El Estado (I) (http://www.aporrea.org/actualidad/a195639.html)
En Roma, Marco Tulio Cicerón (106-43 a.C.), consideró que tanto el Estado como la justicia, tienen origen natural, “Hemos nacido para la justicia”, afirma. “El derecho debe fundarse en la naturaleza y no en el arbitrio”, Advirtió, que la violencia social era contraria al derecho, manera esta, de condenar las luchas populares. ¿Cómo evitarlas, cuando hay profundas desigualdades sociales? Se pretende hacer pasar al derecho, como categoría jurídica consensuada, cuando en verdad es una categoría política, impuesta por la minoría. No olvidemos, que el Estado Imperial Romano, fue esclavista, expansionista, y colonialista. La clase dominante vivió de estas dos actividades. La primera representaba su contradicción central. La segunda consumía la mayor parte del erario público. Las dos movieron la rueda de la historia, para que el Imperio llegara a su fin. Es la violencia social, las contradicciones en el seno de la sociedad, lo que mueve a la historia. Las desigualdades son hijas de la propiedad privada. La lucha de clases es aquí inevitable.
La iglesia católica no condenó la opresión esclavista, y sus críticas fueron pasivas. Desde la fe, pretendían construir juicios de valor, que no le hacían daño al modelo explotador. San Pablo (1-67) prefiere “la caridad fraterna”. “el amor fraterno”. “No es amigo Dios de trastornos sino de paz”. Algunos padres de la iglesia, llegaron a condenar la usura, pero sin explicar su origen. Está conducta inicial del cristianismo, retardó el aparecimiento del capitalismo, pero luego fueron parte del poder y sus cómplices. Su oposición al modelo esclavista es desde la fe, que es una manera de legitimarlo. De perseguidos, el catolicismo pasó a ser la religión oficial del Estado. El propio Constantino se hizo cristiano. De allí comienza el enriquecimiento de la iglesia cristiana, al recibir cuantiosas donaciones por parte del Estado romano, transformándose en uno de los grandes terratenientes de Europa. La complicidad le había dado descomunales beneficios. Cuándo en el siglo V, año 474 aproximadamente cae y se despedaza el imperio romano de occidente, todas estas partes territoriales, formaron lo que será la Edad Media, o “La Larga y Oscura Noche Medieval” según H Pirenne. La Iglesia católica, fue la única organización del imperio romano, que quedó de pié y salió tan favorecida, que reinó por más de mil años. El mensaje político, social y justiciero de Cristo, fue ocultado, y con la fe, se pudo domesticar a la cristiandad. La fe no admite discusión, el origen de la pobreza sí. Lucio Séneca (4-65) sentencia que “nada es tan vil como ser altivo con el humilde.” San Ambrosio (340-397) pregunta: ¿Hasta dónde pretende llevar el rico su codicia? Mateo (siglo I d de C) ofrece “el reino de los cielos” a quienes soporten lo más cruel de la pobreza. “Los que tienen hambre y sed de justicia” serán los llamados a la salvación. “Y si alguien te abofetea, en la mejilla derecha, dale también la otra”. “Amad a vuestros enemigos”. La fe y la salvación “eterna” van juntas. La pobreza se constituye en el camino más expedito para llegar a Dios, y disfrutar del paraíso. El cristianismo era ya una ideología. Alienación religiosa le dicen. Marx acotará que “la religión es el opio de los pueblos” Predica que no coincidía con la práctica. Ocultaban su complicidad con el poder político y económico. La justicia en la tierra queda relegada para la justicia en el cielo. Publio Cornelio Tácito (56 D.C,) aconseja al Príncipe, (el de Maquiavelo del s. XVI es un plagio. Al menos se parecen mucho los dos contenidos, el de Tácito y el de Maquiavelo) “El Príncipe debe saber fingir y disimular.”. “saber manejar las buenas y malas cosas”. El Príncipe, no debe hacer caso de todo lo que se le dice. Son los inicios del Estado moderno.
Frente a las acusaciones de complicidad con las autoridades del imperio romano y todas sus lacras, la iglesia católica se defiende: San Agustín (354-430) con su “Ciudad de Dios”, se mueve entre el bien y el mal. La iglesia de Dios no es de este mundo. Había sido transformada en la religión oficial del Imperio, formaba parte de él, pero ahora San Agustín sale en su salvación. La verdad absoluta es Dios. La verdad es el camino al espíritu. Fe y verdad deben ser el movimiento de lo social. La razón no es ciega, la conduce Dios. Dios no es autor del mal sino de su alejamiento. Su neoplatonismo es evidente. Su filosofía es una teología. Intentó integrar el cristianismo con algunos aspectos de la filosofía griega. Con su “Si fallor sum”, (aunque me equivoque soy) se le adelanta al cogito cartesiano. En el siglo XIII (Medioevo) Santo Tomás de Aquino (1227-1274), con su “Suma Teológica”, “Cuestiones de controversias y otros”, “Regimiento de Príncipe” y su labor misionera fundamentalmente patrística, al tocar las relaciones humanas terrenales, consideró que la propiedad era condición necesaria para tener libertad. Clara defensa de la propiedad privada. La iglesia cristiana, era parte de este inmenso patrimonio privado, pero se pretendía evadir corresponsabilidades. No se deben dejar improductivos los bienes. Admitió que el bien público, autoriza al Estado para apropiarse de algunos bienes. Obedecer a los poderes públicos es una cuestión moral. Precisamente es en el Estado, donde mejor se puede observar como el interés privado, somete al interés público. El que resiste a la autoridad, se resiste al orden de Dios. Total, cero revoluciones. Cuando las autoridades son “indignas e ilegales”, se puede trastocar el orden público, desconociéndolas, pero siempre en el marco del interés privado.
