¿Gratis? ¡Yo te aviso chirulí! ¡Lo volvieron a reclutar! Como a muchos otros “comentaristas” o “intelectuales” quizá bajo remuneración, que pronto meterán la cuchara para agregar veneno al caldo donde nos ahogamos. En plena “crisis” aparece el ilustre intelectual Heinz Dieterich metiendo cizaña de nuevo, después de habernos dejado tranquilo unos cuantos meses, señal de que está cumpliendo un nuevo encargo. Además, interpretando a su antojo, mintiendo, embaucando.
No le pararé bola a la falsedad sobre la “orden” de Maduro de "saquear", que bien en ridículo queda con la interpretación que plasmó y el colofón generalizador sobre el gobierno protegiendo “a los capitalistas abusadores y su propiedad privada, contra la gente pobre que dice representar”. ¡Puñalada trapera, ilustre intelectual! Cada palabra de esa construcción canalla tiene precio.
Y de lo anterior, tampoco consideraré el deseo no reprimido del quizá bien remunerado de que no hubiese habido intervención de la guardia, el “orden público” alterado definitivamente y el precedente establecido para el “Caracazo”, conmoción social trazada como objetivo por el imperio, su oligarquía en el país y los políticos que los representan. Porque ese es el objetivo indiscutible de la guerra económica, desesperar al pueblo hasta el punto de que se lance a un saqueo generalizado, a partir de lo cual el guión está ya escrito. No saben que el pueblo de 2013 (no la “masa”, que volvía a ver en escritos teóricos recientes) no es el mismo pueblo de 1989, y que una reacción social no tendría las mismas características, y sí unos objetivos que el imperialismo y la oligarquía sospechan pero no reconocen.
Resaltaré sólo la última frase del primer párrafo del panfleto de Dieterich: “contra la gente pobre que dice representar”. Mira, escribidor transnacional, ¿viste el vídeo del saqueo? Si los participantes filmados (no se por quién, ni la intención; pero, eso sí, muy oportuno) eran “pobres”, la revolución está realizada. La “pinta” de todos quienes participaron en un saqueo que por lo ordenado fue digno del primer mundo, era de clase media que llevaba los churupos en el bolsillo (o en la tarjeta) para aprovechar el rebajón imprevisto. “Algo” sucedió y la intención de compra se convirtió en robo descarado… tan descarado, que nadie se preocupó por cubrirse la cara y quedaron retratados con pelos y señales particulares. Iban a hacer su agosto en noviembre, como lo han hecho en las otras sucursales de la tienda “saqueada” y en los distribuidores de electrodomésticos que muy solidariamente está rebajando los precios.
Con las “evidencias” presentes en la filmación, ¿quedará impune el delito cometido? Me lo figuro, porque no se trata de “pobres”, quienes siempre ponen los presos y los muertos, y no pueden infringir ninguna de las leyes burguesas (lo siguen siendo, salvo excepciones) sin que les caiga encima eso que llaman “el duro peso de la justicia”. Los choros que participaron en el “saqueo” cuasi programado, son dignos representantes de “otras” clases, puede que en el límite inferior de donde comienza a reinar la impunidad más aberrante. ¿Verdad Coproles?
Paréntesis hecho, continúo con Dieterich, el Nostradamus de la Revolución Bolivariana, o mas bien pronosticador de circo barato, que no vomita profecías para despejar el futuro sino para alimentar intenciones, para nutrir seguidores, para marcar consignas, para construir oposición en ámbitos alejados de la MUD y sus satélites, para ordenar los “revolucionarios” que comienzan a “darle la razón” con una retahíla de “inocentes” artículos. Por eso le pagan y para eso tiene escritores espejo que asperjan la mierda teórica que suele volcar periódicamente sobre la Revolución.
¿Esto era todo? Pues sí, porque el ilustre intelectual siempre despierta intensas pasiones en aporrea, y los artículos sobre el artículo (el más descarado que ha parido) se multiplicarán (un artículo de diciembre de 2012 provocó como 40 artículos de “réplicas”) en un desperdicio de materia gris que, por la diversión que significa, debe ser otro de los objetivos del escritor.
Hasta pronto, mis amigos y apréstense a corroborar la lista de los intelectuales espejo de Dieterich. ¡Ah! ¿seguirá Wilmar Castro siendo pana burda del ilustre intelectual?