No me rebajes de estatus, yo no soy clase media.

En una reunión para hablar de algunas situaciones propias de la urbanización donde Jesús adquirió  una modesta casita, una joven vecina después de tanto disertar con una voz muy asifrinada le expresa directamente que él igual que ella deben asumir el rol   social como  dignos representantes de la clase media.

Jesús le responde muy cordial pero con una claridad meridiana;

-          No, yo no soy clase media.

Apresuradamente y en un tonito despectivo y desilusionado le responde la bella vecina;

-          Ah ¿usted es de los que nunca dejan el barrio?  ¡De los que llevan el rancho en la cabeza!

-          No, yo nunca he abandonado el barrio y el rancho lo llevo en el corazón, pero creo que usted me esta mal interpretando porque no me ha dado tiempo  a explicarle. Cuando le digo que no soy clase media lo que le intento decir es que no me rebaje de estatus yo soy de una clase superior.

Ahora la mirada evidencia sorpresa, escudriña  de arriba a bajo  a Jesús como buscando con todo el endorracismo que vive crudito en su pensamiento, una pizca de oligarca en la  piel morena y en el ensortijado cabello de su nuevo vecino, para luego delatar su pensamiento con una torcedura de labios que mas o menos se puede  leer como;  y que se ha creído este tierruo.

-          No amiga tampoco soy lo que piensa, yo no soy ningún burgués, pertenezco a una clase superior, YO SOY TRABAJADOR.

-¡Y como es eso!- Exclamo mas con mas mofa que sorpresa.

Pero con  tono sosegado característico de un estoico pedagogo, Jesús se presta para aclararle su confusión;

-          Mi apreciada vecina déjeme aclararle lo siguiente; las clases sociales se definen por su papel en las relaciones de producción o sea por su posición en el hecho productivo, que es esencialmente lo que mueve la vida de las sociedades. El burgués el que se dice, clase alta, es dueño de los medios de producción y no trabaja en cambio el que  aporta su trabajo físico e intelectual en jornadas diarias pertenece a la clase trabajadora. Le pregunto ¿Cual es su profesión?

-          Yo soy ingeniera y trabajo en una empresa contratista de construcción, pero  me considero clase media porque tengo un estatus social y económico superior a otros trabajadores.

-           Que obtenga ingresos superiores a otros trabajadores no la define de clase media  o mejor dicho no le quita su condición de trabajadora y  con relación al estatus social eso es una trampa prejuiciosa mi vecina, que equipara la prosperidad a la idea de la movilidad social, el falso sueño americano de creer que algún día seremos como nuestros explotadores y así   sentir desprecio por nuestra extracción de clase y nos convertimos en los mas acérrimos defensores de nuestros explotadores.

-          Pero hay que tener espíritu de superación.

Es cierto hay que tener espíritu de superación pero superar nuestras condiciones sociales y económicas no implica que tengamos que explotar al semejante,  despreciar nuestras raíces  y  vivir para el lujo y la suntuosidad; en definitiva nunca serás feliz, siempre serás esclava no de necesidades reales sino del capricho porque la felicidad no es tener más sino saber disfrutar con lo necesario; como dice el cantor Facundo Cabral; rico no es el que mas tiene sino el que menos necesita;  en el año 2002 y 2003 muchos trabajadores petroleros que se olvidaron de su esencia de proletarios, creyéndose una elite social, creyéndose clase media se lanzaron a un sabotaje criminal contra la industria petrolera y contra  la patria, ellos mismos se botaron de la industria y después terminaron muchos de ellos desempleados haciendo cualquier tipo de trabajo dándose cuenta muy tarde que solo dependían de su esfuerzo diario, que simplemente eran lo que nunca dejaron de ser; trabajadores.

 Ante la  actitud de perpleja de la muchacha, Jesús concluyo recordándole la importancia bíblica del trabajo;

- Que todo hombre coma y  beba y vea el bien por todo su duro trabajo. Es el don de Dios  como lo dice el Eclesiastés 3:13 es una prueba de la bendición del trabajo y una prueba del estatus privilegiado del que tenga el don y la voluntad de ser trabajador.

Abrebrecha y después hablamos



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José Ovalles


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