A propósito del anuncio que hizo la fiscal general de la República y presidenta de la Comisión por la Justicia y la Verdad, Luisa Ortega Díaz, de ejecutar la inspección técnica de 36 teatros de operaciones en los que se cometieron actos de torturas, asesinatos y desaparecidos durante los gobiernos que dirigieron el país entre 1958 y 1998:
Es importante recordar que más de 10 mil crímenes, asesinatos, fusilamientos, torturas, desapariciones se efectuaron durante el periodo de la Cuarta, durante la cual se asesinaba a quien se manifestara contra el régimen entreguista imperante.
Los que mueren por la vida no pueden llamarse muertos, “Se puede matar al hombre, mas no matarán la forma en que se alegraba su alma cuando soñaba ser libre”. Alí Primera.
Primero fue la memoria clandestina, el grito en el silencio impuesto por el frío sonido del fusil y la metralleta Cuyas balas rompieron las vidas de las ideas más jóvenes y revolucionarias de los tiempos, apenas se oía el gemido de dolor de la madre, hermana y compañera, pero silencio al fin impuesto por el terrorismo de Estado de Rómulo Betancourt, Rafael Caldera, Raúl Leoni, Carlos Andrés Pérez, Luis Herrera Campins, Jaime Lusinchi y Ramón J. Velázquez, entre otros tantos. Más no pudieron imponer el olvido.
La memoria siguió su propio cauce, su lento andar, en cuyo transitar comenzó a romperse el silencio y el imaginario tomó su propio cauce colectivo entre los recuerdos inconclusos y desarticulados compartidos en la palabra viva, mientras la literatura sobre estos hechos fue descalificada por la academia, no obstante se abrió paso en medio de la represión y la alcahuetería académica exquisita.
Hasta que por fin ahora y en nuestra hora llegamos como pueblo a lo que Alonzo Carballés entiende como los esplendores de la memoria, al romper el cerco de silencio impuesto y comienza a aparecer el trágico saldo de una guerra que vio morir a toda una joven generación entre los años 60-70 y 80 en la que asesinaron a sus mejores hijos. Sin embargo digamos con Julius Fusik que “hemos vivido por la alegría, por la alegría luchamos y por la alegría morimos, que la tristeza no sea nunca unida a nuestros nombres”.
Extraordinaria labor vienen realizando los camaradas del canal audiovisual VIVE-TV con la producción de una serie de documentales sobre el terrorismo de Estado ocurrido en Venezuela en las décadas de los años 60-70, cuya experiencia venimos respaldando porque es nuestra propia causa en la lucha contra el olvido y la reivindicación de los héroes anónimos por la liberación nacional y el socialismo.
Giovanna Proaño es la productora de esta programación que lleva por nombre “Prohibido Olvidar” en la que colocó todo su empeño y calidad humana para adentrarse por los más intricados lugares y climas adversos para recoger en el propio lugar de los acontecimientos donde ocurrió esta memoria.
Una serie de estos documentales, “Prohibido Olvidar”, estuvo dirigida al registro audiovisual de la memoria de los centros penitenciarios donde recluyeron revolucionarios, tales son los casos caraqueños de la cárcel Modelo y el legendario San Carlos, al igual que la cárcel de La Pica, estado Monagas, el cuartel Corpahuaico y el Comando Úrica de El Tocuyo, estado Lara, pertenecientes al Teatro de Operaciones antiguerrilleras N° 3 (T.O-3), y el Teatro de Operaciones N° 5 (10-5) de Yumare, estado Yaracuy, y la penitenciaría o Campo de Concentración “Rafael Caldera” o Isla del Burro, en el Lago de Valencia.