Hay suficientes evidencias, e incluso, hechos concretos, que permiten sostener que el Papa Francisco, Jefe de la Iglesia Católica y del Estado Vaticano, esta decidido a moverse del eje dominante de los países centro del Capitalismo mundial, hacia posiciones mas eclépticas; propósito que es extramadamente dificil del alcanzar por los múltiples problemas interno del gobierno Vaticano y los escandalos de pederastia y corrupcion que afectan a los sacerdotes, a lo que ha de agregarse, los vínculos tradicionales de la Curia Romana con los poderes fácticos dominantes en sus paises de origen y con las posiciones hegemónicas del gobierno de los Estados Uniodos sobre las posiciones políticas de la iglesia en la esfera internacional, especialmente, durante el Papado del Papa Juan Pablo II.
Una de las recientes decisiones más importantes del Papa Francisco lo constituye su intención de reordenar la composición del Colegio Cardenalicio romano, tradicionalmente dominado por los italianos con el propósito de responder a las nuevas realidades numéricas del catolicismo mundial, el cual tiene en América Latina, Africa y Asia, las regiones con la mayor suma de miembros de la Iglesia pero que por voluntad de los grupos de Poder dentro del Vaticano se les ha concedido una representación en los organismos de gobierno y consulta de la iglesia que no es proporcional a la actual importancia, lo cual se refleja en el interés político de la Iglesia Católico en los acuciantes problemas de pobreza y criminalidad que afectan a estas tres im portantes regiones del planeta.
Junto a ello, de manera paulatina y discreta pero sostenida, el Papa Francisco ha venido aprovechando circunstancias favorables creadas por la renuncia de obispos por causa del límite de edad y por escándalos de pederastia y corrupción, para designar algunos prelados que incorporan una vision aperturista en lo teológico y lo politico, que puede favorecer un nuevo posicionamiento geopolítico de la Iglesia Catolica en el siglo XXI, confirmando la opción por lo pobres, basado en la Enciclica Rerum Novaro y otras, derivadas de gran estremecimiento teológico y político que representó la celebración del Concilio Vaticano Segundo.
Estos cambio sin embargo, parecieran que no llegaran pronto a la cúpula de la Iglesia Catolica Venezolana, atrapada como ésta a las estrategias golpista de la ultraderecha venezolana desde el mismo inicio de la Revolución Bolivariana que encabezara el Comandante Supremo Hugo Chavez Frias (Que en Paz Descanse) y que hoy continua bajo el liderazgo del presidente Nicolás Maduro Moros, dado que en la Dirección de la Conferencia Episcopla Venezolana y sus Comisiones, destacan como presidentes las figuras contrarevolucionarias del Cardenal Jorge Uorsa Savino, y los los Obispos Padron, Morales, Luckert y Porras quienes hoy, nuevamente se ponen al lado de la ultraderecha golpista venezolana, intentando producir un Segundo Golpe de Estado, e en la modalidad de “Golpe Blando y Continuo”, con el fin de imponer un gobierno al servicio de las viejas clases y grupos burgueses y partidocráticos y subordinarse a los intereses del gobierno de los Estado Unidos, implosionando el proceso de unidad e integración de Nuestra América.
Mas allá de sus declaraciones y sus movidas de ajedrez en el intrincando tablero de Poder de la Iglesia Católica, el Papa Francisco arriesga la credibilidad de su oferta de cambios con compromiso social ( y politico) en la Iglesia Católica si no desautoriza y, de ser posible, produce un cambio substancial en la cúpula obispal venezolana que remueva las esctrucuras de Poder eclasiástico, orgánicamente vinculada a los viejos intereses de grupos económicos y politicos de Poder desplazados del la direccion del Estado, el gobierno y la sociedad venezolano designando nuevos líderes de la Iglesia Católica Venezolana identificados con su visión renovadora de la Iglesia y con una nueva relación de respeto y colaboración con el Estado laico y el gobierno bolivariano del Presidente Nicolas Maduro Moros, cuyos postulados y programas politicos están, mucho más cerca de los pobre, desamparado y excluidos de Venezuela a quienes reivindica el Papa Francisco, que del 1% de propitarios que, desde Walt Sstreet, dominan la economia mundial y controlan la riqueza del planeta.