Mientras más de 500 representantes de las diferentes regiones del país, que hacen vida en el Partido Socialista Unido de Venezuela, a través de las UBCH, discuten ponencias que buscan fortalecer la lucha en la transición del Estado burgués, al Estado Comunal o socialista, que obviamente genera controversias, los millones de venezolanos afectos al proceso bolivariano, nos mantenemos a la expectativa de cual será el producto de la histórica jornada, en esta oportunidad sin la presencia física del Comandante eterno y las interpretaciones encontradas que de los términos: socialismo, chavismo, izquierdismo y marxismo se dan en ese universo humano con diversidad de puntos de vista y pensamiento.
La tarea no es nada fácil, para quienes fueron designados con tamaña responsabilidad por las bases del partido y otros por esa extraña condición de delegados natos, que ojalá la corrijan para los próximos congresos, porque eso es dentro del PSUV, el síndrome de las “Vacas Sagradas”, que históricamente han generado flacos beneficios a los movimientos de la índole que sea.
Lo cierto es que este III Congreso, tiene como responsabilidad dar respuesta sólida, clara y meridiana a los escenarios de incertidumbre que el bombardeo mediático ha generado en vastos sectores de la población, que desde el punto de ideológico son vulnerables y más con la realidad inocultable, que estamos viviendo, con las dificultades creadas por la confrontación que la oligarquía parasitaria y la burguesía apátrida están protagonizando en busca de dar al traste con la revolución bolivariana.
La batalla más delicada y en la cual se han anotado ventaja estos grupos es en el desabastecimiento y la especulación, que son las puntas de lanza, que tiene la derecha en busca de una implosión social, que genere la ingobernabilidad y que permita invocar la intervención extranjera en nuestra patria para instaurar un gobierno de “transición”, con resultados que ya conocemos en los casos de Irak y Libia.
Afortunadamente nuestra nación ha madurado políticamente y aun cuando el descontento es manifiesto en la calle, donde se denigra del gobierno y se añora la presencia del Comandante eterno al frente de la batalla, existe la suficiente convicción y confianza en la revolución, como para aguantar “la pela”, sin caer en provocaciones.
Pero hay expresiones en el lenguaje de la jerarquía gubernamental, que a veces despierta desconfianza en algunos sectores. Da la impresión que se quisiera aplicar un aparthei a la izquierda precursora de la revolución bolivariana. La primera andanada virulenta fue en la conmemoración de la Batalla de Carabobo, con la alusión a “Esa izquierda trasnochada que tanto daño hizo”. Expresión acuñada en la IV República para justificar la represión cuando se habló de la “Izquierda trasnochada que quería importar modelosy traicionar a la patria”. Ahora nuevamente vuelve la lluvia, la lluvia, con una nueva etiqueta, “El izquierdismo”., como si se tratara de una epidemia que hay que combatir.
Es incompatible hablar de socialismo y democracia participativa y protagónica y al mismo tiempo manifestarnos anti izquierdistas y sobre todo, cuando tendemos la mano para el diálogo a la oligarquía parasitaria y a la burguesía apátrida que andan mercadeando la soberanía en las instancias internacionales; esa si que no merece ni agua, sino mano dura.
Estos son escollos que debe abordar este congreso, en el tema ideológico, porque esas lagunas crean escenarios de incertidumbre en quienes si estamos claros en el campo de la ideología revolucionaria y mucha confusión en quienes empiezan a indagar en el campo de la revolución y que como es lógico asocian a esta a la posición izquierdista y a las luchas que históricamente se han dado en el mundo por la conquista de las libertades, de la cual no podemos excluir el período de la lucha armada en
Venezuela, que equivocada o no, abrió la brecha para la concientización dentro de la Fuerza Armada, en los campos y barrios de las ciudades, donde germinó el virus de la guerrilla urbana, que propugnaba “esa izquierda trasnochada” y “ese izquierdismo” ahora cuestionados no sabemos con que argumentos.
Ojalá y en la discusión ideológica se deslinden estas apreciaciones y se dirijan los ataques al campo enemigo como tiene que ser y no precisamente hacia los aliados del Comandante Eterno Hugo Rafael Chávez Frías, quien jamás tuvo una expresión peyorativa, para quienes históricamente defendimos los principios izquierdistas como única herramienta para la liberación de los pueblos.
La lucha contra las desviaciones del proceso y el virus maligno de la corrupción que nos sigue infectando importantes flancos de la revolución forman parte de la tarea que tienen esos compatriotas que asisten al histórica jornada de la democracia venezolana y que seguramente regresaran a sus regiones a irradiar esa nueva esperanza que tiene el pueblo en el lII Congreso del PSUV y esa difícil tarea.
Periodista *
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