Esperemos el producto del “Sacudón”

Es demasiado prematuro emitir opiniones a cerca de los frutos que dará el “Sacudón”. El anunciado sacudón, realmente no fue lo que muchos esperaban, tanto en el chavismo como en la oposición. En las filas de la revolución se esperaba un verdadero “Sacudón”, pero en el aspecto de la economía, para dar tranquilidad al pueblo explotado y especulado, por los sectores sanguijuela de la burguesía y  de la oligarquía parasitaria para así privar al brazo político de estos sectores ( la oposición ), de este rico filón que le permite alimentar escenarios de incertidumbre, especular y hasta pintar realidades con las que han soñado a lo largo de 15 años.

En la oposición por supuesto soñaban con un Robespiere, con el mazo en la mano y la guillotina al frente. Se quedaron con los crespos hechos, porque no hubo tal rodadera de cabezas. Hubo si,  re-acomodos y articulación de equipos  de trabajo, que de apegarse a la armonía y al compromiso con el legado de Chávez pueden dar resultados positivos a corto plazo. Lo que pudimos ver en las pantallas de la TV, fue la conformación de una estructura administrativa con visos de mayor coherencia y operatividad, con tareas y áreas definidas que pudiera ser un importante paso en el fortalecimiento del edificio de la transición hacía el socialismo.

Pero esta arquitectura tiene que ir acompañada de una estructura ideológica radical y bien definida, parecida a la que nos sembraba Hugo Chávez, con su brillante discurso cada vez que tomaba una decisión trascendente. Recordamos cuando decidió definir a la revolución bolivariana, como un movimiento antiimperialista y socialista. Junto con el anuncio vinieron los lineamientos ideológicos y el decantamiento con los sectores sanguijuela, que se autodenominan productivos y que han hecho fiesta, con ,los dólares de las reservas del país, mediante tretas, con empresas de maletín y falsas importaciones. A ese anuncio vinieron las medidas contra el latifundio, contra los patronos maulas que se declaran en quiebra para no pagar prestaciones a sus trabajadores y toda una serie de acciones que le dieron carácter de avanzada irreversible al proceso bolivariano.

Luego del viaje del Comandante Eterno, vinieron  las flexibilizaciones, en busca de la compresión para la gobernabilidad, que se mantienen hasta ahora, pero que esa derecha recalcitrante pro yanki ha tomado como debilidades y ha respondido con la traición a la patria, no solo robándole las reservas con engañifas, sino adelantando planes terroristas que nos han costado cientos de vidas y miles de niñas, niños y adolescentes traumatizados, con los meses de asedio y de incendios en las calles y edificaciones públicas incluyendo preescolares, escuelas básicas, liceos y universidades.

Para completar el sacudón hace falta quitar la mano extendida a Fedecámaras, a Consecomercio, Fedeagro,  Industrias Polar y demás representantes de las mafias económicas que articulan, financian y ejecutan las llamadas guarimbas, por orden del imperio, que les paga y entrena sus cipayos, para buscar la desestabilización del país. Las brechas entre socialismo y capitalismo son irreconciliables, porque son las mismas que distancian al trabajador consciente, digno y claro ideológicamente del patrono capitalista explotador, con quien podrá intercambiar un apretón de mano, como símbolo de cortesía y educación, pero nunca confiar en sus propuestas para alcanzar acuerdos honorables y beneficiosos.

La creación de la autoridad única para simplificar los procesos, es bien importante y sobre quien recayó la responsabilidad, es un soldado probado en esas batallas de organizar y extirpar entuertos, tal como lo hizo en SAIME, que dejó funcionando como corresponde

Pero seguramente requerirá de instrumentos legales, que le permitan accionar. Un ejemplo claro es el del Seguro Social, que luego de insertar de manera obligatoria al trabajador, sin siquiera haberle pedido su opinión, una vez que cumple la edad y las cotizaciones tiene que ir a peregrinar a una oficina, donde le piden desde partida de nacimiento en adelante, para dificultarle el disfrute de un derecho, que legalmente debiera ser automático al cumplir la edad y cotizaciones, sin mas requisitos que su cédula de identidad con la cual está identificado como cotizante a la institución. Esa es la primera tarea, porque precisamente ese papeleo innecesario, es lo que facilita el trabajo de las mafias de gestores que le quitan los cobritos a quienes han sido excluidos de un derecho adquirido y pagado religiosamente todos los meses mientras estuvieron activos en el trabajo.

Lo otro sobre lo que no vamos a emitir opinión, pero que nos deja así como en desbalance, es la salida de Rafael Ramírez Carreño, del cargo que desempeñó con tino y dedicación, con resultados tangibles. Lo demás ya lo dijimos, suena bien, se ve bien y debe funcionar bien. Amanecerá y veremos. Esperemos los  resultados del “Sacudón”.



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Cástor Díaz

Periodista CNP 2414

 cd2620@gmail.com

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