Erasmo de Róterdam (1467-1536), en su Elogio de La Locura, arremete contra la iglesia católica. Nicolás Maquiavelo (1469-1527), el más universal de los florentinos, señala en su obra cumbre El Príncipe, propone un Estado moderno centralizado. “No te es lícito todo lo que se te antoja”. “El arbitrio caprichoso en el manejo de la cosa pública puede causar severas dolencias a la nación”. “Lo que en otro es error, en el Príncipe es delito”. El Príncipe debe ser severo consigo mismo”, “Su vida está a la vista de todos”. “Tiranos son los que ponen la república a su servicio”. Recordemos los consejos de Tácito y Maquiavelo al gobernante. ¿Sus obras son muy parecidas? Era la época de la definitiva ruptura con el medioevo y aparecimiento del sistema capitalista. El Renacimiento, el Humanismo y la Ilustración vendrían seguidamente. La Revolución industrial inglesa y la francesa, aceleraron este proceso de forjamiento del capitalismo. Los Estados Nacionales se atisban en el horizonte. Su “Príncipe”, le sirve a sus fines políticos. “Por demasiada indulgencia viene el desorden que pone en peligro la seguridad del Estado”. (Recordemos a Bolívar). “Es mejor ser poco generoso que demasiado, por ello, es mejor ser temido”. “Los príncipes aspiran al poder y los súbditos al orden”. “Los hombres son corrompibles para satisfacer sus pasiones”. “El príncipe no debe tener miedo a su sombra, ni escuchar con facilidad las relaciones siniestras que le cuentan”. “Cuando las leyes no alcanzan, es necesario recurrir a la fuerza”. “El mejor arbitro que debe tener el príncipe para liberarse de los adulantes, es manifestar que no le ofende la verdad”. En fin, Maquiavelo propone un Estado fuerte. Su legitimación está en “La razón de Estado” que luego Rousseau potenciará. El Estado es para él, la sociedad misma.
Martín Lutero (1483-1546) fraile agustino de origen alemán, profundo lector de la Biblia y conocedor de San Agustín, profesor universitario, articuló la salvación humana con la idea de la justicia social y todo esto con Dios, formándose una visión subjetiva del mundo. Creyó como San Pablo, que “El justo vivirá por su fe”. En su obra “A la nobleza cristiana de la nación alemana”, Ataca el orden eclesiástico, la autoridad del papa y la valides de los Concilios. En 1520 fue excomulgado. Para nada se toca la propiedad privada, y sus consecuencias. El Inglés Tomás Moro (1478-1535), escribió sobre una “Utopía” (1516) sociedad ideal, sin conflictos internos, donde la ecuanimidad y el equilibrio era lo constante.”Nadie debe tener nada propio”.El ocio debe ser colectivo. El oro sólo debería servir para construir cadenas y urinarios. América fue su referente del paraíso humano. Pagó con su vida su irreverencia. Tomás Hobbes (1588-1679), inglés amigo de Galileo. Con su “Leviatán”, consideró que las multitudes deben entregar facultades al Estado. El titular de estas personas se llama soberano. “Dadle al Estado el mayor poder”.La justicia debe ser para todos. No es cierto que “el hombre es lobo del hombre”, como afirmara Hobbes. Esto puede llegar a justificar hasta el colonialismo imperialista. La naturaleza humana no es perversa, los males vienen con el modelo social y político, que tiene como centro la propiedad privada. En su sensualismo, proclama el placer humano. Juan Calvino (1509) Las funciones del Estado son mandamientos de Dios.”La potestad civil es santa”, “Los funcionarios darán cuenta a Dios”.”La ley es un magistrado mundo y el magistrado es una ley viva”. Barusch Spinoza (1632- 1677) como gran admirador de Descartes, creyó que “La razón es el todo”.Hay leyes humanas y divinas. Las humanas referidas al Estado y las divinas al bien supremo. La justicia debe darle a cada uno lo que es debido. El soberano no está limitado por ley alguna. El soberano apela siempre a la razón. La democracia mantiene a los hombres en los límites de la razón. El Estado debe darnos seguridad. Todo gobierno está por debajo de la voluntad de Dios y a él debe obedecerle. John Locke (1632-1704), paisano de Hobbes, se anticipó al positivismo en esto de que el Estado es de origen natural. Aquí naturaleza y razón van juntas. Hemos nacido iguales y por lo tanto tenemos los mismos derechos. ¿Será verdad?, Dios ha repartido la naturaleza toda a los hombres. El Estado tiene leyes y reglas parecidas a las de la naturaleza. La naturaleza no piensa sus leyes, los hombres sí. Voltaire (1694-1778), con sus “Cartas Persas”, plantea la separación entre la providencia y los hombres. El mundo debe estar gobernado por leyes naturales. Luchó contra el oscurantismo y las religiones. Pero consideró que: “Es imposible…que los hombres que viven en sociedad no estén divididos en clases; una de los ricos que manda y otra de los pobres que sirve”. Sus tesis colonialistas son bestiales. Los americanos son bajos, incapaces de conocimiento y bárbaros. Todo en América es nulo, salvo la dominación europea que viene a civilizarlos: Cretino. Denis Diderot (1713-1784) “Entre los hombres la indigencia condena a unos al trabajo, mientras que los otros se enriquecen a costa de la pena y el sudor de los primeros”.Condenó “La funesta distinción de lo tuyo y lo mío”, y propuso un Estado intermedio. CONTINUARÁ EL PROXIMO FIN DE SEMANA.
HISTORIADOR PROFESOR UNIVERSITARIO.
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