Los pueblos de la América Latina se levantan con fuerza contra el neoliberalismo y las oligarquías locales. Evo Morales y Tomás Hirsch, dos legítimos representantes de los pueblos de Bolivia y Chile competirán los días 11 y 18 de este mes de diciembre por la presidencia de sus respectivos países. Ambos se presentan como candidaturas de izquierda antineoliberales.
Evo Morales representa no solo al pueblo de Bolivia sino a todos los pueblos aborígenes del continente. Este, luego de caminar un largo trecho de obstáculos lleno de huelgas, represión, muertes, hambre, amenazas y chantajes estadounidenses que supo salvar, llega a la elección presidencial de Bolivia con la primera opción para ganar la presidencia de ese país. La candidatura de Tomás Hirsch representa un gran triunfo del pueblo chileno. Es el triunfo de la movilización y organización política de un pueblo que 35 años atrás fue masacrado y oprimido de manera feroz por el fascismo de la oligarquìa chilena y el imperialismo yanqui.
Evo Morales es un líder batallador, un conductor de la lucha popular que junto al pueblo boliviano combatió por sus derechos hasta derribar dos gobiernos neoliberales, uno tras otro, en un corto tiempo. Evo es además de ser un líder de base y de calle, miembro y dirigente del movimiento político del Movimiento al Socialismo MAS del cual es fundador. Tiene como handicap haberse convertido en el mayor defensor de los pueblos aborígenes, de los trabajadores, de los campesinos y de todos los explotados y oprimidos más allá de Bolivia; y por ello se convirtió al mismo tiempo en el mayor enemigo de la oligarquía boliviana, del empresariado minero, de las transnacionales petroleras y gasíferas como de todos los gobiernos neoliberales bolivianos, contra los que luchó hasta derrotarlos con el pueblo en las calles.
El domingo 18 de diciembre será un buen día para que el pueblo boliviano recupere la epopeya popular que una vez vivió bajo el gobierno de Juan José Torres, mandatario que fue derrocado por los mismos intereses que hoy adversan a Evo Morales. Confiamos en que el pueblo de Bolivia tenga un nuevo y esplendoroso amanecer político. Es nuestro anhelo que Bolivia tenga como regalo de Navidad un Presidente nacido del seno de los pueblos originarios del continente.
Tomás Hirsch se presenta este domingo 11 de diciembre a la elección presidencial chilena como un candidato de izquierda antineoliberal. Hirsch, quien fue ocultado al país por la dictadura de los medios de comunicación al servicio de la oligarquía chilena y el imperio, víctima de la confabulación urdida entre las transnacionales y la Concertación de Lagos-Bachelet-Pinochet-Bush, derrotó a los tres candidatos del imperio y la oligarquía en los únicos dos debates televisivos entre los candidatos presidenciales, conquistando el corazón y la conciencia de miles y miles de chilenos con argumentos y propuestas políticas, económicas y sociales reivindicativas, integracionistas, democráticas y humanistas. Cualidades que no posee ninguno de los otros tres contendores.
Tomás Hirsch tiene el mérito de haber logrado alrededor de su candidatura presidencial la primera unidad de la izquierda chilena en 35 años. Comunistas, socialistas (mayoría rebelde), miristas, humanistas, cristianos, homosexuales y lesbianas, aborígenes, excluidos y explotados chilenos marchan de nuevo, unidos, forjando otra vez el futuro de Chile en el Pacto "Juntos Podemos Más".
Una campaña política llena de colorido, alegría y creatividad popular es la muestra palpable de que el pueblo chileno está construyendo un nuevo proyecto político, y tal como Salvador Allende lo fue en el pasado, Tomás Hirsch es hoy su conductor y líder. Esto que afirmamos se puede apreciar visitando su sitio web http://www.tomashirsch.cl
En esta antidemocrática (y pinochetista) elección presidencial, la concertación de Lagos-Bachelet tiene la ventaja de que el millón de chilenos exiliados y sus familias, los cuales en su mayoría apoyan a Hirsch, no tienen derecho a voto por mandato constitucional. Lo impide aquella Constitución hecha a la medida de Pinochet y avalada por el gobierno de la Concertación entre quienes se encuentra la candidata presidencial Bachelet, Constitución que el Presidente de Chile Ricardo Lagos firmara meses atrás cono "nueva", por el solo hecho de haberle cambiado la firma y realizado reformas de forma menores.
Independiente del resultado de la elección de este domingo, el propósito del Pacto "Juntos Podemos Más" es consolidar a través de esta elección una potente oposición política popular, una fuerza política democrática que se enfrente al neoliberalismo y defienda los intereses de las mayorías, quienes como el mismo Hirsch lo denuncia luego de cada encuentro con el pueblo en las calles y barriadas populares, "lo están pasando mal".
Hirsch es hoy en Chile un nuevo fenómeno político, y no virtual mediático como Bachelet, quien luego de contar con la "mayoría" de las preferencias en las "encuestas", tras su fracaso en los debates televisados llega al día de la elección en descenso consiguiendo ser rechazada por diversos miembros de su propia coalición política, entre ellos el rechazo de un sector de la democracia cristiana. En sus últimas declaraciones a la prensa Tomás Hirsch ha expresado: "No me cabe duda que vamos a tener la votación más alta que ha logrado la izquierda desde hace más de 35 años, solamente superada por lo que fue la campaña de Salvador Allende".
En fin, llenos de la alegría que produce el momento de este nuevo amanecer del pueblo chileno, de ese pueblo de Gabriela Mistral, Pablo Neruda, Luis Emilio Recabarren y Salvador Allende, de ese pueblo chileno que trabajó duro y sin pausa para sostener el gobierno de la Unidad Popular hasta el golpe fascista de Pinochet, un pueblo chileno que igual como hace 35 años lo hizo hoy se vuelve a organizar y poner en pie de lucha, esta vez con Tomás Hirsch. Ante este hecho político nos sentimos invitados a celebrarlo. Culminamos esta nota cantando junto al poeta Antonio Machado, a coro y en voz alta:
"Caminante son tus huellas el camino y nada más, caminante no hay camino se hace camino al andar. Al andar se hace camino y al volver la vista atrás, se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar...."
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