Si algo debemos admirar en nuestro presidente obrero es: su perseverancia, su paciencia, su cordura, su capacidad de asimilar ofensas y amenazas, sin inmutarse, ni desviarse del camino que se trazó desde el 14 de febrero de 2014, cuando lanzó el reto al pueblo venezolano de alcanzar uno de los proyectos más ansiados por las mayorías y más alimentado por el Comandante Eterno Hugo Rafael Chávez Frías, como es la paz, la convivencia, la tolerancia, el abrazo a la cultura de la vida y el rechazo a las armas como herramientas para dirimir diferencias.
Acaso, también pudiéramos decir, en buen criollo, que tiene un excelente estómago, que le permite soportar la asqueante baba, que dejan caer las momias de la vieja política, artífices y financistas de los paramilitares, disfrazados de estudiantes, que queman y asesinan en nombre de la democracia y la libertad, cuando por conveniencias, que no por convicción deciden acercarse a las exitosas jornadas de dialogo que sin esa pestilencia viene desarrollando el pueblo digno y patriota, trabajador y honesto que dia día se entrega en cuerpo y alma al trabajo creador, para hacer de Venezuela, la patria potencia en todos los aspectos·
La patria potencia, no solo en producción petrolera, minera, agrícola y pecuaria, sino potencia en conciencia revolucionaria, conciencia de clase, conciencia colectivista, internacionalista, que permita que nuestros nuevos y nuevas ciudadanos y ciudadanas, sean capaces de sentir en carne propia la injusticia que se comete contra un ser vivo, en el más apartado rincón del planeta, capaces de compartir con quien lo necesite la abundancia de bienes y conocimientos que poseen. Una patria potencia en solidaridad, desprendimiento, donde la fortaleza sea el ser antes que el tener. Una potencia humanista, en salud, en deporte, en cultura, en investigación al servicio de la humanidad.
Esa es la gran diferencia entre ese pueblo que va a las conferencias de paz, con principios y amor por la patria, frente a los apátridas mafiosos de la MUD, que van es a chantajear a imponer condiciones inaceptables, para quienes de siempre hemos seguido fieles al pensamiento del presidente Hugo Chávez, que también tuvo una capacidad ilimitada para asimilar traiciones, vilipendios y hasta buen estómago, para soportar frente así a una cosa como Alvarito, en la oportunidad que vino a recibir sus alumnos de la escuela del crimen que dirige en la hermana república de Colombia. El presidente y líder de la revolución, con su magnanimidad, luego de capturar al centenar de criminales entrenados que el gobierno de Uribe y su pandilla habían introducido en Caracas, para asesinarlo, sin tocarles un pelo, llamó al presidente de ese momento Alvaro Uribe Velez y se los entregó. Aquel bandido y maestro del crimen, se arrastró en elogios hacía el Comandante Chávez, poco faltó para que llorara y se arrodillara, como Santander, cuando Bolívar le conmutó la pena de muerte por destierro, pese al intento de asesinato en su contra.
En esa oportunidad para drenar lo que nos produjo tamaña hipocresía, por aquel reptil enemigo jurado de nuestro líder, escribimos un artículo bajo el titulo de: Es usted un héroe señor presidente. Porque ciertamente había que tener esa condición para soportar a semejante visitante
Nos causó repulsa, cuando vimos en las pantallas de la TV, a uno de los responsables de toda la actividad criminal desatada en el país en los últimos años, hablando de condiciones para dialogar: respeto a la constitución y las leyes y a los derechos humanos, como si quisieran deslindarse de los asalariados que tienen cerrando calles, con barricadas en llamas y quemando propiedades privadas y públicas y asesinando vecinos, y a funcionarios policiales y militares, por los cinco millones semanales que recibe cada uno de estos mercenarios para crear zozobra y terror en el país.
A la prensa internacional, ya le habían dicho que como condición para sentarse a la mesa, está en primer lugar una Ley de amnistía para los detenidos por desordenes suscitados desde el 14 F. Es decir un manto de impunidad para los criminales que han provocado perdidas por mas de 30 millones de dólares a la nación y asesinado a más de treinta ciudadanos de manera directa, amen de los homicidios indirectos, provocados con sus guarimbas.
Desarmar en público a los colectivos oficialistas, como si los revolucionarios fuésemos repugnantes criminales, como quienes han pagado la formación de paramilitares y mercenarios para ponerlos a su servicio, con el mote de Estudiantes pacíficos que protestan contra la dictadura de Nicolás Maduro. Los colectivos bolivarianos, son organizaciones armadas, pero armadas de conciencia, de capacidad organizativa, de amor por la patria, de amor al trabajo creador, al deporte, a la salud, a la educación y al legado del Comandante Eterno Hugo Rafael Chávez Frías. De lo contrario ya serían muchos los guarimberos que colgarian de postes en cualquier calle o avenida. Porque la fuerza popular del chavismo tiene capacidad para aplastar a los mercenarios asalariados de la burguesía apátrida, parasitaria opositora, si no lo ha hecho; es por la disciplina, por la solidaridad, el amor a la cultura de la vida y el rechazo a la violencia,como mecanismo de victoria tal y como nos enseñó el Comandante Hugo Rafael Chávez Frías, cuando fiel a los principios del Che Guevara, nos llamó a combatir en el campo de las ideas, a convencer antes que imponer.
La mafia de la MUD, viene con su chantaje, porque quiere congraciarse con los paracos, cuyo control se les escapó de las manos y ahora tienen que seguir manteniéndolos y apoyándolos o se convierten en sus objetivos militares. No hay tal espíritu de diálogo, la intención es imponer las condiciones que les permita salvar su pellejo y auspiciar la impunidad de los criminales, que ahora han hecho de las guarimbas y los secuestros de urbanizaciones, un negocio. De allí la pregunta, la oposición con sus infulas de perdonavidas, ofendiendo a nuestras comunidades viene en son de que: ¿Dialogo, chantaje o provocación?