La impunidad está socavando las bases de la Quinta República: la corrupción, la burocracia, la incapacidad de algunos funcionarios, la corrupción judicial, la falta de castigo a los delincuentes, amparados por dichos jueces y bajo el manto legal del bendito COPP (que a nuestro juicio debe ser modificado a pesar de ser uno de los más avanzados del continente y del mundo, pero que no se adapta a nuestra realidad), otra de las cosas que debemos señalar es el no acatamiento de las leyes. Los venezolanos estamos acostumbrados a hacer lo que nos da la gana, violando así todas las leyes y ordenamientos jurídicos vigentes, o sea vivir en un país sin ley como se vivía en el lejano Oeste norteamericano, como se presentaban en esas películas de vaqueros. Esta es una cultura heredada de los gobiernos pseudo democráticos de la cuarta república: recordemos “el cuanto hay pa’ eso”,“ no me des ponme donde haya”, “con los Adecos se vive mejor, porque roban y dejan robar”, etc. después de la caída de la dictadura de Pérez Jiménez. Se implantó la dictadura de los partidos pseudo democráticos representados por el punto-fijismo (URD-AD Y COPEI), principalmente por AD y COPEI que se hicieron dueños y señores del país y se alternaban en el poder convirtiendo a Venezuela en la colonia feudal, que obedecían a los intereses norteamericanos. En crímenes, torturas y asesinatos, superaron todos los records implantados por la dictadura Perezjimenista (Pérez Jiménez fue un niño de pecho en comparación con el régimen punto fijista). Confundieron los términos de “democracia con libertinaje” y aplicaron la represión política y el caudillismo.
Ahora cuando nos encaminamos hacia un régimen socialista las dificultades son enormes: es una tarea titánica que requiere el consenso del pueblo y el apoyo de todos los revolucionarios (la unidad revolucionaria). Para cambiarle la conciencia a un pueblo traicionado y engañado.
La revolución consiste en sustituir esta conciencia por una conciencia de la liberación. La revolución es organizar esta sustitución. Una acción, en cualquier campo, será revolucionaria si contribuye a la nueva conciencia de la liberación, todas las acciones revolucionarias deben tener ese objetivo. La estructura social propuesta por la revolución debe tener como fundamento organizar la implantación de la nueva conciencia.
Los que estamos de acuerdo con la superación del capitalismo afirmamos que el proceso revolucionario bolivariano no es posible avanzar en la revolución bolivariana sin la formación de una vanguardia revolucionaria que agrupe a los mejores hombres y mujeres identificados en la acción y en el pensamiento con la revolución. Que sirvan de escuela para la formación de revolucionarios cabales, que con su ejemplo de entrega a las tareas sociales y políticas de la revolución guíe al pueblo en el camino de su concientización, sea instrumento vital para la construcción de la nueva ética revolucionaria. Esta vanguardia, tiene como tarea fundamental elevar, con su ejemplo y con su obra, el nivel de conciencia revolucionaria del resto de la población.
Debemos estar conscientes, que en Venezuela para construir el socialismo estamos partiendo de cero. Primero tenemos que destruir las bases capitalistas heredadas de la cuarta república y construirlo sobre un piso sólido que resista cualquier embate del imperialismo.
Basta ya de impunidad. Podríamos aquí enumerar miles de casos y quedaríamos cortos, por eso José Vicente Rangel en su programa dominical “José Vicente Hoy”, hizo el llamado para aplicar una “ DEMOCRACIA CON FIRMEZA”; que se apliquen las leyes con firmeza, no la de una democracia autoritaria como la que se aplicó en el pasado. Recordemos en que degeneró la tal “ DEMOCRACIA CON ENERGÍA”, aplicada por Carlos Andrés Pérez y como terminó, violando todos los derechos humanos y masacrando un pueblo indefenso. Esto no debe volver a pasar.