De la Carmonada a la Guaidonada

No solo son infamias sino esperpentos. Como la Carujada, de la que escribió el patriota Denzil Romero. Tres felonías contra mandatarios entrañables. Pedro Carujo, sin embargo, era complejo: patriota, traidor, conspirador, aventurero, estudioso, políglota, matemático, estratega, intelectual, escritor, valiente. Complejo, pues. A él se debe aquella famosa frase ante el presidente José María Vargas durante la llamada Revolución de las Reformas: «El mundo es de los valientes», a la que el médico respondió: «No, el mundo es del hombre justo». Nos enseñaron a detestarlo desde la escuela.

Pero no quiero hablar de Pedro Carujo sino de dos personajillos que no le llegan ni al empeine: Pedro Carmona y Juan Guaidó, desabridos protagonistas de hechos no solo bochornosos en lo moral sino intelectualmente enclenques. Ambos me merecerían mera mera displicencia si sus acciones no por torpes fuesen menos homicidas. Fracasan pero sus fiascos de lujo te salen carísimos.

Imposible describir la versatilidad en el error de la oposición porque es infinita. No solo son los disparates ya conocidos sino los que están por cometer en su fuente inagotable de pifias. Su útero es el «me da la gana». Me da la gana ser presidente y eso basta porque me apoya Trump. Dan las explicaciones más caricaturescas y tampoco importa porque pa eso tengo la llave de San Simón —como decía aquella rima de mi infancia:

Quien hable primero

se traga un tapón.

Yo no me lo trago

porque tengo

la llave de San Simón.

No sé qué llave es esa; solo sé que sirve para no tragar tapones.

Hay otra arma formidable: la inmunidad al ridículo. El ridículo paraliza, pero solo a quien tiene vergüenza, que es un lastre para la calaña de gente que vengo prosando.

Cada vez que perdía, la Reina de Corazones de Alicia en el País de las Maravillas cambiaba en su cabeza las reglas del juego, o sea, que nunca perdía. Si cualquiera puede autojuramentarse presidente en una calle entonces no hay ley y cualquiera hace lo que le da la gana, cual la supramentada Reina. Ejemplos: esperpentos como el Decreto de Carmona, el proyecto de Ley de Amnistía de 2016 y desfilar con el tricolor de Miranda suplicando una devastación gringa tipo Medio Oriente. Una perversidad babieca y delirante.



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Roberto Hernández Montoya

Licenciado en Letras y presunto humorista. Actual presidente del CELARG y moderador del programa "Los Robertos" denominado "Comos Ustedes Pueden Ver" por sus moderadores, el cual se transmite por RNV y VTV.

 roberto.hernandez.montoya@gmail.com      @rhm1947

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