Prefiero ser radical que izquierdista

Creo que es necesario establecer las diferencias que hay entre uno y otro adjetivo, el que se ha paseado por la ideología distinta a la capitalista en sus múltiples variantes y acepciones, puede establecer las grandes diferencias entre una y otra, grandes pensadores y filósofos en la historia han tratado el tema y desde la óptica política por excelencia las definiciones son digamos, más esclarecedoras y conducen a la perfecta ubicación desde el punto de vista militante.

El radicalismo surge desde la propia entraña de la concepción política por las transformaciones de la sociedad, el izquierdismo es la diferenciación por excelencia con la derecha, el izquierdismo tiene según vivencias e historia viva muchas transformaciones y derivaciones. El radicalismo tiende a ser puro en sus propias exigencias, el izquierdismo puede ser dubitativo en cuanto a la confrontación societaria y la calificación del enemigo histórico.

Ser radical como su nombre lo indica va a las raíces en la solución de las confrontaciones, siempre es antiimperialista, la transformación de la sociedad capitalista en una sociedad socialista es su norte y razón de ser. El izquierdismo suele convivir en el seno de la sociedad capitalista perdiendo el empeño por su transformación y se dirige hacia el reformismo institucional clásico.

Declararse izquierdista no significa desde mi punto de vista ser revolucionario y accionante de la democracia directa, por el contrario, al convivir en el seno de la sociedad capitalista se mimetiza en casi todas las ocasiones, produciendo de hecho grandes desmotivaciones y abandono en sus filas, por ejemplo un Partido Comunista salvo excepciones debe ser radical en la lucha por un mundo mejor y es el radicalismo político la esencia de las luchas contra la injusticia social, el hambre, las oportunidades y la exclusión.

En el caso de Venezuela, muy pocos se han declarado radicales, sencillamente porque el enemigo histórico lo ha satanizado, ejemplo patético de esta afirmación es el comandante supremo que jamás se autodenominó izquierdista, revistió el radicalismo sintetizando el cristianismo como axioma para la lucha y de allí el éxito alcanzado no solo al lograr el poder, sino en el cumplimiento de la palabra empeñada, además, deslastró el termino socialismo como enemigo del pueblo.

La burguesía y sus lacayos nunca aceptan que son de derecha, quizás por las implicaciones que ello supone y la historia de su propia historia repleta de hechos atentatorios sobre las clases mas desposeídas, el capitalismo como tal, sugiere a sus actores inclusive que se cubran de aspectos izquierdistas en momentos dados, pero nunca radicales.  

Es el izquierdismo la enfermedad infantil del comunismo, evidencias señalan que no hay nada tan cerca de la derecha que las posiciones de ultra izquierda, producto en muchos casos de la desesperación de actores políticos perdiendo la naturaleza implícita de la concepción o intencionalidad ulterior, si ejemplos expusiéramos en la actualidad, veremos que el caso de España con respecto a los partidos denominados de izquierda: plural, unida, etc, es un buen ejemplo de lo que decimos.

Es bueno decirlo, que sentirse orgullo de pertenecer a la izquierda es razonable, el asunto no es ese, todo gira alrededor de la praxis en conjunción con lo que se dice y actúa, trato en todo momento de no tomar referencias de autores para no discutir acerca de ello, solo que, considero que en este caso no son necesarias comparaciones que compliquen este escrito y coloquen el punto muerto que a veces irrumpe en estas discusiones y puntos de vista.



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Rafael Febles

Economista. Msc. Seguridad Social. U.C.V.. Militante revolucionario. Locutor. Articulista Correo del Orinoco. Poeta y escritor de la revolución bolivariana

 rafaelfebles@yahoo.com      @rafael_febles

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