La foto pertenece a Andri Lara y el texto sería redactado por Jesús Manuel Pérez. Ambos se publicaron en el diario 2001. Fecha: Sábado 26 de Enero de 2006. Basta una gráfica y una pocas líneas para encontrarse con la concepción que sobre cultura manejan los medios industriales masivos privados. Una concepción oligocrática, que se quedó en la Edad Media, entre el Trivio y el Cuadrivio. Una definición que se quedaría en las siete artes liberales. Una visión excluyente y clasista. Los pobres jamás crearan cultura.
Algunas afirmaciones contundentes recogen su praxis, escandalosamente, mentirosa. Al hacer referencia al teatro Teresa Carreño, nos dicen: “Lo que hasta hace pocos años fue símbolo de modernidad y espacio para el encuentro de todas las manifestaciones del arte y la cultura, sin diferencias ideológicas y sin exclusiones de clase, presenta hoy el lamentable aspecto que recoge la gráfica…”. Encantadora mentira, falsa afirmación. Es en este proceso en que el pueblo asiste con regularidad y mayor frecuencia al teatro Teresa Carreño. La chusma ahora se siente en las butacas de la sala Ríos Reina. Y ustedes horrorizados, espantados. ¿Cómo es posible que esa horda vaya al teatro más importante del país? Los niches, los pata en el suelo, los nadie, los salvajes, nacionales e internacionales, horror, afirman con su tono afectado, han tomado el Teresa Carreño. Fin de Mundo.
Continúa la nota: “El Teresa Carreño- y sus adyacencias- orgullo de los caraqueños y de todo el país, hoy convertido en mercado persa gracias al revivido y anacrónico “realismo socialista, fue parte de la rumba del VI Foro Social Mundial,…”.
Aquí aparecen tres perlas. La primera, el mercado no es cultura. El mercado es chusma y salvajes. Solamente los exquisitos tienen derecho a estar en el Teresa Carreño. Aquí se expresa toda su concepción de las bellas artes pero también todo su desprecio por lo popular. Sólo los productos nobles del alma son considerados cultura. La vida cotidiana no es cultura. Un ser culto “no se confunde con la turba de proletarios”.
La segunda perla es su anticomunismo trasnochado con eso del “realismo socialista”. Hasta los Hare Krisna estuvieron presentes con sus cantos. La nota de prensa pasa, olímpicamente, de lo impreciso a lo ridículo. Pero mantiene la práctica de los medios privados industriales masivos: la mentira, la distorsión, la falsificación de la realidad. La información veraz la mandaron a la quinta paila del infierno. El imperio del embuste pensado y premeditado; cómplice y calculado. Se presenta sólo la apariencia. Jamás el contenido. Se presenta el morral en la espalda; no la discusión y al análisis.
La tercera perla viene dada por la forma despectiva al referirse a la rumba. Y rumba es barrio. Rumba es calle arriba, calle abajo. En Venezuela se suceden 196 mil fiestas al año ¿Cómo entender un foro de tal dimensión sin la rumba? Su desprecio por el pueblo es genético, histórico, de clase, balurdo. Lleno de odio por la dignidad humana y la sencillez de 80 mil participantes “que claman por un mundo libre del capitalismo salvaje”. Estas últimas líneas también pertenecen al redactor de la nota de prensa: “Eso sí cuando se trata de vendedores ambulantes provienen de distintos países, es decir, buhoneros internacionales, que son tratados como invitados especiales, la salvajada no es permitida sino estimulada…”. Somos salvajes, primitivos; ustedes cipayos, apátridas.
Un texto de apneas 16 líneas expresa la impronta de su desprecio por los pobres, por lo popular. Una humilde nota de presa expresa su odio cancerbero por los artesanos. Una cuantas líneas denotan el ocultamiento de la verdad, la manipulación permanente y la distorsión a toda carrera. Y sí, también estaban los vendedores ambulantes. Venezolanos dignos. Trabajadores todos. Ninguno de los temas abordados en el foro serían reseñados por lo medios y si lo hicieron, se realizó de tal manera tendenciosa como por ejemplo para resaltar la ausencia de uno que otro de sus ponentes. La labor de la ANTV; VTV y Tele-Sur serían arduas y agotadoras. Ustedes sufren de una impronta del desprecio por la vida, el amor y los sueños.