El próximo domingo 4 de diciembre los venezolanos concurriremos a votar para elegir a quienes nos representarán en la Asamblea Nacional. Aunque este tipo de evento electoral no suele despertar el mismo interés que despierta una elección presidencial, lo cual se traduce, naturalmente, en una considerable abstención que tiende a ser maliciosamente interpretada por unos dizque dirigentes de una ¡y que oposición! como una pérdida de apoyo al Presidente (que en este caso no tiene vela en ese entierro), en esta ocasión concurren circunstancias muy particulares que obligan a quienes nos sentimos identificados con el Proceso que lidera el Presidente Chávez a concurrir masivamente a ejercer nuestro derecho al voto.
Efectivamente, los dizque de la ¡y que!, cuatro pelagatos a quienes ni en su casa le paran bolas, se arrogaron el derecho de abusar de la confianza de los ciudadanos que, de buena fe, confiaron en ellos y tuvieron la esperanza de sustituir, al menos parcialmente, a las figuras que estaban en el Capitolio y, de repente, como buenos tahúres sacan una carta que tenían bajo la manga y renuncian a presentarse a la contienda electoral sin tener el menor argumento para ello ya que todas las exigencias que habían presentado habían sido satisfechas. O sea, que dejaron a todos los que habían creído en ellos colgados de la brocha. Su actitud es pragmáticamente explicable, aunque éticamente injustificable, pero ¿qué ética se puede pedir a estos gurruminos que sólo piensan en términos crematísticos?. La consecuencia de esa decisión es que, lamentablemente, no habrá una oposición en la Asamblea Nacional, lo cual no es muy sano, pero en todo caso sería responsabilidad de los fallecidos líderes de la ¡y que oposición!
La característica común de todos estos dirigentes, algunos aprendices y otros supuestos maestros, es que las madres de todos ellos, señoras muy respetables, usaban unos elegantes moños, y ¡que bien se veían los moños de sus madres!
Vayamos a depositar nuestro voto el próximo domingo. Si respaldamos el Proceso por nuestros candidatos y si no, por cualquier otro o votar nulo si ninguno de los candidatos satisface nuestras expectativas, pero vayamos a votar para darles en la madre a esos hijos que seguramente ayudaban a hacer LOS MOÑOS DE SUS MADRES