No la tienen fácil en estos días los loros que menudean que estamos en una dictadura. ¿Cómo sostener esa bobería delante de la diversidad de actitudes, fachas, enfoques, procedencias, culturas, edades, preferencias sexuales, colores? No los envidio. Caracas es más que siempre un fresco barroco de expectativas, todas liberadoras, todas inspiradas en la diferencia.
Los racistas que van a las marchas de oposición en donde la moda es un uniforme uno y único, siempre la última, que proclaman feroces el Pensamiento Único y el Fin de la Historia, que detestan todo lo que no sea el totalitarismo del Mercado y de la Mano Invisible, que concentraron todos los poderes públicos en Carmona, que consideran que Venezuela «se aísla internacionalmente» cuando no se arrastra ante lo peor de los Estados Unidos... Bueno, esos son los que sostienen que esto es una dictadura, y lo hacen con desfachatez e ingenuidad, que los golpes de la vida me han enseñado que suelen ir juntas.
Este VI Foro Social Mundial es una exploración acumulada de las mejores potencialidades de la humanidad. Venezuela desata lo que desde 1998 va queriendo ser: el entramado de lo mejor de una sociedad pluricultural y multiétnica. Así nos proclamamos los venezolanos a través de la Constitución de 1999. Pero ¿qué nación del mundo no es pluricultural y multiétnica? ¿Y en qué país la mujer no reclama su dignidad, en qué comarca no se comienza a reconocer la diversidad sexual?
En este territorio libre de racismo, sexismo y clasismo, los uniformados tienen prohibido el acceso a ciertas áreas urbanas, lo que garantiza, precisamente, la ausencia total de violencia. Los tombos han aprendido lecciones que ha tiempo requerían con urgencia.
Nunca me metí a escritor mercenario por una sola razón: temo que un día me ordenen escribir contra el arroz con pollo, ponle, porque mercenario no escoge el tema a musicalizar. ¿Qué puede decirse contra ese manjar? Bueno, necedades como las que sostienen que vivimos en una «tiranía disimulada», expresión surrealista que le leí por ahí a un bolsa prepotente. Te dejo el cálculo de la inteligencia del doctor que la dijo. Ten piedad.
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