¡Somos tercos hasta donde dice no pise la grama! Al gobierno no le vamos a creer nunca. Ni siquiera cuando sacaron de la finca Daktari aquel montón de paramilitares que vinieron de Colombia a asesinar al presidente Chávez, allí nos tomamos la vaina a joda, y comenzamos a decir que si los tipos eran paracachitos, y que eso fue un montaje, y Robert Alonso, quien era el dueño de la finca, desde Miami decía que le querían quitar su propiedad, y por eso inventaban esa vaina. Somos así, tercos como el burrito sabanero que va camino de Belén todos los diciembres, y parece que no va a llegar nunca, sobre todo con ese peo que hay allá.
Ahora sale el Ministro de Relaciones Interiores, Miguel Rodríguez Torres, y muestra a dos tipos que venían dispuestos a asesinar a Nicolás Maduro y además, también muestra unas armas y uniformes y fotos, y cuando terminó de hablar, salimos nosotros a disparar comentarios por todas partes: Hasta cuándo magnicidio, que eso no es verdad, que es un montaje. Es una vaina que no podemos controlar, el chavismo dice: Blanca y radiante va la novia, y nosotros decimos: oscura y arrecha va la susodicha, todo para llevarle la contraria. Y los chavistas nos siguen dando duro, porque mientras nosotros negamos toda vaina, ellos andan con su gobierno de calle haciendo y montando proyectos y ganando gente, que lo único que espera es que la ayuden. Pero menos mal que la escasez le está dando duro al gobierno, la gente va a comprar cualquier vaina y no la consigue, y si la consigue tiene que hacer una cola del carajo, y allí metemos nosotros a las compañeras a gritar consignas contra el gobierno y nadie se atreve a decir nada, por ese lado los tenemos bien jodidos.
Otra vaina que da una pena del carajo, es que el gobierno de Estados Unidos hace lo que le da la gana y nosotros no decimos esta boca es mía. Y mientras los chavistas salen y piden solidaridad con Siria, y a todos los pueblos del mundo le envían mensajes para que se opongan a esa invasión que el presidente Obama, Premio Nobel de la paz, paz, paz, está listo para iniciar, y nosotros mudos, calladitos, no decimos un carajo por temor a que nos quiten el financiamiento que siempre nos han dado, ésa vaina no puede ser, ya todo el mundo se ha dado cuenta de la cagada que somos, de lo mala gente, que no nos importa que maten niños, mujeres y ancianos en otros lados porque esa vaina no es contra nosotros.
El papa de Margot ya no sabe qué hacer, ahora no ve Globovisión. Anoche se levantó en silencio y fue hasta el cuarto y al momento se escuchó el coñazo que le dio a la puerta y todavía nos estamos preguntando porqué carajo lo hizo.
- Ódiame por piedad yo te lo pido.- me canta Margot