México, Distrito Federal, 12 de agosto de 2014
Andrés Manuel López Obrador
Compañero:
El día de ayer, al publicarse las reformas a las leyes secundarias de la contrarreforma energética, se ha consumado el mayor despojo a nuestra nación en toda su historia. No exagero al plantear que es un despojo mayor al robo de más de la mitad del territorio que sufrimos en el siglo XIX.
Creo innecesario argumentar las graves consecuencias que la entrega de Pemex y CFE a las trasnacionales del ramo generarán para el país, ya que has sido un activo defensor de nuestro patrimonio y en particular de estas empresas del pueblo de México.
He visto como calificas de manera acertada de traidores a la patria, a todos quienes intervinieron en esta decisión contraria a los intereses nacionales, desde Peña Nieto y su camarilla, hasta los integrantes del Congreso mexicano que validaron semejante despojo.
Considero que hoy más que nunca, el artículo 136 constitucional le debe ser aplicado a esta camarilla que vive del pueblo y traiciona al pueblo.
Sin embargo, veo con preocupación que no sólo ha sido imposible detenerlos en su pérfida empresa, sino que inclusive, hasta el momento, no sufren costo político alguno a pesar del terrible daño que han generado a la nación.
¿Cuál es la razón para que el pueblo no se haya levantado frente a semejante agravio? Hay muchas razones que se pueden esgrimir: la manipulación mediática, el avance del discurso de la derecha, la desinformación, una situación de derrota, la división de la izquierda, el colaboracionismo de la cúpula del PRD y así podríamos enumerar una larga lista de hipótesis.
Creo que pueden ser ésas y muchas razones más que sin duda será necesario analizar. Pero creo que una central, es el hecho de que nuestro pueblo, hasta hoy, no ha asumido ni es consciente del enorme poder que tiene y, por ende, no lo ejerce, y depende siempre de un liderazgo para lanzarse a la lucha.
Ese liderazgo marca su conducta, define su actuar y materializa las acciones que la gente realiza para hacer frente a estas ofensivas.
Ese liderazgo hasta el día de hoy está en tus manos. Y lejos de impulsar una línea de lucha y de resistencia, has decidido una línea de no confrontación.
Desde las grandes movilizaciones de 2008, que encabezaste para detener la contrarreforma energética impulsada por Calderón, ocultaste la derrota que sufrimos al ser aprobada esa legislación que violaba la Constitución y abrió como nunca la puerta a las trasnacionales del ramo, argumentando que sí los habíamos detenido.
Pero en esta última “reforma” constitucional que ha entregado la riqueza natural más importante que tenemos al extranjero y que ha liquidado nuestra soberanía económica, ni siquiera impulsaste una línea de lucha.
Perdimos preciosas semanas y meses de tiempo, en múltiples concentraciones donde evadiste asumir un plan de resistencia clara a las contrarreformas energéticas durante todo el curso de 2013 y fue hasta diciembre que convocaste un cerco al Senado, que tus problemas de salud impidieron que encabezaras. No sólo convocaste débil y tardíamente, sino encima designaste a tu primogénito para encabezar las manifestaciones, como si nuestro movimiento fuera una monarquía hereditaria. Faltaste al respeto inclusive a la dirigencia formal de tu partido, MORENA.
Durante las concentraciones de 2013 criticaste de manera puntual la estrategia de Cuauhtémoc Cárdenas y del PRD de promover una consulta en materia energética en el 2015. Planteaste de manera correcta que la consulta debería realizarse antes de que se efectuara cualquier modificación al marco constitucional en esta materia.
Sin embargo, hoy no sólo excluiste cualquier posibilidad de convocatoria a manifestaciones de repudio a semejante atraco, sino que disputas al PRD la obtención de firmas para realizar la citada consulta el año entrante.
¿En verdad crees que respetarán las firmas y realizarán una consulta una vez que han entregado el petróleo y la energía eléctrica a las trasnacionales?
En el remotísimo caso de que hiciesen la consulta, ¿en verdad crees que respetarían el resultado de la misma, que sin duda sería de rechazo a las contrarreformas legales, y que sacarían a las trasnacionales petroleras del país respetando la voluntad popular?
Estoy en lo cierto que no crees que eso sucederá. Y si bien no pretendo descalificar ninguna iniciativa de lucha, creo que un liderazgo de la importancia y envergadura del que ostentas, no tiene permitido jugar con las expectativas de la gente.
Peor aún, me parece que lo que está implícito en tus declaraciones, es que pretendes generar la impresión que de ganar la presidencia en 2018, darás marcha atrás a estas contrarreformas neoliberales. Te han robado a ti y al pueblo de México la presidencia de la República en 2006 y 2012. ¿En verdad crees que en 2018, con las trasnacionales petroleras saqueando al país respetarán un triunfo tuyo a la presidencia de la República? Si no lo respetaron en 2006, cuando las petroleras estaban parcialmente dentro y de manera ilegal explotando nuestro petróleo, o en 2012 que ya se habían metido en serio las trasnacionales, ¿por qué lo harían en 2018, teniendo el control absoluto de nuestras riquezas y contando con “aval” constitucional?
Francamente creo que estás cometiendo un error y que aún puedes corregirlo. Yo estoy convencido del camino de la desobediencia civil y tú no estás obligado a convocar a ella. Pero sí estás obligado a convocar a una línea de lucha y resistencia en serio. Si en lugar de estar recabando firmas, los compañeros y compañeras que siguen tus iniciativas estuvieran convocando a una rebelión no violenta, estarías abriendo el camino a la derrota de esas contrarreformas neoliberales. Por el contrario, se utilizan cuantiosos recursos humanos y económicos en realizar una tarea que ya está condenada al fracaso y que no impulsará una línea de compromiso y de lucha en la gente con la que hacen contacto. Una firma obtenida no crea conciencia en el otorgante y no genera un compromiso de lucha mayor. Fortalece la posición cómoda de esperar a que alguien resuelva por uno los graves problemas nacionales.
Encabezas un movimiento de hombres y mujeres libres, por lo tanto debes estar abierto a la crítica y a los planteamientos de esos hombres y mujeres libres. Tu responsabilidad en el momento actual es enorme. No minimizo la de todos los demás hombres y mujeres patriotas de este país, pero siendo su líder, tu responsabilidad es mayúscula.
Por todas estas razones te emplazo a modificar tu posición, a participar en un amplio movimiento de unidad de todas las fuerzas progresistas, nacionalistas, democráticas, de izquierda en el país, para detener primero, y revertir después, estas contrarreformas neoliberales.
No debemos esperar a los tiempos electorales. 2015 pinta mal para las fuerzas de izquierda y 2018 es demasiado lejano e incierto. Más aún, considero que la vía electoral está cerrada para acceder a la Presidencia de la República y que debemos abrirla. Por ello, estoy convencido que debemos impulsar una rebelión no violenta que obligue a renunciar a Peña Nieto e inicie el proceso de recuperación de la libertad de nuestro pueblo, de nuestra Constitución y de un profundo proceso de transformación para restaurar la República e impulsar justicia social e igualdad para nuestro pueblo.
He decidido enviarte esta Carta Pública para que no queden dudas de que sí hay voces que plantean otro camino y que estamos empeñadas en impulsar los planteamientos aquí expresados. Estoy claro que al margen de nuestros aciertos y desaciertos el pueblo, nuestro pueblo, se levantará y estará a la altura de la hazaña necesaria para modificar el actual estado de cosas.
“El pueblo tiene derecho a vivir y ser feliz”.
Gerardo Fernández Noroña
salacito@hotmail.com