El caso de Hugo Carvajal, provocación en la isla de Aruba

 Traducción desde el inglés por Sergio R. Anacona

Strategic Culture Foundation                    

Estados Unidos ha comenzado a escabullir la tarea de buscar evidencias en los casos en que desea acusar a alguien por actividades delictuales.  En años recientes, Estados Unidos se acostumbró a ignorar la responsabilidad legal.  Con el pretexto de la lucha contra el terrorismo, se habituó a permitir que la detención de “potenciales criminales” a mandarlos a cárceles secretas y a emplear crueles torturas para obtener confesiones.  Todo el sistema de seguridad norteamericano ha sido afectado.  Los jefes de los servicios especiales norteamericanos han acumulado experiencia en detenciones (legales o no) de personas en el extranjero y de trasladarlas a Estados Unidos para ser enjuiciadas.  Pero han sufrido en esta vía algunos fracasos y hay tienen lecciones que tienen que aprender.

Aruba, que es parte del Reino de Los Países Bajos, está ubicada a solo 27 kilómetros al norte de Venezuela.  El alto funcionario venezolano, General Hugo Carvajal, fue detenido a su llegada al aeropuerto de Aruba el 24 de julio recién pasado.  Un destacamento reforzado de la policía lo trasladó hasta una celda haciendo saber que el operativo se había realizado luego de una solicitud de extradición interpuesta por Estados Unidos.

Las autoridades holandesas de la isla fueron notificadas el mes de febrero del corriente, que Hugo Carvajal había sido nombrado Cónsul General de Venezuela en Aruba.  Hubo tiempo suficiente para informar que su nombramiento era inaceptable, si ese hubiera sido el caso. Por lo tanto, no habría ocurrido ningún conflicto.

Carvajal era cercano al ex Presidente Hugo Chávez.  Habían hecho la carreta militar juntos y compartían muchas ideas en común.  Chávez sabía que podía contar con su compañero de armas en caso de un apuro.  Carvajal fue el jefe de la inteligencia militar durante 2004-2009.  Contrarrestaba las actividades de la DEA, de la CIA y de la Agencia Nacional de Inteligencia, NIA norteamericana.  Carvajal nunca permitió que el conflicto de Colombia se extendiera al interior del territorio de Venezuela.  Él siempre disponía de informaciones para impedir las acciones de los adversarios.  Las agrupaciones paramilitares de ultra derecha fueron de manera efectiva rechazadas, sufriendo grandes pérdidas cuando trataron de cruzar hacia territorio venezolano.  También combatió de manera efectiva a los narcotraficantes que a  menudo actúan bajo el control de la DEA.  A consecuencia de los esfuerzos de Carvajal, a la DEA se le prohibió operar en Venezuela.  Esto produjo una campaña orquestada en gran escala para denigrar al General Carvajal y emplearon la propaganda negra para hacer aparecer al funcionario venezolano como un capo de la droga.

Revisando los medios que emplean los servicios especiales en sus esfuerzos propagandísticos en América Latina y el Caribe, uno puede comprender para qué los enemigos de Venezuela querían que Carvajal fuera detenido.  Ellos habían planificado un acuerdo con la justicia norteamericana: reducir la sentencia si él cooperaba en todas las imputaciones y entregara evidencias contra Chávez, Maduro y otros líderes bolivarianos.  Una delegación norteamericana viajó hasta Aruba con un paquete de proposiciones y garantías.

Según fuentes oficiales venezolanas, la inteligencia norteamericana en Willemstadt, Isla de Curaçao desarrolló actividades que apuntaban hacia la detención y el aislamiento de Carvajal.  El área de cobertura  de la estación en Willemstadt incluye Aruba y Bonaire.  El principal blanco de reclutamiento son los venezolanos.  Estas islas también se utilizan para organizar reuniones con activistas opositores venezolanos, involucrados en actividades conspirativas que apuntan hacia el derrocamiento del gobierno de Maduro.

La residencia de la CIA en Curaçao tiene buena reputación.  Está encabezada por James R. Moore, Cónsul General con treinta años de trabajo diplomático y tareas de inteligencia encima.  Los principales funcionarios de inteligencia son Solmaz Sharifi, Jefe de la Sección Económica y Política, la sección de la DEA está encabezada por J. Gregory Garza y el Jefe de la Oficina de Administración de Programas Informativos es Jeffrey Yacobucci.

Esta oficina era la responsable de hacer detener a Carvajal.  Comenzaron por presionarlo para que él pidiera asilo político.  Se le prometió que sería de inmediato enviado a Miami en caso que él decidiera cooperar.  Al mismo tiempo, esgrimieron falsas informaciones de prensa en el sentido que Carvajal tenía un pasaporte con otro nombre y que solo mostró su verdadero pasaporte cuando fue detenido por la policía.  Los medios dijeron que en su equipaje tenía 20 mil dólares (sin duda alguna, el dinero pertenece al Ministerio de Relaciones Exteriores de Venezuela y estaba destinado a cubrir las necesidades del consulado y de la embajada).  También hubo otra historia inventada que se hizo circular en Caracas, diciendo que hacía algunos meses, él había estado secretamente discutiendo los detalles de una supuesta fuga hacia Estados Unidos. 

