Históricamente el aguerrido pueblo sirio ha sido el escudo antiimperialista y garante de la dignidad del mundo árabe y ahora con la islamista Irán, nación persa, no árabe pero enrolada en la misma causa representan el eje del mal en el Medio Oriente, porque de alguna manera son la piedra de tranca para las voraces ambiciones del sanguinario imperio que se ha planteado barrer de la faz del planeta la cultura semita e imponer su perversa dominación del consumismo, colonialismo tecnocrático y militar para hacer sustentable su vida basada en el derroche y la destrucción del planeta.
El libreto aplicado en Libia y en Irak está siendo acelerado contra Siria y el colmo es que vemos como desfilan en la televisión mundial los voceros de Estados Unidos de Norteamérica, Gran Bretaña y Francia, los artífices del crimen contra la república árabe, porque son los proveedores de armamento, de dólares y sofisticados equipos para la guerra de cuarta generación, que los terroristas emplean en contra del pueblo sirio. Cuando observamos sus intervenciones vemos como van perfectamente sincronizadas a crear la matriz de opinión para satanizar al presidente Bashard Al Assad y su fuerza armada y victimizar a los criminales que ellos han sembrado y alimentado en el corazón de Siria.
Estos “Cachorros del Pentágono” intentan con sus argumentos convencer a la opinión mundial que están abogando por la salvación del pueblo sirio y al mismo tiempo alentar al resto de la jauría de hienas, para que se sumen a la iniciativa de llevar “LA DEMOCRACIA, LA LIBERTAD Y LA SOLIDARIDAD”, a Siria, tal como lo hicieron con Irak y con Libia que de ser países, con estabilidad y paz interna, pasaron luego de la criminal invasión de Estados Unidos y sus aliados a ser estados en ruinas, no solamente económica, sino, moral y humana, donde las rencillas y los odios sembrados por los terroristas occidentales, envenenaron el alma de los pueblos que hoy se matan entre si de manera inmisericorde. Otro tanto hicieron con Afganistan, al cual todavía continúan martirizando
La acción criminal de Estados Unidos de Norteamérica y sus aliados europeos, no tiene límites y si efectivamente funcionara el derecho internacional, George W Bush, Barack Hussein Obama, Tony Blair, Camerón, Sarcosik y todos sus socios, deberían estar rindiendo cuentas ante un tribunal internacional, como criminales de guerra.
El cinismo y el descaro llega a lo inusitado, cuando vemos a los voceros de los filibusteros del siglo XXI, asegurando que el caso Siria no es el mismo de Irak, que si se equivocaron en Irak, en este caso no hay duda, que Al Assad ha utilizado armas químicas contra su pueblo.
Mientras las hienas imperiales, todavía con sus hocicos húmedos de sangre Libia, trabajan por ganar la batalla mediática para ir a la intervención armada y aumentar más el baño de sangre en Siria, las autoridades del país en resistencia presentan pruebas cada día más contundentes ante las Naciones Unidas, contra los terroristas que están matando civiles y militares en el país. Los mercenarios utilizaron gas Sarín en diferentes escenarios, contra el pueblo y tropas sirias. Las fuerzas armadas sirias, han colectado elementos suficientes para incriminar a los mercenarios, cuyos representantes bien pagados en dólares y en lujosos hoteles occidentales, solicitan con urgencia la intervención armada en patota contra su propia patria. Están forzando la barra para que no se tome en cuenta la opinión del Consejo de Seguridad de la ONU, a lo cual se aferra Ban Ki Man, presidente del foro mundial, quien pide calma, hasta que los inspectores enviados al escenario presenten las pruebas y sean analizadas científicamente para determinar la veracidad de los hechos y establecer responsabilidades.
En este concierto de patoteros, hasta ahora surge una esperanza; Egipto, antiguo patio trasero del imperio, a través de su ministro de defensa, general Abdel Fatah Sisi, ha anunciado que el canal de Suez, será cerrado para impedir el paso a los buques de guerra británicos y gringos, destinados a la agresión armada contra Siria.
Otra piedra ha sido la reacción de Rusia e Irán, quienes han advertido del peligro de una intervención armada extranjera en el país árabe, que pudiera generar una conflagración en todo el medio oriente.
La reacción de Irán y Rusia, era de esperarse, al igual que seguramente será la de China, por cuanto son los próximos objetivos luego de la caída de Siria. Como hemos sostenido en análisis anteriores, la guerra contra el gobierno de Bashard Al Asaad, más allá de los intereses económicos que representan los inmensos recursos naturales de este país del mundo árabe, está la importancia geoestratégica que para los planes hegemónicos del imperio tiene ese territorio donde existe la ubica base militar rusa en la región. Una vez ocupado servirá de base para ir contra la nación persa y sometida esta viene el plan macro contra los auténticos rivales del sionismo internacional, como lo son Rusia y China, dos potencias industriales y militares. Estos competidores en los diversos ámbitos, han venido en los últimos años cobrando influencia en el comercio internacional, en las relaciones de transferencia tecnológica, los intercambios culturales y de amistad, para el desarrollo de sus socios en el nuevo mundo y particularmente en la encrespada Suramérica y El Caribe, con la insurgencia de Hugo Chávez y su revolución bolivariana, que representa el bastión antiimperialista del nuevo continente y, cuya llama cada día se expande más en las praderas mundiales.
El plan del imperio y sus lacayos europeos, es convertir a Siria y a Irán, en un archipiélago de republiquitas que puedan ser dominadas y que sirvan de asiento de bases militares de la OTAN, para desde allí operar contra China y Rusia, cuyas contradicciones religiosas internas, serían potenciadas para provocar desestabilización, tal como ya lo intentaron con las “manitas verdes en Irán” y la plaza Tianamen en China. Estos dos gigantes, a través de esa perversa estrategia serian divididos también en pequeños protectorados, repetirían la misma receta aplicada al continente suramericano y caribeño, tras sus luchas independentistas, que hoy luego de 200 años de dominación del nuevo imperio, pugna por unificarse en busca de sus orígenes para alcanzar la definitiva independencia.
De lograr el éxito en Europa, África y Asia, el imperio vendría entonces contra Suramérica y el Caribe para completar su ultima aventura, que reiteramos pudiera ser también la ultima oportunidad para la humanidad, puesto que estamos al borde de una conflagración nuclear, que solo puede ser evitada con el despertar de los pueblos del mundo y de manera especial, del norteamericano, el pueblo, más desinformado, más castrado y mas idiotizado con el poder mediático, que conoce la humanidad. No hay duda, la caída de Siria, seria el principio del fin de la disidencia y la libertad.
Periodista*
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