Existen eventos comunicacionales de la Revolución Bolivariana de Venezuela que bien valen la pena retransmitirlo, no una sino varias veces, tal es el caso de la entrevista hecha por José Vicente Rangel a Earle Herrera este domingo 4 de mayo de 2014. La misma no tiene desperdicios tanto en la parte literaria como la política.
Uno que es amante de la lectura y de la buena conversa tiene que reconocer que los dos se lucieron en esa entrevista. Los dos, garciamarquianos a ultranza y maestros del periodismo, hablaron del talento de Gabo y de su condición de contador de cuentos, de su compromiso permanente con la historia de los movimientos progresistas de Latinoamérica; de su magia narrativa y de la prominencia de la cotidianidad por encima de su vasta cultura literaria. Escuchándolos recordé lo que expresó el finando literato colombiano en una entrevista transmitida por VTV: “Todo lo que soy se lo debo a la cultura popular”.
La entrevista de Earle y José Vicente reflejó un sincero homenaje a la magia de García Márquez. Sobre todo cuando Earle dijo que “Gabo con sus novelas luce como que escapa de Macondo. Gabo es otro personaje de sus novelas”.
Lo interesante de la entrevista fue el lenguaje sencillo, claro y popular utilizado, tanto del entrevistador como del entrevistado sin que por ello perdiese brillo.
En un momento de la entrevista Earle citó lo que Gabo dijo en una oportunidad del Presidente Chávez:
Me di cuenta en que estaba frente a un narrador natural . Advertí en Chávez la presencia de un gran fabulador en cuyos relatos de las experiencias durante su infancia estaba presente el realismo mágico. En el discurso de Chávez estuvieron presentes expresiones garciamarquianas, apuntó Herrera.
En la parte política Earle aplica una disección crítica de la dirigencia opositora y expresa que el enemigo natural de la oposición son los mismos dirigentes, quienes destruyen su crecimiento como opción electoral con decisiones tan torpes como no participar en las elecciones de la Asamblea Nacional y participar en actos terroristas como los recientes.
Finalmente los colegas Earle Herrera y José Vicente Rangel destrozaron a Vargas llosa a quien calificaron de pavoso, amargado y descontextualizado quien, “a sigún”, no agrado mucho a sus anfitriones porque no dijo todo lo que ellos querían que expresara.