¿Qué tal, camarada? Cada vez con mayor ánimo para seguir viviendo y luchando por nuestra Patria, ahora con mayúscula, ya que estamos montados sobre la esperanza.
Por fin arrancó la Revolución soñada por todos, pensada y escrita por el Líder universal ya que uno de sus discípulos, por el seleccionado, se ha empeñado en cumplir con los objetivos programados, por el sendero señalado por Chávez.
Estamos todos muy contentos, hasta algunos escuálidos, los mejor informados. Desde esta página venturoso 2014, lleno de prosperidad, término que incluye bondades desde lo espiritual hasta lo material.
Para ver si los escuálidos entienden por qué Maduro sigue nombrando a Chávez, así como le ocurre a alguno que otro chavista que quiere seguir comparando a Maduro con Chávez o de los que creen, por desorientación de ellos, que Maduro debe ser él mismo.
Maduro es él mismo, tiene una formación izquierdista potenciada con las enseñanzas ejemplares del gran maestro Chávez (una pendejá de ventaja que nos lleva). Más adelante complemento.
Para desarrollar el tema me permití investigar asuntos conceptuales que transcribo, y que estimo, con la excepción de los camaradas muy intelectuales, nos permitirán pensar un poco más.
¿Algunas veces hemos conocido a personas que son el centro de atención adondequiera que vayan? Decimos que son simpáticos, que tienen una condición especial de agrado, que son carismáticos.
Algunos poseen una característica misteriosa e indefinible que los distinguen de todos los demás.
Bueno, así fue hace dos mil años con Jesucristo. Pero no fue sólo la personalidad de Jesús que cautivó a las personas que lo oyeron, los testigos de sus palabras y su vida nos cuentan que Jesús de Nazaret era distinto a todos los hombres.
Las únicas credenciales de Jesús fueron él mismo. Nunca escribió un libro, lideró un ejército, ocupó un cargo político ni fue dueño de ninguna propiedad. Solía viajar alrededor de su pueblo atrayendo a multitudes que se asombraban con sus palabras provocadoras y actos asombrosos.
Sin embargo, la grandeza de Jesús fue obvia para todos los que lo conocieron y oyeron. Y mientras que la mayoría de los grandes personajes finalmente se desvanecen en los libros de historia, Jesús sigue siendo el tema de miles de libros y de controversias mediáticas sin paralelo.
Yo pienso que se debe a que su obra ha sido proyectada, por las buenas o por las malas, en todas partes donde han ido sus seguidores, quienes también lograron hacer una súper organización.
Dicen que las controversias sobre Jesús giran en torno a las afirmaciones radicales que hizo sobre sí mismo, que asombraron tanto a sus seguidores como a sus adversarios.
Fueron principalmente las afirmaciones únicas de Jesús que causaron que fuera visto como una amenaza tanto por las autoridades romanas como por la jerarquía judía. Si bien era un forastero sin credenciales ni base de poder político, en sólo tres años, Jesús cambió el mundo para los siguientes veinte siglos.
Otros líderes morales y religiosos han causado un impacto, Mahoma, Gandhi, etc., pero ninguno como ese desconocido hijo de carpintero de Nazaret.
¿Qué tenía Jesucristo que marcó la diferencia? ¿Fue meramente un gran hombre, o fue algo más?
Estas preguntas llegan al fondo de quién fue Jesús realmente. Algunos creen que él fue meramente un gran maestro moral; otros creen que simplemente fue el líder de la mayor religión del mundo. Pero muchos creen algo más grande. Los cristianos creemos que Dios realmente nos ha visitado en forma humana. Y ellos creen en las pruebas que lo respalda.
El Marxismo es una obra, como todos saben, de Marx junto con su amigo y financista (muy adinerado) Engels, conocido como Socialismo-Comunismo es una doctrina utópica, que no ha podido ser aplicada en su verdadera esencia, cual es el mandato ejercido en forma directa por el proletariado.
Marx, junto a Engels, logró conmocionar a gran parte de la Europa y a proyectar a la América una nueva concepción de equilibrio social, del desequilibrio formado por el capitalismo que surgió de la conocida Revolución Industrial en Inglaterra que a mediados del siglo XVIII la colocaron a la cabeza de todos los países del mundo.
Querían contrarrestar al Capitalismo concebido y formulado por Adam Smith (y David Ricardo) quien en 1776, publica La riqueza de las naciones, esencialmente un estudio acerca del proceso de creación y acumulación de la riqueza. De aquí obtuvo el título de fundador de la economía porque fue el primer estudio completo y sistemático del tema.
