Este domingo 8 de diciembre, la patria llama a defenderla contra las pretensiones de grupos neonazis, que disfrazados bajo el manto de presuntos partidos políticos democráticos, están manipulando al pueblo para ver si alcanzan espacios desde donde continuar conspirando contra le revolución bolivariana y los avances del Poder Popular, legados del Comandante Eterno Hugo Rafael Chávez Frías.
El ejercicio a que nos convoca la historia este domingo, no es una jornada más de elecciones. Es la jornada en la cual nos estamos jugando la consolidación del proceso revolucionario y la liberación de los amagos de los traidores, que desde las sombras trabajan por hundir a la patria en una cruenta y fratricida confrontación, que unicamente beneficiaria a los intereses del imperio, cuya ambición por nuestras ingentes riquezas no tiene límites.
El 8D tenemos que verlo con o mayor importancia que una elección presidencial, porque en estos tiempos de cambios, sino consolidamos la base del proceso revolucionario, si no fortalecemos las raíces del árbol, el follaje queda debilitado, expuesto a cualquier ataque.
La marcha que estamos desarrollando es hacía el socialismo, hacía el Estado Comunal, como instrumento para hacer del proceso bolivariano, un modelo de gobierno popular, sin vuela atrás, para que perdure y se perfeccione en el tiempo a través de la construcción de una nueva sociedad con nuevos valores, signada por una irreversible ética, producto del hombre nuevo y la mujer nueva nacidos del socialismo bolivariano, ejemplo para los pueblos del mundo.
Aunque parezca una petulancia, pero es una verdad meridiana, en nuestras manos, sobre nuestros hombros y nuestra conciencia está la suerte y la esperanza de muchos pueblos del mundo, para quienes el Comandante Hugo Rafael Chávez Frías, es el continuador y modernizador de la revolución socialista, heredada de Carlos Marx y de Vladimir Lenín, de cuyas experiencias tenemos que aprender para enfrentar las arremetidas del capitalismo mundial, que cuenta con el poder mediático y con el poder religioso, dos armas para manipular y adormecer a los pueblos, si quienes estamos comprometidos con el este proceso liberador bajamos la guardia.
Hugo Chávez Frías, con su audaz insurgencia al rescate del socialismo, justo en el momento que caía la Unión Soviética y el muro de Berlín, cuando un tarifado del imperio, Francis Fukuyama, con su filosofía de pacotilla, proclamaba, el fin de la historia y el fin de las ideologías, marcó un hito que cambió el rumbo de la historia. Cuando Fukuyama, con toda la parafernalia mediática, bombardeaba al mundo con su hipótesis de la instauración de la globalización imperial, Hugo Rafael Chávez Frías, un soldado venezolano de origen campesino, insurge y con su morral a cuestas, lanza un desafío a aquella goebeliana mentira. Con actitud y voz convincente grita al mundo que el socialismo no ha muerto, que simplemente se había desvinculado del corazón del pueblo y esgrimiendo la espada de Bolívar, abrió trochas que luego se fueron convirtiendo en amplias alamedas, que hoy día, como vaticinara en Chile, el otro gigante Salvador Allende, son trilladas por mujeres y hombres libres que prefieren rendir sus vidas antes que volver a ser esclavas y esclavos.
Estas mujeres y hombres libres, no solo están en Venezuela, sino en el mundo y ven en la patria de Bolívar y en su pueblo un ejemplo a seguir. Frente a esta realidad los venezolanos no podemos defraudarles. Tenemos prohibido fallar. Los venezolanos tenemos incluso, prohibido morir antes de consolidar el socialismo, con el poder popular como herramienta para su ejecircio. Por eso decimos que el voto del domingo 8D, es el voto de conciencia y compromiso.