La comuna, su solo nombre causa escozor en muchas epidermis, incluyendo de algunos que se dicen rojos rojitos• Desde el inicio consejos comunales, tuvieron y siguen teniendo resistencia. Esa resistencia se puso de manifiesto, cuando en principio se entregó recursos para ejecutar proyectos, sin asesorías, sin control y seguimiento, para fortalecer esa conseja, de que quien tiene necesidades no puede manejar recursos, porque cae en la tentación de apropiarse ilícitamente de los mismos.
De alguna manera esa concha de mango hizo caer a muchos, que efectivamente habían llegado a los consejos comunales, con todos los vicios y las rémoras de la IV República, con aquella consabida expresión de: “No me de compañero, póngame donde haiga”. Allí se fortaleció el estribillo, de que la comunidad no puede administrar recursos, porque “se los roba”, una forma olímpica de descalificar al pueblo y al mismo tiempo dar la zancadilla a la punta de lanza de la revolución, como el Poder Popular.
Afortunadamente el Comandante Eterno, Hugo Rafael Chávez Frías, tenía una capacidad de captar y decodificar los códigos ocultos y en vez de caer en la trampa burguesa, con su certero discurso, hizo diana en el corazón de los más necesitados y los llamó a derrotar el “Yo” y el personalismo, con el “nosotros”, con la responsabilidad compartida y como sello contra la corrupción, la contraloría social. Fue así como las malas experiencias, de las tropelías cometidas por algunos enchufados, se han corregido y, ahora los consejos comunales, realizan milagros con los recursos y de eso tenemos extraordinarias experiencias en el sector eléctrico, donde CORPOELEC, conjuntamente con las comunidades y las mesas de energía, levanta y elabora los proyectos eléctricos, cuyo financiamiento gestionan los consejos comunales y las mesas de energía. Una vez obtenidos los recursos los técnicos de la operadora eléctrica nacional, les asesora en la ejecución, donde intervienen directamente los vecinos, sin la presencia de las famosas”Contratistas”, lo que ha dado como resultado, que con los recursos para un proyecto, producto de la sabiduría y los poderes creadores, llegan a ejecutar hasta dos proyectos y todavía les queda algún remanente para solventar otras necesidades.
Ahora el tema álgido es el de la comuna, generadora de espacios de auto gobierno del pueblo y cuyo fin último es acabar con las alcabalas pequeño burguesas, que todavía tenemos vivítas y coleando en este proceso de transición, como son las gobernaciones, alcaldías, consejos municipales y consejos legislativos regionales, que una vez consolidadas las comunas tendrán que desaparecer para dar paso al poder popular, como instancia de gobierno, única vía hacia la construcción de la sociedad socialista, libre de las ataduras de la burguesía.
Aunque cause roncha en algunos oídos, gobernaciones, consejos legislativos, alcaldías y concejos municipales, lo único que generan es despilfarro inútil del presupuesto con su carga burocrática y el surgimiento de nueva burguesía parasitaria apuntalada con el voto popular, que por este sistema electoral pequeñoburgués, que tenemos no elegimos voceros, sino representantes, que poco a poco se acostumbran a que se les vea como superiores, algo bien diferente a quien les eligió. Por eso véis a los “elegidos”, que una vez culminada la campaña y proclamados en sus cargos, se olvidan de la viejecita a quien le tomaron el café durante la campaña o del pobre del barrio, con quien se abrazaron y palmearon, porque tenía arrastre en la comunidad. Con esa metamorfosis, vienen los escuadrones de “Guardaespaldas”, los comisionados o encargados de servir de intermediarios, entre el “elegido” y el pueblo, porque nada de igualados. Gobernador, es gobernador, alcalde, es alcalde, concejales y diputados son lo que son y punto. Nada de confianza. Entonces esas instancias se convierten en alcabalas para el avance del socialismo y caldo de cultivo para el crecimiento de las nuevas capas burguesas, que más temprano que tarde buscarán acercarse a la oligarquía, porque ha adelantado algunos peldaños para marcar distancia.
Es cierto que hay algunos “elegidos” que actúan con mayor discreción y evitan los ejércitos de guarda espaldas y los maltratos a su pueblo, pero de esos son contados.
Por otra parte la burocratización hace que las obras hasta tripliquen el tiempo de ejecución y en consecuencia su costo. Pongamos por caso: la avería de una tubería de acueducto, si la comunidad tiene la administración directa, seguramente por grave que sea puede durar 72 horas, porque allí están los interesados y afectados, trabajando para restablecer el servicio. Si es a través de una Hidro, esa misma avería seguramente tardará 72 días en solventarse, con el consiguiente malestar colectivo y los ataques al gobierno. Porque mientras la orden sube escalones y escalones, hasta llegar al jefe que aprueba la obra y luego bajar, a revisiones y certificaciones, hasta la ubicación del “contratista” de turno, usuarias y usuarios, estallan en ira y se van a las calles a cerrarlas y a crear mala imagen al proceso, mientras los burócratas disfrutan del confort en sus oficinas, que si tienen todos los servicios y exquisiteces adicionales. Allí están las trabas para el avance del socialismo. Por eso la construcción del Estado Comunal es impostergable y la columna vertebral para ello es La Comuna el “coco” de la revolución.
Periodista*
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