Recientemente, Nicmer Evans publicó un artículo con el título: Planificación sin pueblo[i]. Su lectura me llevó a considerar una experiencia de participación popular que no puedo generalizar pero me colocó en expectativa.
Mi idea ahora no es “tumbar” su visión de una planificación enfocada con pueblo. Muy en el fondo, comparto ese planteamiento de una planificación participativa (de abajo hacia arriba) que no existe o no alcanza a ser viable por la razones que Nicmer Evans menciona.
Además de existir este impedimento de carácter político (falta de voluntad), es importante analizar un poco este esfuerzo de organización comunitaria y cómo este esfuerzo ha fomentado el fenómeno de parcelación territorial y mental que le resta potencialidad a la herramienta de la planificación, que como sabemos, es o debería ser, una importante y poderosa herramienta al servicio del Socialismo del siglo XXI y bajo un esquema distinto al que existió en el socialismo llamado real. Lo que se hizo antes con el PNSB y ahora con el Programa Patria, cubre más un espacio para la propaganda e ideologización, que un acto con el sano interés de vincular a la gente con la planificación. Los “aportes” que se solicitaron lamentablemente fueron para medir la respuesta a una propaganda.
Siendo lo local un punto de encuentro importante para hacer uso de esta importante herramienta, no ha sido así, porque con la buena de idea de conformación de los consejos comunales se introdujo consciente o inconscientemente un elemento que llevó a una parcelación de las comunidades y este fenómeno de colocar cercas entre un consejo comunal y muy animado por la idea de los aportes financiero, le ha restado capacidad a la planificación local, porque este hecho impide que las comunidades en conjunto logren captar situaciones o problemas muy estructurantes y generalmente se quedan en obras de muy poco impacto para su desarrollo. Se ha “sembrado” más la idea de proyecto que de planificación y aunque una y otra cosa tienen parecido; la planificación cubre muchas más dimensiones porque en ella se incluye visiones muchos amplias.
Entendemos que en el proceso de planificación de abajo hacia arriba hay esta limitante y es cosa de observar los formatos de proyectos que tienen las instituciones del gobierno, para asegurarnos, cómo se va sembrando esa idea de la parcelación y colocándose cerca con alambre de púas entre comunidades con problemas y situaciones estructurales muy evidente.
Siendo la planificación un instrumento esencial para la construcción del socialismo, tal y como lo sostienen Nicmer Evans; arriba (alto gobierno) la idea ha ganado muy poco espacio. Si colocamos en una hoja en blanco con dos columnas y en una de ella cortamos y pegamos las líneas del Proyecto Nacional Simón Bolívar (PNSB) y la otra columna, reseñamos la realidad de hoy vinculada con estas líneas, notaremos sin mucho esfuerzo, que poca variantes hay en los aspectos más esenciales de PNSB.
En lo referente a las líneas: Nueva Ética Socialista, Democracia Participativa, Protagónica, el Modelo Productivo Socialista y la Venezuela Potencia Energética Mundial tenemos un gran vació o nos faltaría hechos para rellenar las respectivas columnas con nuevas realidades. A decir verdad; el PNSB fue más un libro para la propaganda que un documento para conducir los destinos del país.
Arriba la planificación es inexistente y lo es por lo que ya se ha dicho y lo que vivimos. En las entidades federales; la planificación es igualmente una entelequia por ahora. Hasta 2013, ninguna entidad federal hace uso de los recursos del Fondo de Compensación Interterritorial (FCI) con la idea de un Plan Estadal de Desarrollo y con unos proyectos que surgen de ese plan. Nada de esto ha ocurrido y somos de la idea, que este proceso debe avanzar bajo la directrices de los planes y la articulación de los planes tal y como se reconoce en la Ley Orgánica de Planificación. El Sistema de Planes es otra ilusión normativa sin sustento en la forma de conducir la gestión y el curso del socialismo del siglo XXI.
Desde Chávez y por Decreto se incluyo en la Ley Orgánica de la Administración Financiera del Sector Público, la opción de formular las leyes de presupuesto a través de la técnica de presupuesto por proyecto y es bueno que nos preguntemos: ¿Cuántas de las entidades (estados) revolucionarios formulan sus leyes de presupuesto con esta técnica? Si alguien sabe de uno o dos que me lo diga; más de ese número creo que no hay más.
[i] El artículo puede leerse en el siguiente sitio: http://www.aporrea.org/