Carvajal no cedió ante el chantaje y exigió entrevistarse con funcionarios venezolanos.  Calixto Ortega, Vice Canciller para Europa, viajó de inmediato a la isla para resolver la situación e impedir actos de coerción para hacer que Carvajal fuera llevado a Estados Unidos (cosa que es a menudo puesta en práctica por la CIA).   Peter Blanken, Jefe de la Fiscalía de Aruba, que estuvo relacionado con la detención de Hugo Carvajal y que anteriormente bailaba al son de la CIA, decidió llamar a sus superiores en Holanda.  En un comienzo fue informado que el funcionario venezolano no tenía inmunidad diplomática.  Luego se le explicó que el Ministerio de Relaciones Exteriores de Venezuela había obtenido la necesaria autorización el pasado mes de febrero y que su status de inmunidad diplomática estaba vigente.  Los representantes norteamericanos realizaron frenéticos intentos para ejercer presión sobre las autoridades de Aruba para poder trasladar a Carvajal hacia Miami.  En las islas se inició una campaña de apoyo al diplomático venezolano.  Venezuela es un antiguo amigo de Aruba y Curaçao.  Los turistas de Venezuela constituyen una importante fuente de ingresos y Caracas indicó que habría reacciones en caso prosperaran las acciones inamistosas.

El Presidente Nicolás Maduro declaró que el caso de Carvajal era una operación especial dirigida por Estados Unidos con el objeto de intimidar y chantajear a la alta oficialidad militar de Venezuela.  O renunciaban a sus principios y se unían a la conspiración anti gubernamental o los acusaremos y haremos que enfrenten juicios amañados sobre la base de imputaciones fabricadas.  El caso Carvajal fue montado como un show para demostrar como se hace en la práctica.  Hubo expresas amenazas contra Rangel Silva y contra Rodríguez Chacín.

Mientras tanto, Roberta Jacobson, Sub Secretaria de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental, declaró vía Twitter que la liberación de Carvajal constituía un mal uso y una burla del principio de la inmunidad diplomática.  El Departamento de Estado norteamericano señaló que Aruba, Holanda y otros países fueron amenazados por Venezuela para hacer que liberaban a Carvajal.  “Nosotros también estamos contrariados debido a que informes confiables que nos han llegado indican que el gobierno venezolano amenazó al gobierno de Aruba,  al de Holanda y a otros para obtener estos resultados.  Esta no es la manera en que se deben manejar los asuntos de aplicación de la ley y por supuesto nosotros continuaremos con nuestros esfuerzos para llevarlo a juicio”, señaló el vocero del Departamento de Estado, Jen Psaki el pasado 28 de julio durante un resumen diario de prensa.

La inmutabilidad con que Washington juega el papel de protector del orden mundial solo consigue hacer que la gente se desternille de la risa.

Washington no ha renunciado a la idea de perseguir a Carvajal y a otros políticos venezolanos que no cuentan con el favor de Estados Unidos.  Algunas publicaciones divulgan que “documentos oficiales” acusan al militar venezolano y a los servicios de seguridad de Venezuela de cooperar con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo, FARC-EP brindándoles santuario en territorio venezolano.  Para corroborar estas afirmaciones, ellos emplean evidencias aportadas por desertores, agentes dobles y personajes sospechosos que tratan de ganarse unas lochas.  Las informaciones  cocinadas por los servicios especiales norteamericanos no son de mucha calidad (los informes sobre Ucrania son un buen ejemplo).  Hugo Chávez y Nicolás Maduro jamás trataron de ocultar el hecho que los combates continúan de tiempo en tiempo, pero no con los movimientos guerrilleros.  Los venezolanos luchan contra las agrupaciones de ultra derecha que coordinan sus actividades con narcotraficantes.  Es cierto que se producen escaramuzas esporádicas con las guerrillas, especialmente cuando Chávez trató de iniciar un diálogo entre los beligerantes.

El caso Carvajal demostró una vez más que los servicios especiales norteamericanos emplean sucias triquiñuelas cuando operan en el extranjero.  La meta estratégica es la dominación global, lo demás no tiene importancia.

Nota.- Sus comentarios y opiniones acerca de este artículo serán bienvenidos en

            editorial@strategic-culture.org

 



Esta nota ha sido leída aproximadamente 4318 veces.



Nil Nikandrov

Periodista y analista político escribiendo frecuentemente en la revista rusa internet Strategic Culture Foundation.

 editorial@strategic-culture.org

Visite el perfil de Nil Nikandrov para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes: