Somos diferentes

Voz Primera: Tu tienes tu tuyo yo no tengo mi mío

Voz Segunda: ¡Claro que sí, que somos diferentes

Bertold Brecht, Teatro

Felizmente siempre lo seremos, nosotros vemos la política, como medio de participación activa y consciente de proceder cívicamente. Esta civilidad nos permite ver como emprende nuestro pueblo, todo, con el frenesí de los menos favorecidos, a quien siempre han querido retratar como mero recurso dispensable y desechable en las organizaciones propias de la mal llamada sociedad civil.

Disímiles, sí, por que nos mueve la resistencia por una causa. Que cuenta fuerza histórica ejemplar que no se agota y dispone de animo que no claudica, sino que se hace cada día mas tenaz y es apta para promover la causa del apoyo mutuo y la idea colectiva. Mientras ¿que vemos en la acera de enfrente¿ una teoría cuya base filosófica está centrada en lo individual, montada en egoísmo, como recurso para sacarle ventaja al otro, y, que se solaza al ver desigualdades terroríficas.

Somos distintos por creer que debemos seguir para vivir, sin claudicar, de pie, no de rodillas ante los que representan el poder y la brutalidad de un imperio que todo lo resuelve y diluye con la guerra y el terror. De esta manera ellos se agotan en el sectarismo, el cultivo de la lejanía con lo humano y cultivando el innecesario egoísmo.

Nuestro lado existe por que busca crear un programa de acuerdos que permita unir de algún modo, de manera flexible, los colectivos diferenciados. Que respeta también a los no coincidentes, hasta lograr un máximo común denominador. Democratizar. Pero sobre todo des-mercantilizar.

Mientras, ellos viven de una unidad impuesta por la brutal penetración de quienes usan el dinero para permeabilizar todas las células de la sociedad. Cuya fe neoliberal representa el máximo de la realización del capitalismo y su afán es transformar todo en mercancía y en mercadear todo.

Que se mueve, políticamente, por el camino de la contra-utopía, proponiendo que este sea “un mundo en que todo se compra, todo se vende, todo tiene precio……. hasta la dignidad”.

Ellos siguen soñando con la precaria novedad de que se debe depauperar el Estado, achatarlo, con ello evitar lo que llaman las trabas de las reglamentaciones públicas o estatales, que estorban el libre espacio del capital; según su prédica el estado solo sirve para evitar que la economía “fluya sin limitaciones”. Lo que evidentemente solo conduciría al espacio adonde la ley de la oferta la controlan mentalidades usureras -Daka-, con los efectos que hoy son del dominio publico en nuestro país.

Paradójicamente, y tal como se observa en países que controlan con esta principio, adonde se ha destruido, la escasa red de protección que brinda el estado, trasfiriendo hacia el mercado lo que eran derechos ciudadanos: a la educación, a la salud, a la cultura, al transporte, a la vivienda.

El mundo opositor que ellos nos ofrecen es, triste verificación, de una jungla en la que no necesariamente sobreviven los más capaces, sino cualquiera, siempre que haya sido favorecido por la bendición de ésa embajada que siempre camina en la cuerda floja.

Somos diferentes al opositor hasta en el uso de la palabra libertad, ésta para ellos, consiste en que un histórica minoría, tenga libertad, para llevarse el dinero sin pagar nada por ello; libertad de importar productos bajo el sino de los tratados de libre comercio desde países esclavistas que hacen absurda la producción en nuestro país. Libertad para pagar a sueldo de hambre la hora en una empresa que mantiene durmiendo en inmundos galpones a sus empleados, tal como hoy se descubrió en la Cadena comercial llamada El Tijerazo. Simple puñalada, no tijerazo, a la dignidad de un pueblo.

Hay mas diferencias, claro, y siempre las habrá, Pj. en el más reciente estudio Monitor País Noviembre 2013 realizado por la agencia encuestadora Hinterlaces sobre el Análisis situacional y Clima Socio-Emocional de los venezolanos, que llevó el nombre ¿Cómo se siente el venezolano hoy?, indica que 71% de los encuestados manifiestan sentirse optimistas ante la situación del país. Mientras ellos, basta verlos y oírlos como se expresan de nuestra nacionalidad. ¡! Viva la diferencia ¡!.



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Tulio Monsalve


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