Hay una terrible corriente económica en las filas del proceso bolivariano que han promovido la idea de dolarizar nuestra economía como la solución a nuestros problemas de poder adquisitivo. Debo decirlo de la forma más sutil posible, plantean una total imbecilidad. Dolarizar nuestra economía es mucho más que establecer una relación Bs. 1 / $ 1. En un escrito anterior, donde hablar del ejemplo de la hamburguesa, explicaba lo desventajoso que es para una economía capitalista como la nuestra, darle fuerza a la moneda nacional respecto a la divisa, en tanto incentiva la inversión en importaciones en desmedro de nuestra producción nacional. Si el cambio a Bs. 6,3 ha provocado una fuerte espiral de importación y especulación por parte de nuestro parasitario sector privado, imaginen con un cambio paritario.
He discutido este tema con varios amigos, camaradas y opositores, así como he leído algunos artículos, y generalmente estas son las opiniones que han surgido del tema:
Comienzo por la más aberrante, de unos ingenieros que juegan a ser economistas y dicen tener una organización llamada Defensores del Bolívar (con defensores así, no necesitamos un imperialismo agresor). Estos plantean que la implementación de un Bolívar “divisa” de cambio paritario respecto al dólar, automáticamente colocaría nuestros sueldos actuales en dólares, es decir, que el sueldo mínimo de Bs. 2700 pasaría a $ 2700. Esto más que risa, debería preocuparnos. Y debería preocuparnos porque estamos en la presencia de un sector del chavismo que está soñando locuras más increíbles que la de los mismos hippies y el “pachamamismo”. Sencillamente es un absurdo, porque actualmente tenemos las Reservas Internacionales en aproximadamente 25 mil millones de dólares y no, no hay forma de establecer esa paridad ficticia.
Otro sector plantea que la dolarización es buena, ya que evitaría la especulación entre el precio oficial y el paralelo. Pero ellos lo ven de forma romántica y rosa al creer que nuestros sueldos actuales serán transformados a la tasa de Bs. 6,3. Es decir, que el sueldo mínimo de Bs. 2700, pasará a ser de $ 429. Pero la vida no es tan bonita así como nos las pintan en las películas de Disney o en VTV en la mayor parte de su programación.
El sector sensato. De este saldrán voces a favor y en contra del coñazo dolarizador, pero lo explico brevemente. En caso de un proceso de paridad cambiaria, o dolarización, el precio del ajuste de Bolívares a dólares, debe hacerse según las más básicas leyes del mercado. Actualmente nuestras reservas internacionales se encuentran en 22.720 millones de dólares y la liquidez monetaria supera los 930.577 miles de millones (sería algo 930.577.740.000) de bolívares. Hagamos un ejercicio de simplificación quitándole muchos ceros de la siguiente manera.
Dividimos Bs 930.577.740.000 / $ 22.720.000.000
Nos queda una relación de Bs. 930.578 de liquidez monetaria (dinero del que disponemos para comprar lo que necesitemos y deseemos) y $ 22.720 de Reservas Internacionales (en la economía internacional es el respaldo para la impresión de moneda nacional).
En este sentido, imaginemos que llega el día de la dolarización y esas son las cifras que tenemos según el Banco Central de Venezuela. Para realizar el ajuste en cuanto al cambio de los bolívares por la nueva moneda dolarizada (puede ser el Bolívar Divisa como lo llaman) se ejecuta la relación que explicamos de liquidez monetaria y Reservas Internacionales. Dividimos 1000 / 25 y da como resultado 40 (oh, igual que el mercado paralelo actual). Por tanto, el tan mencionado sueldo mínimo de Bs. 2700 no tendría un valor de $ 429, sino de $ 67,5. Pregunto ¿Quién gana y quién pierde?
Si, como dicen algunos, quieren el cambio a Bs 6.3, pues nuestro país debería contar con una Reservas Internacionales de $ 160 mil millones aproximadamente. Bueno, a pensar una forma de aumentar nuestras reservas internacionales es más de un 530% en el corto plazo. Recordando que nuestro mayor nivel histórico rondó los $ 40 mil millones hace unos añitos ya. La solución en nuestro país no radica en la discusión vacía de cuál política económica es la que garantizará nuestra sobrevivencia capitalista. El capitalismo está en una fase crítica. La crisis en el modo de producción capitalista es sistémica y cada día golpea más fuerte, más que una solución, ya es un problema que no tiene marcha atrás.
Nuestro tema es la Revolución Socialista como única vía de superar, no sin una fuerte etapa de shock y confrontación con la burguesía y sus lacayos, los problemas económicos que nos agobian. ¿Que necesitamos una política económica que pueda vencer la especulación y la inflación? Ahí está en la mesa el planteamiento de la Central Estatal Única de Importaciones, a la que muchos camaradas ven con recelo por la endémica corrupción que hay en nuestro país o desconfianza en la gestión estatal. Pero qué prefieren, a 15 mil o menos comerciantes corruptos y especuladores jodiéndonos. ¿Presumen de la buena fe de nuestro sector privado? Entonces permítanme dudar de su compromiso revolucionario, porque todo revolucionario asume como enemigo al sector privado, vencerlo y destruirlo es nuestra principal divisa.
Y OJO, no se trata de que el Estado monopolice el comercio exterior para seguir dependiendo eternamente de los productos importados. La Revolución Socialista pasa por la destrucción y apropiación de los bienes y medios de producción de la burguesía. Con esto, a través del trabajo conjunto Estado/Obreros, aumentar la producción en aquellas áreas en las cuales nuestras potencialidades tecnológicas y naturales lo permitan.
En conclusión, dolarizar no es la vía. Si el gobierno decide avanzar en este aspecto, vamos a terminar como Argentina a principios de la década pasada o como Ecuador antes de la llegada de Correa, entre otros. Y ¿queremos seguir avanzando en la construcción del socialismo o simplemente regalarle el país a la burguesía? Respondan ustedes mismos.