Cuando encuentro los escritos de Toby, que ha sido uno de mis tutores más fieles al compromiso de mis ideas, para recorrer este camino y lo seguirá, mientras el pensamiento crítico, sea el motor que acompaña la esperanza de mi fuerza en la batalla; con todos los ataques que recibe, tiene integridad a pesar de lo indecible, se faja a defender el legado del hombre que confió en él y lo mantuvo siempre a su lado, aupando la opinión certera, que muchos seguimos con convicción y hoy dudamos, nadie explica porque escondemos con mezquindad.
No acostumbro mencionar la individualidad en mis notas, pero en este caso no puedo evitarlo, cuando leo en el portal de aporrea.org, elementos que se dedican todos los días a vomitar odio para hacerse creíbles, sin ningún argumento que sustente su mediocridad, nada más que el poder que da este digno espacio, sin preguntar ¿Cuál es su aval?
Me veo obligado a esta nota; no para defender, porque no lo necesita, sino para solidarizarme con el hombre que durante doce años, estuvo al lado del comandante con una opinión certera y una cantidad de camaradas, sabíamos su opinión era apoyo para el proyecto, hoy escondemos el saludo y por falta de personalidad bajamos la cabeza para que no nos miren los ojos de vergüenza.
De un día para otro la crítica de todos los seguidores, que eran bastante y nos suponíamos camaradas; se hizo enemiga del proyecto y la hipocresía de unos intelectuales resentidos, se dedicó a despotricar de lo que ayer era revolucionario, ahora dicen no es ni siquiera una opinión para analizar.
Esto que escribo y dejo para la crítica del pensamiento revolucionario; quiere decir que asumo la responsabilidad de creer en los escritos que Valderrama propone para la discusión y en los que mencionaba el comandante, con ese análisis sencillo que hacía y que yo en mi ignorancia, sigo pensando, que es el sendero por donde debemos andar, para llenar nuestra lucha de posibilidad.
Que sepan los que utilizan esta página, para denigrar de la opinión de gente luchadora, que han dejado pruebas en todos los actos de su vida. Que una revolución no se hace jalando bolas, ni mal poniendo a sus activistas más probos: Se hace poniendo pensamiento, LUCHA y toda la vida al servicio de lo que se cree, para el bien común y no para beneficios personales que se sustentan con mentiras, a costa de verse bien ante los ojos de creyentes omnipotentes, que no se dan cuenta que alguien está mintiendo descaradamente, para hacernos saber que el camino escogido, nos traerá sufrimientos y luchas más largas que las previstas en la ceguera que produce no querer entender, que la revolución es una quimera llena de contradicciones, donde el arma más poderosa para su defensa, es el pensamiento crítico y lo fácil se le deja al fascismo y a la chiquita tenemos que enfrentarla, los que sabemos que, PATRIA O MUERTE, VENCEREMOS Y HASTA LA VICTORIA SIEMPRE.
SIN PATRIA NO QUIERO VIDA.
HAZTE CONCIENCIA.