Sin duda alguna Simón Bolívar represento para su tiempo y para todos los tiempos, un ejemplo de voluntad creadora en el triple magisterio de su ética, su conducta y su pensamiento, y más cuando dijo: Por la Patria hay que estar listo para todos los sacrificios, no solo al de su fortuna o de su vida, sino hasta el del honor y la popularidad, su predica inspira después el aforismo de Martí: “La Patria es ara y no pedestal”. La Patria es el pueblo, la totalidad social de la que se procede y a la que se debe servir con preferencia: La idea y la lucha de Bolívar jamás se contradicen porque se orientan con absoluta fidelidad revolucionaria, de segura raigambre colectiva.
Pero Bolívar rehúye las alusiones innominadas, “Para nosotros la Patria es primero”, para el “La Patria es América”. “Una sola debe ser la Patria de todos los americanos”. La Patria es realidad actuante y dinámica. Es Latinoamérica, se llama Gran Colombia, Venezuela, se llama San Mateo, se llama Caracas, porque a su ciudad jamás olvida, es nota constante en su alma. Cualquiera sean accidentes, Caracas es la primera en su espíritu, por Caracas inicia el itinerario de su afecto continental.
En 1825 escribe a Páez y repite lo mismo a Mariano Montilla: “ Estoy comprometido a defender Bolivia hasta la muerte como a una segunda Colombia: de la primera soy padre, y de la segunda soy hijo: así mi derecha estará en las bocas del Orinoco y mi izquierda llegara hasta los márgenes del Rio de la Plata: Mil leguas ocuparan mis brazos, pero mi corazón se hallara siempre en Caracas, allí recibí la vida, allí debo rendirla, y mis caraqueños serán siempre mis primeros compatriotas. Este sentimiento no me abandonara sino después de la muerte”.
Ni un solo de los problemas americanos habrá de serle extraño. Su acento patriótico jamás sufrirá cambios, la Patria será siempre el estribillo de su canción política. Fuerza tendrá siempre para el bien de su América. Amor y simpatía habrá para los amigos de su pueblo, y para los contrarios su proyección guerrera, vórtice de angustias y desafíos del “Hombre de las dificultades”.
“El hombre y la mujer de honor no tiene más Patria que aquella en que se protegen los derechos de los ciudadanos, y se respeta el carácter sagrado de la humanidad: la nuestra es la madre de todos los hombres libres y justos, sin distinción de origen y condición”. Simón Bolívar.