El día que no anuncié al mundo que el Presidente Chávez regresaría a Venezuela, se incorporaría a la campaña y le metería medio guarisney a Radonski. Lea, por favor, para que se enteré porque me trague esa tronco de noticia en momentos que la Canalla Mediática, nacional e internacional, mal informaban que Chávez estaba listo, que olía a formol.
No recuerdo con exactitud la fecha. Pero fue una tarde en las oficinas de Guillermo Martínez. Había acudido yo a esa para conversar con el camarada sobre una oferta de trabajo y se encontraban en ese despacho los ingenieros María Emilia Escar y Marcos Ramos. Lejos estaba yo de saber que, a la postre, serían candidatos por la Revolución a las alcaldías de Lechería y Anaco. De Guillermo sí sabía que era una fija para Barcelona. Aunque él siempre me lo negó.
Esa tarde hablamos de la salud del Presidente Chávez. Eran los días tormentosos de la penosa enfermedad del Comandante Eterno. La tristeza de estos tres chamos chavistas era intensa e inmensa. El dolor y la impotencia merodeaban por esa oficina aunque la fortaleza de la esperanza y el deseo del mejoramiento del Arañero de Sabaneta eran más poderosos. Jamás llegamos a pensar nada malo. Estábamos seguros que Chávez mejoraría y vendría a seguir su trabajo electoral y a matar la partida. Y así fue.
Yo sabía que Chávez vendría a matar la partida. Eso lo supe en Caracas en una transmisión de carácter nacional que cubría para VTV luego que conversara con un pana que tuvo el privilegio de conversar con el Presidente en La Habana. Creo que en ese momento era uno de los pocos periodistas que sabía esa noticia. Traté de lanzarla al mundo entero pero William Galvis, presidente de TVO, y el pana que me dio el dato opinaron, con sobrada razón, que no debía hacer eso porque era darles armas al enemigo. Confieso que trague grueso. Por eso no di ese tremendo tubazo.
Pues bien eso se los comente a María Emilia, a Guillermo y Marcos. Eso les dio mucha fuerza y esa tarde noche salimos más fortalecidos.
Pasó el tiempo. Vino Chávez y le metió medio palo a Radonski. Después ganó Aristóbulo. Hoy Marcos Ramos, Guillermo y María Emilia son candidatos a las alcaldías de Anaco, Barcelona y Lechería y todo parece indicar que resultarán triunfadores.
TINTERO
Todas las personas que menciona en estos humildes garabatos saben que no miento. Unos que fueron testigos del hecho en Caracas. Y Guillermo, Marcos Ramos y María Emilia, que se los dije aquella tarde, que no recuerdo la fecha. El pana que no menciono si lee esta nota se los comentará a sus amigos; a lo mejor usted es uno de ellos.