación árabe, Si no quiere cooperar apártense y, de una vez dió la orden de comenzar los “bombardeos humanitarios a Irak”, para llevar “la democracia y la libertad a ese pueblo oprimido” por un reeegimen, que amenazaba al mundo con “Armas de destrucción masiva”, que diez años después no han sido encontradas ni demostrada su existencia alguna vez.
Los despiadados ataques aéreos y terrestres del 20 de marzo al primero de mayo de 2003, contra un país que a duras penas superaba la hambruna a que lo habían sometido esas mismas potencias occidentales, con la complicidad de la ONU desde enero de 1991, fueron liderados por Estados Unidos con una coalición integrada por Gran Bretaña, España, España, Portugal y Polonia, los más sobresalientes de su patio trasero europeo, que ha sustituido al rebelde Suramericano, a excepción de Colombia, Perú y Chile, que continúan alineado a través de la Alianza Atlántica.
La ocupación que incluyó la captura y “linchamiento jurídico” de su presidente Sadam Hussein, antiguo aliado de Estados Unidos, formado y dotado de armamento por el Pentágono para apoderarse del poder irakí, siguió con la racista matanza por parte de las tropas invasoras y el sometimiento a torturas de toda índole a quienes resistían a la invasión, al punto que todavía en el campo de concentración de Guantánamo (territorio cubano ocupado a la fuerza por EE UU), se mantienen patriotas iraquies, secuestrados sin formula de juicio.
Tras el fracaso por la heroica resistencia del pueblo, las tropas de ocupación se han retirado, pero dejando tras de si a una nación, otrora con un estándar de vida aceptable, pese al embargo internacional y con una política de convivencia en paz, convertida en un antro de miseria y de violencia étnica y religiosa, que día a día ensangrienta ciudades y campos con los atentados terroristas de diversa índole.
Afganistan, país asiático de la ex URSS, también lo ha convertido en un infierno, la injerencia imperial, en nombre de la lucha contra el terrorismo, que al final no es otra cosa que la lucha por imponer al mundo sus intereses económicos.
Luego vino Libia, país con el mejor estándar de vida del continente africano, al cual aplicaron el mismo libreto que ahora desarrollan en Siria. Allí Estados Unidos y su patio trasero europeo, cometieron la carnicería mas feroz de la historia de ese país y violentando todos los tratados internacionales, auspiciaron y ejecutaron en plena calle el linchamiento del Coronel Mohamar Ghadafi, líder del pueblo libio, para apoderarse de las riquezas petroleras y del reservorio subterráneo de agua dulce mas grande del continente que existe en ese país.
Egipto el país más poblado del mundo árabe, también es escenario de una guerra civil provocada por los intereses imperiales de occidente. Aquí se juegan intereses, que tienen que ver con Palestina, cuya desaparición ha sido programada por el sionismo internacional, desde el mismo momento que la ONU
produce la resolución por la cual crea en territorio palestino el Estado de Israel, cuya misión en el Medio Oriente no ha sido otra, que de brazo armado del imperio norteamericano, para apoyar las acciones violentas contra seis países árabes y la nación persa, Irán, que será el objetivo inmediato luego de la caída de Siria. En el mismo proyecto está incluido el Líbano, hoy blanco de ataques terroristas.
La sentencia contra Siria, está dictada y será ejecutada a menos que China y Rusia, le ronquen en la cueva a la Fiera Herida, que busca oxigenarse a cualquier costo.
Barack Hussein Obama, el inquilino de la Casa Blanco y relacionista del Complejo Industrial y Comunicacional, que sojuzga al pueblo norteamericano y pretende erigirse el gendarme global, ha dicho: “Tratamos de trabajar dentro de un marco internacional para hacer todo lo posible para ver a Assad derrocado”. Esa grosera aseveración, ha sido reforzada con la vocería de la Casa Blanca, en la persona de Josh Earnet, quien afirma, que Estados Unidos considera contra Siria todas las opciones, incluida la militar. Estos es sinónimo de Drones y OTAN, contra la martirizada Siria,cuyo gobierno ha sido ignorado por el Vampiro Imperial.
Veamos porque. El presidente Bashard Al Assad, solicitó a la comunidad internacional, una investigación veraz e imparcial, para determinar el uso y, por parte de quien, de armas químicas en la guerra civil, que sacude a Siria. Esto por las denuncias de la oposición armada y además porque militares sirios, descubrieron en el mes de julio un arsenal de productos químicos, en un territorio que había estado ocupado por los terroristas armados que atacan a las instituciones sirias. La TV estatal de Sirio, transmitió en vivo las inspecciones de los militares que hacían inteligencia en el Jobar, territorio rebelde y donde descubrieron el depósito de gases venenosos. En el mes de mayo de 2013, autoridades tuircas apresaron a doce presuntos miembros del Frente Islamista Al Nusra, con dos kilos de gas Sauri y armas que eran llevadas a Siria, por este grupo conectado a Al Qaeda, que hacen la guerra contra el gobierno del presidente Bashard. Al Qaeda, como todos sabemos fue un brazo armado saudí, creado por Estados Unidos para realizar trabajos terroristas contra el Ejercito Rojo, en Afganistan en tiempos de la Guerra Fría y que luego fue utilizada en los actos de las Torres Gemelas, para justificar la invasión a Afganistan y a Irán, este último como miembro del “eje del mal”, que apoyaba al terrorismo a través de Hussein. Osama Bin Laden, tristemente célebre por sus apariciones en la TV, haciéndose responsable en nombre de Al Qaeda de diferentes atentados, fue utilizado al máximo, hasta que se hizo incómodo a su amo y lo liquidó, en el santuario donde lo ocultaba y desde conde operaba para hacer el juego a la guerra imperial contra el mundo.
Todas estas evidencias presentadas al mundo por Siria, han sido ignoradas por Estado Unidos y sus aliados europeos (Patio trasero), que ahora piden la inmediata intervención del salvador. A todas estas, dos millones de niños sirios, cuyas edades están por debajo de los once años, sobreviven como refugiados de los últimos treinta meses en diversos país y otros millares han muerto. Producto del terrorismo que acogota a la laboriosa y maltratada Siria. Todo este genocidio, en Asia y África, solo por satisfacer la ambición de una minoría en el mundo, que pretende hacerse dueña absoluta del universo, para lo cual tiene que apropiarse, primero de las riquezas materiales y las posiciones estratégicas del mundo árabe, para luego eliminar a dos incómodos para sus planes expansionista China y Rusia, que serían vulnerables a los planes de la CIA , el Mossad y demás agencias criminales al servicio del imperio, por sus subyacentes contradicciones religiosas en sus territorios. Luego vendría por la recolonización de su alzado patio trasero latinoamericano y caribeño. En fin, todo este satánico proyecto requiere más sangre árabe para el vampiro imperial.
Periodista*
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