Considera la libre competencia como el medio más idóneo de la economía, afirmando que las contradicciones engendradas por las leyes del mercado serían corregidas por lo que él denominó "la mano invisible" del sistema.
Interesante esta lectura: La teoría clásica del comercio internacional tiene sus raíces en la obra de Adam Smith que plantea la interacción entre comercio y crecimiento económico. Según los principios establecidos en sus obras, los distintos bienes deberán producirse en aquel país en que sea más bajo su costo de producción y desde allí, exportarse al resto de las naciones.
Por tanto define la denominada “ventaja absoluta” como la que tiene aquel país que es capaz de producir un bien utilizando menos factores productivos que otros, es decir, con un costo de producción menor.
Fueron teorías que no resultan ajustadas a la concepción de justicia y equilibrio social del hombre contemporáneo, pues proclaman la fuerza auto-correctora de la economía y el libre mercado, que siempre resulta en el enriquecimiento de una minoría en perjuicio de la mayoría.
Las principales naciones del mundo tienden a regirse en la actualidad por sistemas político-económicos que recogen diversos aspectos positivos tanto del Socialismo como del Capitalismo, descartando sus capítulos inaplicables o inútiles.
Dato curioso sobre la participación de un empresario preocupado por sus trabajadores: Robert Owen, en 1813, un acaudalado industrial textil de Gales, Gran Bretaña, ya había adoptado las teorías socialistas, imponiendo en su propia fábrica la prohibición del empleo infantil, aceptables condiciones de trabajo a sus empleados y pagando salarios justos.
Creyendo consolidada su acción en Inglaterra, Owen se trasladó en 1825 a los Estados Unidos, donde quiso crear una comunidad ejemplar. Lamentablemente, todas las experiencias, comunidad y sindicatos, se perdieron en Indiana en apenas tres años, debido al libertinaje, el juego y el alcohol que predominaron sobre sus proyectos. Algo muy estadounidense, agrego.
Volviendo a Marx llegamos al Bolivarianismo, que es nuestra guía base:
En el Manifiesto Comunista, 1848, (fue una exigencia de La Liga de los Comunistas, creada en 1847 por Karl Marx en Bruselas, después de dos años de estancia en la capital belga. Fue la primera organización marxista internacional. Fundada originalmente como la Liga de los Justos por trabajadores alemanes en París en 1836) en una de sus propuestas, universalmente aceptada, se refiere a la exigencia de la educación gratuita para los jóvenes sin recursos.
Pero podríamos afirmar que los autores del Manifiesto creían ser originales en esta idea, pero, como era lógico por las distancias a una América del Sur vista como una simple colonia sin cultura, no estaban bien informados, pues el Decreto del 20 de mayo de 1820, dictado por el Presidente de Colombia, Simón Bolívar, en el Rosario de Cúcuta, ordenó dar educación gratuita y obligatoria a los niños indígenas.
Y luego, en Decreto del 11 de diciembre de 1825, establece que el primer deber del gobierno es dar educación al pueblo y ordena la educación primaria obligatoria y gratuita para los niños de ambos sexos “en estado de instruirse”.
Los Decretos del Libertador de 1820 y 1825, ordenando la educación obligatoria y gratuita, añadida a sus anteriores decretos ordenando la abolición de la esclavitud (Congreso de Angostura, 1819), la libertad total de los indígenas, 4 de julio de 1825 y la repartición de las tierras en 1815 muestran la parte socialista del Libertador.
Entre otras cosas, como la integración latinoamericana, son parte de los fundamentos de nuestras luchas sociales abanderadas por nuestro Líder supremo y eterno, que además versiona su visión de Patria con sus actualizados criterios socio-económicos y los acumula, los unifica con los de Jesús y los de Marx, dándonos ese hermoso Plan de la Patria, de su puño y letra, entregado al CNE como su programa de gobierno (obligatorio de cada candidato) y que por ello pasó a ser Ley de la Nación y debe ser acatado por todos los habitantes.
Entonces, amigos y amigas escuálidas, entienden por qué Maduro, y nosotros, tenemos que permanentemente mencionar a Chávez.
Chávez no fue un presidente más. No fue un Líder político cualquiera de la IV república. Chávez fue un pensador universal. El político humanista que rescató al socialismo, que bien pudiese llamarse de otra manera, y con eso no se asustarían ustedes, pero mundialmente hemos quedado entre dos tendencias totalmente opuestas, Capitalismo y Socialismo.