Hoy, cuando vamos rumbo al III Congreso del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), hay que hacer un análisis de la importancia que tiene este partido para el Proceso Revolucionario.
No hay revolución sin partido revolucionario, no hay partido revolucionario sin ideología revolucionaria.
Así como la soberanía reside en el pueblo, un partido de revolución es una organización de soberanos, de hombres y mujeres, unidos por un sueño colectivo que tiene que ver con la patria, el compromiso de trabajar con dedicación y con pasión por convertir estos sueños colectivos en realidad. La estructuración del PSUV, es un acto de alta política, todos, en todos los rincones del país hemos hecho un esfuerzo por convertirlo en realidad.
De allí la responsabilidad enorme que reposa sobre nuestros hombros, aspiramos estar a la altura de la exigencia de este momento histórico.
El partido debe parecerse a la sociedad que soñamos y a la sociedad que estamos construyendo, un partido donde la ética, la democracia, la solidaridad, la igualdad, la justicia social, el amor, acompañen la condición de antiimperialista.
Todo viene del pueblo y todo debe ir hacia él. De nuestro pueblo surgió el liderazgo que ha hecho posible esta revolución; este pueblo sabio parió a Chávez. Tenemos el líder, y tenemos ahora su sucesor político, Nicolás Maduro, hijo de Chávez. Nuestro pueblo parió el líder y construyó su gobierno y también nuestro pueblo construyó su partido.
El partido debe ser una especie de bisagra entre el pueblo y el gobierno con el fin de avanzar en ese hermoso proceso de convertir nuestro sueño en realidad: enterrar definitivamente el viejo modelo de acumulación capitalista y construir el socialismo del siglo XXI. Conformar una sociedad inclusiva que liquide la pobreza y nos permita vivir en armonía con la naturaleza, donde seamos capaces de alcanzar la soberanía científica y tecnológica para ponerlas al servicio de la liberación y la felicidad de nuestro pueblo.
Hay que educar a la militancia para formar nuevos cuadros, la formación de los cuadros tiene dos componentes básicos: las herramientas teóricas, indispensables para comprender los procesos y las realidades, y la práctica concreta. Las escuelas de cuadros sirven para hacer una revisión de nuestra historia desde el punto de vista revolucionario, tanto del siglo XIX, en la que están nuestras raíces independientes, como la del XX, que ha conformado nuestra sociedad actual. Conocer nuestra historia permite entender los procesos internacionales y la interrelación entre Venezuela, el continente y el mundo, esto implica también una tarea de dirección, de buscar correctamente los cuadros, de asistirlos permanentemente y de atender sus problemas.
Durante un encuentro con las Unidades de Batalla Bolívar Chávez (UBCH) en el estado Monagas, el primer vicepresidente del PSUV, Diosdado Cabello, llamó nuevamente a la unidad y atacó duramente el sectarismo y el grupalismo; desviaciones que nos llevaron a la perdida de varias alcaldías en las pasadas elecciones, entre ellas, una de gran importancia para el país, como fue la Alcaldía de Maturín. Son los mismos que quieren controlar las UBCH, para dominar el partido. Aseveró que las postulaciones las harán las bases del partido y aclaró que el congreso del PSUV solamente elige al presidente del partido, “de aquí al mes de enero vamos a elecciones de los equipos municipales y estadales desde las bases del PSUV”. Dijo además que serán las delegadas y delegados quienes decidirán sobre una cantidad de conceptos ideológicos que serán puestos en práctica. “ya basta de grupos y de ambiciones personales, ya basta de fraccionamientos, todos tenemos que avanzar de la mano para defender a la Revolución Bolivariana”. Yo no tengo ningún grupo, dijo Diosdado, el que diga que pertenece al grupo de Diosdado háganmelo saber por qué lo enfrentare directamente.
El partido debe autofinanciarse y los recursos deben provenir principalmente del aporte de sus miembros. En la medida en que el militante sabe que está sosteniendo el partido, desarrolla más su sentido de pertenencia a la organización.