Hay Situaciones a lo interno del chavismo que son verdaderamente angustiantes y preocupantes. Es claro, que a pesar de lo pregonado, se es efectivamente muy sensible a las críticas y a veces estas críticas se “despachan” sin mucha argumentación y con una gran dosis de fanatismo.
Preocupa esta hipersensibilidad, pero preocupa mucho más, una falta de dialogo interno que promueva un debate colectivo sobre los problemas de la política cambiara, la inflación y el desabastecimiento.
El gobierno y el partido son de la idea de creer que todo va bien y han evitado un dialogo interno con camaradas que están en las condiciones académicas y profesionales de haber ofrecido sus respectivos aportes. Aporrea que ha sido una herramienta para el debate, ha hecho un inmensa contribución con artículos que vienen de voces del pueblo y voces académicas, pero creo que desde las alturas del poder, se ve con recelo, si es que se ven.
Una cosa es ir a un dialogo con factores de la oposición habiendo construido un consenso a lo interno con el aporte de nuestros teóricos y técnicos y otra muy distinta, plantearse ese dialogo con un vació a lo interno. Una falta de dialogo interno y jugándonos el pellejo con la oligarquía en función de las versiones que ha construido el gobierno con los argumentos de dos o tres instituciones, no parece una buena estrategia.
Felipe Pérez Martí ofreció recientemente unas declaraciones, que no dejando de estar muy de acuerdo con sus observaciones y con la propuesta de una amputación de la pierna para evitar una infección que ponga en riesgo todo el organismo, creo que va contra el tiempo. La entrevista tuvo como titulo una frase que me permite establecer este “contra tiempo”. Felipe Pérez Martí expresó: “Si no hay cambio radical, el pueblo chavista tumbará el gobierno”
Creo que esta sugerencia de un cambio radical va en contra el tiempo. La oportunidad para realizar un cambio radical pasó. Políticamente hablando, creo que el movimiento bolivariano no tiene hoy la fuerza para producir un cambio radical de esa magnitud. Entiendo que un cambio radical implica, como lo dice Felipe Pérez Martí, entre otras cosas, una reforma fiscal y esta reforma fiscal a su vez, debe conducir a plantearnos una reforma o un cambio sustantivo en todo el ordenamiento normativo que ofrece los lineamientos al SENIAT para que más paguen (y paguen) los que más tienen.
No creo que el pueblo chavista tumbará al gobierno. Este pueblo chavista ha estado ajeno a todo lo que ha estado pasando y no ha sido capaz de reclamar justicia frente al desfalco que le costó a la nación más de 20 mil millones de dolares. Este pueblo chavista, creo que no carga en su cabeza la información de “los 40 mil millones de dólares” que Felipe Pérez Martí dice que el gobierno está perdiendo por la política cambiaria”. Lamentablemente al pueblo no le ha dolido eso porque no se ha manifestado contra esto. Este pueblo chavista ignora o no ha tomado conciencia que la política cambiaria, como lo dice Pérez Martí, “implica tremendísimas ganancias para la corrupción”(1)
Ese cambio radical que propone Felipe Pérez Martí y con el cual estamos muy de acuerdo el mundo de a pie, implica afectar, como lo apunta Felipe Pérez Martí, intereses de la oligarquía y boliburguesía. No desearía decir esto en este momento, pero parte de la clase media que anda cargada de odio, tiene hoy mucha más fuerza política que el “pueblo” chavista. Esa Clase media cargada de odio y nuestros errores (errores del gobierno) ha obligado un dialogo entre el gobierno y la oposición, mientras que el nuestro lo hemos evitado.
Se ha “domesticado” al pueblo con un conjunto de disposiciones burocráticas y ese pueblo luce hoy desmovilizado. No es una conclusión con la cual me siento a gusto, pero observo ese proceso de desmovilización del pueblo. Ahora es necesario abandonar la domesticación del pueblo chavista y darle participación: Movilizarlo
Esta domesticación se ha justificado y docificado ciertamente con una verdad, pero solapa otra. Se nos hace ver que los problemas son producto de una intervención del imperialismo y ciertamente lo hay, pero se “omite” que además de los planes imperiales, hay decisiones y omisiones del gobierno y del partido que han ofrecido oportunidades para que amenaza sea más real.
El Problema, no es amputar la pierna, el problema es si el paciente resiste la amputación de la pierna y la familia del paciente tiene suficiente fuerza hoy para resistir el tratamiento postamputación.
(1)Nota estas declaraciones se publicaron en el Diario 2001 en la edición del 02/03/2014