A escasas dos semanas de finalizar diciembre, Pedro Medina nos comunicó el deceso de Paquita. Pablo Jiménez, combatiente del 23 de Enero, confirmó la especie. No había espacio para las dudas: la vieja Francisca Guliani había marchado a otra dimensión.
En su parroquia del oeste indomable la entrevistamos finalizando la década de los años noventa. A pesar del desgaste que genera la lucha cuando es eterna, jamás olvidó las luchas encarnizadas que desde chama libró por la Revolución.
Sus testimonios de primera mano nos convirtieron en testigos privilegiados de algunas de sus acciones. Su figura contestataria e indomable fue dibujada con las letras del pana Gustavo Borges, quien en su blog http://contactoconlacomunidad.blogspot.com escribió de ella el 4 de enero de 2011: “Representa un ejemplo de la resistencia y combatividad del sector más popular de Caracas, nuestra parroquia 23 de Enero”.
Acertadamente, las autoridades de ahora bautizaron con su nombre –ignoro cuándo– una Unidad de Protección Integral Especializada, localizada en 23 de Enero, elevando su nombre a la presencia infinita.
La desdicha nos abraza aún al lamentar no solo su retirada, sino la imposibilidad de ubicar aquella extraordinaria entrevista en la que narró, con gran capacidad de síntesis, sus peripecias rojas. Atrapamos aún de memoria la fuerza que emanaba de su piel cuando ante nuestra libreta de anotaciones describió cómo se opuso para que su zona fuese librada de una compactadora de basura que era privilegiada –por la Cuarta República– sobre la salud de la comunidad. Fue esa pelea un lapso de cruento enfrentamiento contra las fuerzas represivas. Al final, junto a sus valientes derrotó intenciones perversas de quienes imponían aquella “solución” en materia de desechos.
La sonrisa desdentada y traviesa de Paquita nunca se marchó de nuestros recuerdos cuando, con satisfacción, decía que para conquistar aquella victoria, enfrentándose a los uniformados que obedecían a la clase dominante, “yo tiraba bomba y bomba”.
En eso estamos aún, Paquita. Gracias por lanzarlas.