El nuevo “cuadro” de Súmate promete. La militancia de este “partido que no es un partido”, debe cumplir con varios requisitos. El primero es que debe mentir sin que se le “agüe” el ojo. La dama que los comanda es experta. No he podido olvidar el ridículo que hicieron en los días posteriores al referéndum revocatorio. Los topes y los topitos fueron tierra fértil para la ciencia ficción. En su momento comenté que tanta publicidad para el hombre aquel de la teoría de los topes acabó con la existencia de granito en el país, porque la gente empezó a cambiar los de sus cocinas. Me cuentan que fue tanta la publicidad que se colocaron topes en lugares inusitados, como en copetes de camas, lo cual provocó divorcios pues más de uno creyó que no viviría para contarla. Trajeron cuartos bates, pero quebrados, de todas partes. Recuerdo las pataletas histéricas de Tulio Alvarez, los balbuceos de Gaviria para decir que no hubo fraude, queriendo decir que sí (un libro de autoayuda le hubiera ayudado).
¿Se acuerdan de la teoría de Ricardo Hausman? Internet maravilloso: “Esa prueba (estadística) es para decir no hubo fraude y encontramos que con más de 99% de probabilidad no podemos decir que no hubo fraude. O ocurrió un evento de menos de 1% de probabilidad o hubo fraude". (http://www.venezolano.web.ve) Es decir no hubo fraude ¿no?
El segundo, como ven, el más importante, es que debe hablar enredado, para dar la impresión de que está diciendo algo muy serio y complejo. El nuevo “cuadro” de Súmate, es un coco pelado con barbita mentado Ricardo Estévez. Fíjense lo que dice, al estilo Hausman, sobre la misión de observación de la OEA:
"Hay muy poco tiempo y la dimensión de la misión, en función de los alcances que esa misión había previsto, que inicialmente iba a ser el doble (en número de veedores), ahora sólo viene casi un cuarto de lo que ellos pensaban traer para un proceso tan complicado e inédito como este".
Y vuelve. “Tenemos la duda sobre la capacidad para observar y determinar la vulnerabilidad y la irregularidad del Consejo Nacional." (http://www.unionradio.com.ve)
Es decir, el tipo duda que los veedores puedan ver. Y duda de la capacidad para determinar “vulnerabilidad y la irregularidad del Consejo Nacional” . O sea no dirán que es vulnerable. O sea que el CNE está bien. Es hermoso y terrible a la vez, como el llano que describe Rómulo Gallegos en Doña Bárbara.
Dice que no hay tiempo, que los veedores no tienen tiempo. ¿Y cómo carrizo hacen para ver lo que todavía no ha ocurrido? Es como hacer hoy el periódico con las noticias del próximo jueves.
Pero eso no es lo “pior”, camaradas. Lo peor es la cara que ponen mis colegas cuando el mentado arranca su perorata. Tipos tan avispados como Roberto Giusti, le dan una credibilidad que preocupa. Ahorita tiene alto rating. Los medios se encargan de que así sea. Se oye, se lee, se siente. Sus premoniciones compiten con las de Hermes.
Y es que la capacidad que tiene la oposición de ver el futuro no tiene límites: vamos hacia una dictadura, en Venezuela no habrá libertad (ni de expresión, ni de empresa, ni de nada), vamos hacia el comunismo. Y la última: el 15 de agosto, perdón, el 4 de diciembre habrá fraude. Nada ha pasado. Ni pasará. Lo saben. Insisten. Sin que se les agüe el ojo. Y cansan. Tanto, que me repito. ¿Vieron? Uff.
*Periodista
